Enfermedades

La crisis del coronavirus: reflexiones sobre el islam y la higiene

El reciente brote del coronavirus, junto al hecho preocupante de que todavía no existe una vacuna, ha dado lugar a iniciativas diseñadas por parte de la salud pública para prevenir la propagación del virus.

Se ha prestado mucha atención a la importancia de adoptar buenos hábitos de higiene y limpieza para detener la propagación de este virus altamente infeccioso. Por lo tanto, no ha sido una sorpresa que el objetivo prioritario del plan de acción del gobierno del Reino Unido para combatir la propagación del virus haya sido lavarse las manos con regularidad durante al menos veinte segundos, aproximadamente el mismo tiempo que tarda en cantarse dos veces “Cumpleaños Feliz”.

La creciente concienciación a través de los medios de comunicación y las redes sociales ha provocado un cambio drástico de comportamiento para muchos en relación con la higiene y la limpieza. Las prácticas de higiene simples y aparentemente insignificantes se han convertido ahora en algo común y rutinario tanto para jóvenes como adultos.

El islam proclama ser una religión universal, para todos los tiempos y para todas las personas, y como tal, no podría haber omitido este tema tan importante. El Santo Profeta del islam vivió cada palabra de la fe que predicó y el Sagrado Corán ha establecido los principios y detalles de una vida sana y saludable. Por ejemplo, hay mandamientos sobre el sueño, el descanso, la moderación en la alimentación, la abstinencia de intoxicantes, etc. Los detalles son exhaustivos y rebasan el ámbito este breve discurso.

Los musulmanes, cuando reflexionamos acerca de muchas de estas medidas de precaución tan en boga en la actualidad, llegamos a la conclusión de que no son algo nuevo, ni fuera de lo común. De hecho, el islam incorpora muchos de estos aspectos fundamentales dentro de sus enseñanzas y forman parte de la práctica diaria de un musulmán.

Observamos que ninguna religión ha dado mayor importancia a la limpieza y la higiene personal que el islam. El Santo Profeta (sa) ha enfatizado la limpieza hasta el punto de considerarla como la mitad de la fe [i]. Esto se debe a que es importante cuidar de la salud física para el progreso espiritual. El Mesías Prometido (as), fundador de la Comunidad Musulmana Ahmadía, explicando cómo el cuerpo físico y el alma están intrínsecamente vinculados, afirma:

“Según el Sagrado Corán, el estado natural del hombre tiene una relación muy fuerte con su estado moral y espiritual, tanto es así, que incluso la forma de comer y beber de una persona afecta a su estado moral y espiritual… Por ello, el Santo Corán ha puesto énfasis en la limpieza física y en las posturas, y en su regulación en relación a toda adoración, la pureza interior y la humildad espiritual “. [ii]

Por lo tanto, antes de observar la oración, es obligatorio que los musulmanes realicen una ablución (wudhu) antes de cada una de las cinco oraciones diarias, en la que se lavan desde los pies a la cabeza. Algunos musulmanes que realizan oraciones voluntarias se limpian más de cinco veces. De hecho, en una ocasión el Santo Profeta (sa) preguntó a sus compañeros que si hubiera un río en frente de su puerta en el que se bañaran cinco veces al día, ¿quedaría algún tipo de suciedad en ellos? Respondieron que no quedaría ningún rastro de suciedad. El Santo Profeta (sa) dijo que esta era la parábola de las cinco oraciones por medio de las cuales Dios borra los pecados. [iii] En su reciente sermón del viernes, Su Santidad, el Líder de la Comunidad Musulmana Ahmadía Internacional, aludió a esta hermosa enseñanza mientras aconsejaba a la comunidad sobre el coronavirus. Su Santidad (aba) declaró:

“Es muy importante actuar de acuerdo con las medidas de precaución que anuncian [las autoridades sanitarias] Se deben evitar grandes reuniones y los que vienen a la Mezquita también deben observar un cuidado especial. Si alguien tiene síntomas de fiebre leve, gripe o dolor de cuerpo, estornudos u otros síntomas, no deberá acudir a la misma. Las mezquitas tienen derechos sobre las personas que las visitan. Es derecho de la mezquita que aquel que pueda infectar a otros asistentes con una enfermedad contagiosa, no acuda a la misma. Las personas con enfermedades contagiosas deben tener un cuidado especial para evitar las mezquitas.” [iv]

Su Santidad también declaró:

“Una medida preventiva mencionada por los médicos que las manos y la boca deben estar siempre limpias. Si las propias manos no están limpias, no deberán tocar el rostro. Deberán asegurarse de usar desinfectantes para las manos o lavarse las manos regularmente. Sin embargo, para un musulmán, como es nuestro caso, que reza cinco veces al día y que realiza la ablución de la manera correcta, que incluye la limpieza de la nariz con agua, etc., este alto nivel de higiene es tal que puede compensar la escasez de desinfectantes. Como se informa en estos días, debido a las compras de pánico se han vaciado estantes enteros en los supermercados de dichos productos. No obstante, la ablución que se realiza correctamente no solo contribuirá a la limpieza física, sino que, la observancia de las oraciones tras la ablución, se convertirá también  en un medio para su limpieza espiritual. Además, en estos días debemos prestar especial atención a nuestras oraciones “. [v]

Del mismo modo, el Santo Profeta (sa) del islam reiteró la importancia de cepillarse los dientes, peinarse, usar fragancias, bañarse y estar siempre limpio. El Santo Profeta (sa) incluso declaró: “Si no hubiera pensado en las dificultades que podrían causar a mis seguidores … les habría ordenado que se cepillaran los dientes antes de cada oración”. [vi] En otra ocasión, el Santo Profeta (sa) declaró que hay cinco prácticas que un musulmán debe observar de acuerdo con su fitra (naturaleza humana); es decir, recortarse el bigote, afeitarse los pelos de las axilas, cortarse las uñas, afeitarse el vello púbico y realizar la circuncisión (en el caso de los hombres). [vii]

