Espiritualidad Pilares del islam

En busca del pan espiritual

Por Faruq Badr (Argentina)

Oh mi Señor, ante Ti me postro en busca de tu amparo, de tu cobijo y resguardo, bríndame oh Señor te pido, tu guía infranqueable, tu exaltación y sabiduría; me preparo para ayunar por Ti, pues deseo someterme a tu voluntad y gozar cada día más de tu agrado mi Señor, fortalece mi fe y permíteme mejorar como musulmán, como pariente, como humano, te pido oh Al´lah Altísimo”

En predisposición ante Dios

“Oh mi Señor, ante Ti me postro en busca de tu amparo, de tu cobijo y resguardo, bríndame oh Señor te pido, tu guía infranqueable, tu exaltación y sabiduría; me preparo para ayunar por Ti, pues deseo someterme a tu voluntad y gozar cada día más de tu agrado mi Señor, fortalece mi fe y permíteme mejorar como musulmán, como pariente, como humano, te pido oh Al´lah Altísimo”, con esta oración, que aquí me atrevo a compartir con ustedes, me dirigí a Dios la noche en que comenzó el bendito mes de Ramadán. 

Es la segunda vez que atravieso el mes de ayuno desde que abracé Islam,  este año también en  cuarentena en Argentina, por la pandemia de Covid-19. 

Mi primer Ramadán, tanto por la agitación de la rutina debido a la condición sanitaria, como por la novedad de la celebración, me resultó aunque satisfactorio, incompleto; pues sentí que apenas estaba gozando de una pequeña parte de lo que significa Ramadán. Noté que había faltado  algo  muy importante: mi predisposición. Y es que más allá de que contaba con muchas ganas de que llegara el ayuno, no había visualizado qué pretendía para con Dios y para mí mismo de este evento; sentí como si un viento fresco corriera en una calurosa tarde, y que aún pasando por mí, no me había detenido a contemplar la brisa y lograr refrescarme. 

Este año, me enfoqué en gran medida en imbuirme del conocimiento que disponía del Sagrado Corán, del amado Profeta (sa) y de mis líderes espirituales. Esto fue muy satisfactorio para mí, pues pude esclarecer mucho mejor los valores y pautas que rodeaban a este evento bendito, que muchas veces se deja relegado a lo alimenticio, cuando el verdadero tesoro se encuentra en lo consecuente a esto:

La búsqueda del alimento espiritual, el refuerzo de nuestra cercanía a Dios y en el esfuerzo para la mejora de nuestros valores como creyentes y humanos.

Nutrirse del alimento espiritual

No me resulta desesperante, extenuante, ni sufrido, el realizar las abstenciones alimenticias (para mi sorpresa y gracias a Dios, ya lo había experimentado en mi primer año de ayuno). Por el contrario ¡Es como si todo este tiempo, mi cuerpo hubiese estado aguardando a que me dedicara a ello! Nunca tuve gula. Disfruto del alimento. Además, gusto de acompañar las labores del día con una infusión. Aún con ello, en ambos años sentí que mi cuerpo estaba dedicado a Dios en su totalidad, sin bajar el ritmo en las actividades diarias laborales o mentales. Pero este año, los objetivos estaban planteados y la visual más enfocada… inicié mi Ramadán rogando a Dios para que me brinde su fortalecimiento, y así lo reiteré cada día. 

No me alcanzan las palabras para describir la sensación de estar sumergido en el deseo de someterme en completa alegría ante los mandatos de Dios, buscando su agrado y cercanía; el día a día se ha tornado un círculo de retroalimentación espiritual constante. En este Ramadán, he puesto en alta estima las sabias palabras de nuestro querido Mesías Prometido, Su Santidad Mirza Ghulam Ahmad (as), que no dejan de hacer honor a las prístinas enseñanzas de nuestro amado maestro Muhammad (sa).

 El pan material fortalece el cuerpo, y el pan espiritual sostiene el alma y agudiza las facultades espirituales. Busque la gracia de Dios, ya que todas las puertas se abren por su gracia.”  

El aura de paz y bendiciones

¡Oh creyentes! se os prescribe el ayuno, como fue prescrito a los que os precedieron, para que seáis justos.” (2:184)

En efecto, expreso con total certeza que Dios Altísimo en su infinita sabiduría, nos exhorta como humanos, como su creación, para nuestra mejora y bienestar.

El aura que llevo viviendo estos días, con pocas horas de sueño, dedicándome enérgicamente al recuerdo de Dios, a la profunda reflexión y lectura del Sagrado Corán, de las enseñanzas de nuestro amado Profeta (sa) y todo el conocimiento de los Jalifas de nuestra bendita Comunidad, ha hecho brotar en mí una fuerza sin igual al acudir a mis oraciones regulares y voluntarias, me ha imbuido de un sentimiento de paz, que me recorre por completo en el día a día y que no puedo evitar querer transmitir, surge en mí un deseo de saludar a menudo a mi madre, que no es musulmana, para brindarle esta paz que me desborda y deseo compartir, de saludar el doble de veces a mi esposa antes de que vaya al trabajo, deseándole éxitos y ansiando reencontrarnos para retomar nuestras lecturas y reflexiones juntos. Encuentro en mi cuerpo y mente, un apaciguamiento enorme de la intolerancia, siento la calma que reemplaza a las ansias o la abruptez; es más, ni siquiera he sentido indignación o enojo ante alguna situación indeseada en estas semanas, por el contrario, me he sentido envuelto en un halo de tranquilidad, paz y amor provenientes del Sumo Benefactor. Encuentro mis pasiones carnales y pensamientos vanos sosegados totalmente por mis deseos de compartir reflexiones religiosas con mi esposa, estudiar sobre mi fe y reforzar mi cercanía con Dios.

Palabras finales

Como musulmán, encuentro en Ramadán un desafío de mejorar por agrado a Al´lah, de gozar de la cercanía de un Dios vivo, que responde a nuestras súplicas. Pero la mayor recompensa, es que tras una devoción honesta y constante, podamos finalizar Ramadán y mantener nuestro progreso espiritual, nuestra mejora moral como humanos. Ramadán me permite analizar más que en cualquier época del año, cuánto estoy avanzando en mi objetivo como creación de Dios y devoto a Él. Por ello, si algo he de recomendar, es que si aún están aprendiendo o transitando un ayuno insatisfactorio, ahonden en la sabiduría detrás de éste, estudien y diríjanse a Dios, porque el próximo ¡Puede ser una completa bendición!

Añadir comentario

haga clic aquí para publicar comentario

Momentos Inolvidables

¿Cómo puede el ayuno beneficiar tu salud?

Hoja informativa