Por Sulaiman Manuel Serritos, México
En el siguiente relato les quiero conversar acerca de un tema vigente en estos días, la festividad de Eid-ul-adha (el sacrificio del borrego).
Yo tengo aproximadamente 4 años de haberme convertido al islam y cuando supe acerca de esta festividad se me hizo algo sumamente interesante por la idea de compartir con otras personas lo que tú tienes, de esta manera las personas que tuvieren la posibilidad de sacrificar y donar un borrego, lo hagan.
Esto es fascinante porque nos muestra una de las facetas del islam, que consiste en compartir los beneficios y las bendiciones que Al´lah el Todopoderoso nos ha entregado, con la gente pobre, con los hermanos de la Comunidad Ahmadía, con los amigos y familiares y con nuestra propia familia principal.
Por algunos motivos durante los dos primeros años no estábamos organizados para hacer este festejo; sin embargo, al tercer año tuve la iniciativa de hacerlo y contando con el apoyo de un hermano de la comunidad decidimos hacerlo entre los dos. No sabíamos exactamente cómo hacerlo y nuestro Imam en ese tiempo no estaba en México ya que había tenido que viajar, pero afortunadamente nos dio algunas instrucciones para hacerlo.
Antes de continuar me gustaría clarificar cómo se realizan los sacrificios en el islam, en el día de Eid-ul-Adha.
Los animales han sido creados por Dios mismo, y por eso los musulmanes también deben mostrar bondad hacia todas las demás criaturas que habitan el planeta con ellos. Por ello, a la hora de sacrificar un animal, se deben seguir unas normas básicas para evitar que el animal sufra:
Por ejemplo, el cuchillo tiene que estar afilado de forma óptima, y el sacrificio debe llevarse a cabo de forma rápida y eficaz para minimizar el sufrimiento del animal y se debe hacer todo lo posible para garantizar que los animales no sean sacrificados en presencia de otros animales vivos.
El Profeta del islam (sa) decía:
Todas las criaturas son hijos de Dios y el mejor de vosotros es el que mejor trata a Sus criaturas. (Mishkat)
Así que, junto con el hermano Rubén buscamos un buen borrego de un tamaño y edad adecuada. Al fin llegó el día del Eid-ul-adha. El sacrificio lo hicimos en la casa de Don Rubén, acompañados por el hermano Jesús. Para mí era la primera vez en la vida que sacrificaba un animal, nunca antes lo había hecho, sin embargo Don Rubén ya tenía alguna experiencia en estos menesteres por lo que él fue designado para realizar el sacrificio.
Hicimos nuestra oración, lo sacrificamos todo de acuerdo a las instrucciones. Luego vino la parte más difícil, dado que no tenemos habilidad como carniceros fue muy tardado y muy difícil para nosotros quitarle la piel, nuestros cuchillos no era precisamente los profesionales de un carnicero, pero después de algunas horas logramos quitarle la piel y cortarlo en piezas grandes. Así lo compartimos entre Don Rubén y yo para que a su vez cada quien lo compartiera entre sus amigos, familiares, vecinos y gente necesitada.
Yo estaba preocupado porque las piezas de carne eran muy grandes y solamente 3 o quizá 4. Por lo que así no podía dividirlo entre la gente, afortunadamente en el camino de regreso descubrí una carnicería y le pedí al encargado el servicio de fraccionar toda la carne en pedazos pequeños para consumo familiar. Me dijo que sí, como una persona conocedor de su oficio, extendió la carne sobre su mesa, agarró un hacha y en unos pocos minutos me entregó toda la carne totalmente fraccionada para que la embolsara y la pudiera repartir. Eso me dio mucho gusto porque ya había resuelto un problema que para mí era muy grande.
Y así fue como compartí ese borrego con algunos compañeros Ahmadíes de mi Comunidad, con vecinos que consideraba con necesidad y que para ellos era muy preciado el regalo de un kilo de carne, con mis familiares que viven cerca y un tanto más con mi familia principal.
Después de unos días había comentarios acerca de la manera en que cada quien lo había cocinado ya sea en barbacoa o asado. Pero todos coincidían en que para ellos era muy raro que una persona les dijera: “vengo a regalarte un kilo de carne” porque eso es muy raro en nuestro medio. Y ahí es donde mi explicación de que esto es una costumbre islámica y de que mi fe, mi religión me pide que yo haga eso.
Hubo unas amistades que son cristianos y conversando acerca del tema me decían que los tiempos actuales no son tiempos de sacrificios de animales hacia Dios, que eso fue en el antiguo testamento, que nosotros los musulmanes estábamos viviendo bajo la ley de Moisés (as) y ellos los cristianos están viviendo bajo la gracia de su salvador Cristo.
Mi explicación para ellos fue que si en efecto es una festividad que recuerda la obediencia y el sacrificio que iba a hacer el profeta Ibrahim (as), de su hijo Ismael, pero que esta festividad tiene también un fondo más humano que consiste en compartir con la gente que necesita ayuda, con tus amistades y con tu familia. El compartir una gracia, un bien, algo que tú puedes dar en el camino de Al´lah. Espero que ellos hayan entendido esta gran diferencia, esta aclaración.
Este año pensamos hacer lo mismo, estamos trabajando en ello, ya fuimos a un rancho a ver borregos, ya tenemos algunos seleccionados y la participación es más amplia, el Imam está con nosotros y yo espero insha-Allah (si Dios quiere) que esta festividad de Eid-ul-Adha sea por mucho más grande, más participativa y deje más huella en los corazones y en la mente de todos los hermanos musulmanes de la Comunidad Ahmadía.
Añadir comentario