De hecho, en todos los aspectos de la vida y a todos los niveles, el islam nos ha ofrecido una valiosa guía para mantener los más altos estándares de higiene y limpieza. Tomemos como ejemplo la comida. El islam prescribe que no hay que comer todo lo que se ha creado; los animales y las plantas cumplen diversas funciones para mantener la forma más elevada de vida: la raza humana. Hay plantas y animales venenosos que son letales para el consumo. Sin embargo, si se usan de la manera apropiada, proporcionan una fuente de antídotos valiosos para enfermedades e intoxicaciones. Del mismo modo, hay ciertos alimentos que el islam ha prohibido por completo; los que mueren por sí mismos, la sangre y la carne de cerdo y también sobre los que se ha invocado el nombre de otro que no sea Dios [viii]. Aparte de esto, el resto de las prohibiciones se basa únicamente en garantizar la pureza de los alimentos. Sin embargo, el islam ha estipulado una condición, por la cual, incluso si la comida fuera legal y se permitiera para el consumo, deberá ser tayyab, es decir, buena y saludable. Al elaborar este mandato del Corán, el Segundo Jefe de la Comunidad Musulmana Ahmadía, Hazrat Mirza Bashiruddin Mahmud Ahmad (ra) declara:

“Bajo la segunda condición, a veces incluso las cosas legales se vuelven prohibidas. Así, por ejemplo, comer carne de cabra es halal o legal; pero si alguna carne se pudre y se descompone, no será Tayyab y, en consecuencia, no será permisible. Esta distinción entre comida halal (legal) y tayyab (buena y pura) no se encuentra en ninguna enseñanza, excepto en el islam”. [ix]

La importancia de la limpieza y la higiene no se limita únicamente al plano personal, sino que el islam ha ampliado enormemente el alcance de la limpieza. El Santo Profeta (sa) también instruyó que retirar cosas dañinas del camino es un acto de caridad (sadaqah). [x] Además, en el caso de una epidemia, el islam prescribe no visitar esas áreas para evitar la propagación: una guía simple que ya existe y ayudará a contener la propagación de tantas enfermedades, no solo las de la pandemia.

Desde el brote del coronavirus, se ha mencionado en especial el lavado de las manos como una medida de precaución efectiva para contrarrestar su propagación perjudicial. El islam también ha puesto un gran énfasis en esta práctica. De hecho, el islam no solo fomenta mantener las manos limpias, sino que también ha restringido el uso de la mano izquierda para manipular las cosas sucias e impuras, dejando la mano derecha para el resto de los trabajos. En relación con este aspecto único de la enseñanza del islam, el cuarto Jefe de la Comunidad Musulmana Ahmadía, Hazrat Mirza Tahir Ahmad (rh), declaró:

“Estos mandamientos aparentemente insignificantes son un hermoso esbozo de los principios básicos respecto a la salud e higiene. Es un hecho bien conocido que las manos actúan como portadoras y transfieren la suciedad y los gérmenes a los alimentos y comestibles, causando así la propagación de muchas enfermedades. En primer lugar, el islam no brinda ninguna oportunidad para que la suciedad entre en contacto con el cuerpo. En segundo lugar, el uso continuo de agua para lavarse ayuda a mantener el cuerpo limpio en todo momento. Reservando una mano (izquierda) para manejar las cosas sucias, insiste en que las manos deben limpiarse repetidamente. Adoptando incluso mayores precauciones, está prohibido usar la mano izquierda para alimentos y bebidas, eliminando así todas las posibilidades de transferir ningún tipo de contaminación “. [xi]

Por lo tanto, el islam es una religión completa y detallada y ofrece una amplia guía que abarca desde las oraciones para evitar las epidemias hasta el protocolo de comer y beber, instrucciones para bañarse y cubrir los utensilios, de no dejar los alimentos descubiertos, la higiene dental y mucho más. En resumen, hay innumerables enseñanzas en el islam relacionadas con la higiene y la limpieza personal. Como se mencionó anteriormente, su Santidad nos ha instado a seguir las recomendaciones del gobierno que, como podemos ver, están en consonancia con las enseñanzas islámicas. Estos hábitos deberían convertirse en una segunda naturaleza para los musulmanes y formar un aspecto esencial de sus vidas diarias. Por lo tanto, si reflexionamos realmente sobre la universalidad del islam, nos asombraremos del excelente papel que desempeña en la prevención de la enfermedad incluso antes de que se propague.

[i] Sahih Muslim

[ii] Hazrat Mirza Ghulam Ahmad (as)

[ii] Hazrat Mirza Ghulam Ahmad (as), La Filosofía de las Enseñanzas del islam, vol 1, p. 271

[iii] Sahih Bujari

[iv] Hazrat Mirza Masroor Ahmad (atba), Sermón del viernes 6 de marzo 2020.

[v] Hazrat Mirza Masroor Ahmad (atba), Sermón del viernes 6 de marzo 2020.

[vi] Sahih Bujari

[vii] Sahih Bujari

[viii] El Sagrado Corán, 2:174

[ix] Hazrat Mirza Bashiruddin Mahmud Ahmad (ra), Comentario en cinco volúmenes, vol. 1, p. 271

[x] Sahih Bujari

[xi] Hazrat Mirza Tahir Ahmad (rh), Pasos hacia el ejercicio, pp. 17-18

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