Podcast #23 de “El Islam en América Latina”
Resumen:
El Sagrado Corán dice que el Profeta Muhammad (sa) está mencionado en la Torá y los Evangelios (7:158). Debido a esas profecías, los judíos estaban esperando tres personas distintas en el tiempo de Jesús: el regreso de Elías, el Cristo, y “el Profeta” (Juan 1:19-21). Una de esas profecías se encuentra en Deuteronomio 33:2, que dice,
“Dijo: Jehová vino de Sinaí, Y de Seir les esclareció; Resplandeció desde el monte de Parán, Y vino de entre diez mil santos, Con la ley de fuego a su mano derecha.” (Deut. 33:2)
Esta profecía habla acerca de tres distintas manifestaciones de la gloría de Dios a través del advenimiento de tres profetas. La primera manifestación fue en Sinaí. Esto se refiere a Moisés, quien recibió el profetazgo sobre el monte de Sinaí (Éxodo 19:20).
La segunda manifestación ocurrió en Seir. Esto se refiere al advenimiento de Jesús. La palabra Seir se refiere a un área montañosa que se extiende desde el Mar Muerto, que se encuentra entre Jordania e Israel, y el Golfo de Aqaba, en el extremo norte del Mar Rojo. Jesús vivió y predicó en las áreas de Judea, Samaria y Galilea, que corresponden al Israel de hoy en día y a la Ribera Occidental, todo lo cual cae dentro del área de la antigua Seir.
La tercera manifestación fue en Parán. Muchas comentaristas bíblicas sitúan la zona de Parán en la Península del Norte de Sinaí, que es la parte occidental del actual Egipto que limita con el estado de Israel. Sin embargo, esto es erróneo. La confusión parece haber surgido porque la Biblia parece haber utilizado el mismo término para referirse a varias zonas, o que las fronteras de la zona de Parán eran mucho más grandes en el pasado de lo que se entiende hoy en día. Paran, que es Faran en árabe, son las colinas entre la Meca y Medina. Los geógrafos árabes siempre llamaron este lugar Faran.
Hay otra manera de ubicar el lugar de Parán. El testimonio de la Biblia es que Ismael, el hijo de Abraham y antepasado del Profeta Muhammad (sa), vivió en Parán (Génesis 21:20-21). Los árabes, específicamente la tribu del Profeta Muhammad (sa), los Qureish, rastreaban su linaje hasta Ismael. Así que Ismael vivió en Arabia y allá se encuentran sus descendientes.
La biblia dice que Ismael fue bendecido con doce hijos (Génesis 17:20). Los hijos de Ismael fueron Nebaiot, Cedar, Adbeel, Mibsam, Misma, Duma, Massa, Hadar, Tema, Jetur, Nafis y Cedema (Génesis 25:13-14). Todos ellos tienen sus descendientes en Arabia. La biblia ubica sus descendientes en Arabia también, específicamente Cedar (Kedar) y Tema (Isaías 21:13-17).
La profecía continúa diciendo que ese profeta vendrá entre diez mil santos. La palabra en hebreo es Rib’both רִבְבֹ֣ת, que significa multitudes, pero también diez mil. Esta parte de la profecía se refiere a la victoria de La Meca, cuando el Profeta Muhammad (sa) entró en la ciudad con diez mil seguidores, a los que el Corán dice que fueron personas piadosas y santas (48:30, 3:147-149). El Profeta Muhammad (sa) también destacó el estado purificado de sus seguidores, diciendo que todos ellos fueron estrellas y que Al’lah habitaba en sus corazones (Yamiul Bayan, Musnad Ahmad).
Esta parte de la profecía no se puede aplicar a Jesús, ya que su aparición ya fue mencionada en Seir, pero también porque no tenía ni diez mil ni multitudes de seguidores santos en su vida. Regañaba a sus compañeros por su falta de fe y entendimiento de los asuntos espirituales (Mateo 15:16). Llamó a pedro satanás (Mateó 16:23) y fue traicionado por Judas Escariote, un apóstol cercano (Mateo 26:15). Todos los demás abandonaron a Jesús en el momento más difícil de su vida, cuando fue arrestado antes de la crucifixión (Mark 14:50).
La última parte de la profecía dice que el profeta traerá una ley de fuego en su mano derecha. Después de Moisés, el Profeta Muhammad (sa) era el único Profeta quien trajo una ley; la ley del islam en forma del Sagrado Corán y su ejemplo, la Sunnah. Una ley “en la mano derecha” significa con poder y autoridad. El Profeta Muhammad (sa) fue el líder político de los musulmanes también y estableció un gobierno islámico implementando todas sus enseñanzas y mandamientos en la sociedad durante su vida. La palabra fuego significa que esa ley va a purificar completamente a sus seguidores, y que los que se oponen a ellos serán quemados en el fuego del castigo divino. Así, los seguidores del islam fueron purificados (5:120) y sus enemigos fueron derrotados.
Esta parte de la profecía también no puede ser aplicada a Jesús, ya que no trajo ninguna ley nueva, ni estableció la ley de la Torá liberando los judíos del yugo de la ley de los Romanos. Él confirmó que seguía la ley revelada a Moisés (Mateo 5:17). Sin embargo, nunca tuvo poder político, y según los cristianos hasta fue sometido a la ley de los Romanos, siendo crucificado y asesinado.
Así que la profecía en todas sus partes aplica a Moisés, Jesús y el Profeta Muhammad (sa).
Imágenes por Sadaf Ahmed
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