Si os pidiera que nombrarais algunas necesidades humanas básicas, diríais (y con razón) la comida y el agua. Pero un estudio reciente llevado a cabo por el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) descubrió que las interacciones sociales también son una necesidad humana básica, al igual que la comida y el agua. No es de extrañar que el islam ordenara reunirse cinco veces al día para orar en congregación en la mezquita. La interacción social es un elemento clave del islam, ya sea a través del Salat (oración) o del Hach, en el que musulmanes de todo el mundo se reúnen en La Meca para realizar una peregrinación a la casa sagrada, la Kaaba. Estas interacciones sociales tienen un doble propósito: conectarnos con Dios, nuestro Creador, y también conectarnos con nuestros hermanos en la humanidad.
Con el mismo espíritu que el sabio principio detrás de los aspectos sociales del islam, el fundador de la Comunidad Musulmana Ahmadía, Hazrat Mirza Ghulam Ahmad (as), el Mesías Prometido (as), el Mesías Prometido (as) de los últimos días, estableció la Convención Anual conocida como ‘Yalsa Salana’. La primera convención de este tipo tuvo lugar en Qadian, India, en 1891, y asistieron 75 devotos. Hoy en día, esta convención se lleva a cabo en docenas de países alrededor del mundo; más recientemente, a la Convención Anual en el Reino Unido asistieron más de 41.000 personas de 118 países. El próximo fin de semana se llevará a cabo el Yalsa Salana de Alemania, al que se espera que asistan decenas de miles de personas.
Entre las razones para reunirse, Hazrat Mirza Ghulam Ahmad (as) describió ciertos objetivos,
- Para aumentar el vínculo con Dios Altísimo
- Para conocer nuevos miembros y aumentar la Hermandad
- Para orar por aquellos hermanos que han fallecido
- Para adquirir y aumentar el conocimiento.
Las bendiciones asociadas a este evento se pueden medir por el hecho de que el Mesías Prometido (as) oró por cada persona que hace el esfuerzo de asistir con las siguientes palabras:
“Concluyo con la oración a todos los que viajan para [asistir] a esta Convención que es por la causa de Dios: Que Dios Altísimo, esté con él, lo recompense en medida abundante, tenga piedad de él, le facilite sus circunstancias de dificultad y ansiedad y eliminar su angustia y dolor. Que Él le conceda libertad de todas las dificultades y le abra los caminos para [alcanzar] sus preciados objetivos, y le levante, en el Día del Juicio, entre aquellos de Sus siervos que son los destinatarios de Sus bendiciones y Misericordia. Que Él sea su Guardián en su ausencia hasta que finalice su viaje. ¡Oh Al’lah! Oh Sublime y Otorgador de bondades, el Siempre Misericordioso y Quien resuelve todos los problemas, concede todas estas oraciones y concédenos la victoria sobre nuestros oponentes con signos centelleantes, porque solo Tú tienes toda la destreza y el poder. ¡Amin! ¡Amin!”
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