Islam La ciencia y tecnología

¿Puede la inteligencia artificial transformar la religión?

La tecnología ha transformado nuestras vidas en las últimas décadas. Ha impregnado todos los aspectos de la vida humana, desde los dispositivos domésticos y nuestros teléfonos inteligentes, hasta la forma en que compramos y pedimos alimentos y otros bienes. Internet ha sido un gran acelerador, pero hay un campo de tecnología que potencialmente ofrece una revolución cada vez mayor; la Inteligencia Artificial (IA).

Por Arif Khan, Reino Unido

Articular una definición precisa de IA no es fácil. La IA es realmente un término general que cubre una amplia gama de disciplinas que, en última instancia, buscan emular comportamientos que normalmente solo se ven en los seres vivos, como los humanos. Así, la IA cubre áreas como la visión artificial, el procesamiento del lenguaje natural (NLP) o el reconocimiento de voz. A menudo lo vemos de primera mano en nuestros hogares con asistentes personales como Alexa de Amazon o los dispositivos de altavoces domésticos de Google. Pueden decirnos qué clima hará , recordarnos citas y responder a preguntas básicas.

La IA: más importante que la electricidad o el fuego

En 2016, Sundar Pichai, CEO de Google, se atrevió decir eso: “ La IA es “lo más importante en lo que está trabajando la humanidad”, y agregó que la IA era más importante que la “electricidad o el fuego”. De esta manera añadió combustible a un debate que arde hace tiempo y que ha recibido mucha publicidad en gran parte del mundo de la ciencia ficción y Hollywood. Para muchos, hablar de máquinas o robots evoca imágenes de películas como Terminator, Star Wars o Blade Runner, con la mayoría de las tramas siguiendo la ruta de la IA dominando a los humanos.

Menos Terminator, más Netflix

Para quienes trabajan en el área de la IA, la realidad suele ser mucho más mundana. Hay áreas muy emocionantes de la IA, como el impulso de Tesla para autos completamente autónomos (FSD), sin embargo, los campos en que trabajamos suelen tener más que ver con la computación personal. El enfoque de la AI en el mundo de los negocios tiende a centrarse en analizar grandes conjuntos de datos y usarlos para hacer predicciones sobre el comportamiento del cliente. A través de la disciplina de IA para Machine Learning (ML), las empresas pueden sugerir productos que  adecuados para un cliente determinado, con una tasa de precisión bastante más elevada. Vemos esto en nuestras vidas, desde recomendaciones de películas en Netflix hasta experiencias de compra en línea que dicen “Los clientes que compraron este producto también compraron esto”.

Tenemos dispositivos habilitados para la IA en nuestros hogares y, a menudo, en la palma de nuestras manos en teléfonos inteligentes, pero ¿qué podría ofrecer esta área de tecnología a largo plazo? ¿Podríamos tener robots que nos ayuden en casa, o incluso predicando en nuestros lugares de culto?

IA: un control de la realidad

La IA en su forma actual no es realmente muy inteligente. Hay ejemplos de ordenadores muy potentes que pueden vencer al campeón del mundo, por ejemplo, del juego de Go. Pero este mismo ordenador es incapaz de jugar al ajedrez o a cualquier otro juego. No existe una IA omnipresente que pueda combinar conocimientos multidisciplinarios en una visión única y consolidada del mundo. Los humanos, sin embargo, destacan precisamente en esto.

Un libro reciente que ha tratado de proporcionar un equilibrio para contrarrestar el “bombo” en torno a las tecnologías de la IA es “El Reinicio de la IA” por el Dr. Gary Marcus y el Dr. Ernest Davis[1]. Los autores explican que el rápido y sencillo acceso a una asombrosa cantidad de información puede dar la sensación de que el sistema también tiene la capacidad de comprensión, cuando en realidad la IA no tiene representación interna ni comprensión del texto con el que está respondiendo.

Además de esto, destacan cómo los seres humanos tienen una tendencia de ver en términos humanos el comportamiento de estas máquinas; es decir pensar que tienen mucha más inteligencia de la que realmente tienen. En nuestra vida cotidiana, atribuimos emociones o sentimientos humanos a cosas como computadoras portátiles o impresoras. A menudo hablamos  que un sistema ‘está pensando’ o cómo se ‘siente’, pero no se puede aplicar correctamente ninguno de estos términos a estos sistemas.

Por ejemplo, la capacidad de la IA para comprender un texto suele ser bastante limitada. Creemos que la IA es más inteligente de lo que es, ya que puede escuchar nuestras preguntas y responder con respuestas.

Sin embargo, ilustran las limitaciones con un ejemplo claro como el siguiente:

 ‘”Dos niños, Chloe y Alexander, salieron a caminar. Ambos vieron un perro y un árbol. Alexander también vio un gato y se lo señaló a Chloe. Ella fue a acariciar al gato”

Responder a una pregunta como “¿Quién salió a caminar?”, es fácil porque la respuesta se detalla directamente en el texto, pero cualquier lector competente debería ser capaz de responder con la misma facilidad a preguntas que no se detallan directamente, como ” ¿Vio Chloe al gato? y “¿ Estaban asustados los niños por el gato?”[2]

Quizás sorprendentemente, ninguna tecnología de IA existente puede responder a estas preguntas, cuando se presenta el texto arriba. La principal habilidad que falta en este momento es la capacidad de inferir y apoyarse en información que no tiene vínculo directo ni con el texto ni la pregunta, así como en la capacidad de formar representaciones internas de situaciones.

Sin embargo, a pesar de esto, leemos continuamente en los medios que la IA es sobrehumana e incluso surgen preguntas sobre la IA y la religión.

© Shutterstock

IA en la religión

Un artículo reciente de la BBC hizo la pregunta: ‘¿Transformará la IA la religión?’.

Dadas las limitaciones expuestas anteriormente en este artículo, no debería sorprender que crea que la respuesta a esta pregunta es “no”, o al menos “no de momento”. Si no podemos usar la IA para aclarar una simple historia infantil, ¿qué esperanza hay de que desentrañe el significado de la vida misma?

La investigadora del MIT Kate Darling en su libro ‘La nueva raza’, argumenta que es un error intentar comparar la IA y los robots con los humanos[3]. Suscita visiones de un futuro inevitable donde los robots y los humanos chocan, quizás alimentado por numerosas obras de ciencia ficción. Ella argumenta que considerar los robots como mascotas es una analogía más válida y proporciona un mejor marco para pensar en los problemas que la IA puede ayudar a resolver.

Quizás una mejor pregunta sería si la IA puede ayudar a los humanos con la tarea de vivir vidas religiosamente activas y satisfactorias.

Cuando se disecciona el informe de la BBC, y miras más allá de la forma humanoide del robot ‘Minder’ que acapara los titulares, vemos que la funcionalidad exhibida es muy similar a la que tenemos en nuestros teléfonos inteligentes y asistentes domésticos, como Alexa. Cuando a ‘Santo’, el robot católico, se le hizo una pregunta sobre el cielo, respondió con una línea de las Escrituras que contenía la palabra ‘cielo’. No respondió la pregunta directamente. Dada la nota anterior sobre la historia de Cloe y Alexander, tal vez podamos ver por qué. En ciertas situaciones, sin embargo, esta forma de señalar coincidencias y buscar palabras relacionadas es extremadamente útil, y aquí es donde yo creo que la IA y la tecnología deberían centrarse.

Los seres humanos deben quedarse con el razonamiento y la reflexión compleja, y al mismo tiempo buscar apoyo en las soluciones tecnológicas (que pueden o no incluir IA). Esto está sucediendo hoy, pero es posible que no nos demos cuenta.

La comunidad musulmana Ahmadiyya, por ejemplo, lanzó recientemente el sitio web Open Quran (SagradoCorán.io). Esta página web permite hacer búsquedas muy detalladas del texto del Sagrado Corán en árabe, urdu e inglés, pero también funciones más avanzadas, como soporte para sinónimos. Busque la palabra ‘alcohol’ o ‘licor’ y obtendrá todos los resultados que contengan el término ‘vino’. La página web de Review of Religions, por ejemplo, tiene también una función de búsqueda que da acceso en segundos a información que ha costado 100 años reunir.

En estos ejemplos, la tecnología se utiliza para aprovechar lo que mejor sabe hacer  (analizar grandes cantidades de datos rápidamente) y esto, a su vez, puede ayudar a un erudito religioso a encontrar la referencia que necesita para un sermón. La idea de que la tecnología escriba el sermón, de manera que comprenda lo que está diciendo, es en esta etapa una noción muy descabellada.

¿Podría el futuro albergar esta forma de IA? Tal vez. Creo que un futuro más probable es uno en el que habrá aplicaciones disponibles para ayudar a las personas a cumplir con sus obligaciones religiosas, así como para proporcionarles fragmentos de sabiduría de las escrituras religiosas durante el día, que están vinculados con las tareas y actividades que están realizando . Existen aplicaciones similares del tipo “Verso del día” en las diversas tiendas de aplicaciones hoy en día y seguirán creciendo.

Al observar la tendencia de las personas de prestar más atención a su fitness personal, podemos ver cómo la tecnología ayuda a hacer un seguimiento y un diagnóstico detallado porque mantiene registros de nuestras actividades, proporciona recordatorios cuando estamos menos activos o ofrece consejos sobre salud y fitness.

Creo que un enfoque similar puede proporcionar beneficios a los que quieren cuidar mejor de su salud espiritual.

En lugar de esperar que la tecnología responda a

 preguntas filosóficas profundas, deberíamos usarla para poner el conocimiento a nuestro alcance a través de la digitalización y la búsqueda rápida. Además, espero ver más aplicaciones personales relacionadas con la “fe” que proporcionen recordatorios regulares e inspiración religiosa a los usuarios a través de notificaciones programadas.

De esta manera, la IA y el mundo más amplio de la tecnología pueden ayudar a respaldar nuestros esfuerzos religiosos, en lugar de tratar de definirlos.

Sobre el Autor: Arif Khan es un consultor de IA que ha estado trabajando en el campo durante más de 20 años. Arif ha hablado en más de 30 eventos sobre IA en todo el mundo, y en 2021 apareció en Forbes Rumania discutiendo la IA como “La Cuarta Revolución Industrial”. También se ejerce como editor adjunto de la sección de cristianismo de The Review of Religions.

NOTAS FINALES


[1]Marcus, G. y Davis, E., 2019, Reinicio de la IA: creación de una inteligencia artificial en la que podamos confiar, Vintage, Nueva York

[2]ibídem

[3]Darling, K. 2021, The New Breed: cómo pensar en los robots, Penguin, Estados Unidos de América

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