Islam

Un punto de inflexión en la historia – Karbala

Muhammad Tahir Nadeem, Reino Unido

En la historia del islam hay innumerables incidencias de gran tristeza que no pueden ser olvidadas por ningún musulmán. A pesar de haber transcurrido tantos años, el dolor sufrido no puede ser disminuido. Uno de los signos de una nación exitosa y próspera es que, incluso en sus tiempos de prosperidad y opulencia, recuerda continuamente sus días más oscuros. 

Así, incluso hoy en día, los que aman de verdad al Santo Profeta Muhammadsa siguen sintiendo el gran dolor de su triste desaparición y del martirio de sus Compañeros y Jalifas. El corazón de un musulmán sangra y sus ojos se llenan de lágrimas al leer los horribles relatos de la persecución infligida a los Compañeros del Santo Profetasa, pero son estos mismos relatos de grandes sacrificios los que abren nuevos caminos y establecen nuevas metas para las generaciones futuras. Uno de estos incidentes tuvo lugar en el primer siglo del islam, en Karbala, Irak.

Karbala

Antes del año 61 después de la Hégira (d.H.), Karbala no era más que una tierra árida, situada en Irak a lo largo del río Éufrates. A unos 100 kilómetros de Bagdad, en la actualidad es una ciudad densamente poblada y cada año se hace especial mención a ella durante el mes sagrado de Muharram del calendario islámico. El protagonismo de esta ciudad se debe al martirio de Hazrat Imam Hussainra y sus compañeros, ocurrido en Karbala, donde también se encuentran sus tumbas.

Hazrat Imam Hussainra

Su Santidad Imam Hussainra nació de Su Santidad Alira y Su Santidad Fatimahra. Su Santidad Alira fue el Cuarto Jalifa rectamente guiado después del Santo Profetasa y Su Santidad Fatimah era la hija del Santo Profetasa. Al nacer Hussainra, el Santo Profetasa recitó las palabras del Azaan (llamada a la oración) en su oído derecho y el Iqaamat (versos acortados del Azaan, que indican que la oración en congregación está a punto de comenzar) en su oído izquierdo (esta es una costumbre islámica que los musulmanes continúan hasta hoy). También tuvo el honor de que el Santo Profetasa le concediera su bendita saliva como su primer alimento, lo nombrara “Hussain”, realizara su Aqeeqah (un ritual islámico que consiste en sacrificar un animal al nacer un niño) al séptimo día, afeitara su primer cabello y diera su misma cantidad de peso en plata a la caridad, además de sacrificar unos cuantos carneros. Su título era Abu Abdullah.1

El Santo Profetasa tenía un gran amor por sus dos nietos, Hassanra y Hussainra. Su Santidad Anasra, un devoto servidor del Santo Profetasa, dijo que entre los miembros de la familia del Santo Profetasa, él era el que más los quería. A menudo iba a su casa a visitarlos y disfrutaba mucho de su comportamiento infantil, los besaba y los envolvía en sus brazos. 

A veces el Santo Profetasa los llevaba junto a él a Masjid-e-Nabawi (la Mezquita del Profeta en Madinah) y mientras él estaba en estado de postración ellos se subían a su espalda.

En una ocasión el Santo Profetasa estaba dando su sermón del viernes y Su Santidad Imam Hussainra entró en la mezquita. Al verlo, el Santo Profetasa se bajó inmediatamente del púlpito, lo levantó y lo abrazó contra su pecho. El Santo Profetasa rezaba a menudo por ellos diciendo: “Oh Dios, los quiero mucho, trátalos Tú también con amor y afecto”2.

En otra ocasión dijo:

“Que Dios ame a los que aman a Hussain”.3 Su Santidad Abdullahra narra que el Santo Profetasa dijo: “Hassan y Hussain serán los líderes de la juventud en el Cielo”.4

Su Santidad Imam Hussainra tenía un maestro del conocimiento, la elegancia y la forma de hablar, y era prolífico en la caridad, la adoración y el ofrecimiento del Tahajjud (oración antes del amanecer). Según Su Santidad Anasra, tanto el Imam Hassanra como el Imam Hussainra se parecían al Santo Profetasa en apariencia más que nadie.5

El Santo Profetasa solía decir que tanto Hassan como Hussain eran como la mejor fragancia del mundo.6 Su Santidad Imam Hussainra tuvo el honor de pasar aproximadamente siete años siendo amado y cuidado por el Santo Profeta. 

“Que Dios ame a los que aman a Hussain”.3 Su Santidad Abdullahra narra que el Santo Profetasa dijo: “Hassan y Hussain serán los líderes de la juventud en el Cielo”.4

Tras el fallecimiento del Santo Profetasa, Su Santidad Abu Bakr Siddiquera y Su Santidad Umarra (el primer y el segundo Jalifa de la Recta Guía, respectivamente, tras el fallecimiento del Santo Profetasa cuidaron mucho de Su Santidad Imam Hussainra y tuvieron en cuenta su estrecha relación con el Santo Profetasa. Durante la época del Jilafat de Su Santidad Usman, Su Santidad Imam Hussainra se había convertido en un hombre joven y fue en su reinado cuando participó por primera vez en la Yihad (lucha en el camino de Dios) formando parte del ejército musulmán que partió hacia Tibristán en el año 31 después de la Hégira. 

Durante el tiempo del comienzo de la rebelión contra Su Santidad Usmanra, tanto el Imam Hassanra como el Imam Hussainra fueron designados por Su Santidad Alira para vigilar su casa de modo que no pudiera entrar ninguno de los rebeldes que la habían rodeado.7

Presentación de algunos nombres

Antes de mencionar los detalles del evento que condujo al martirio de Su Santidad Imam Hussainra, sería apropiado presentar brevemente algunas figuras claves en relación con este incidente. La mayoría son de la progenie de Abd Manaf y Abd Shams. Hashim era uno de los hijos de Abd Manaf y Abdul Muttalib era el hijo de Hashim. Uno de los hijos de Abdul Muttalib fue Abdullah, que fue el padre del Santo Profeta Muahmmadsa.

El otro hijo de Abdul Muttalib era Abu Talib. Su Santidad Alira y su hermano Su Santidad Aqeelra fueron los hijos de Abu Talib. El otro hijo de Abd Manaf era Abd Shams, cuyo hijo era Ummayiah. Abu Sufiyanra era hijo de Ummayiah y fue el padre de Su Santidad Muawiyahra. También es importante Yazid, que era hijo de Su Santidad Muawiyahra.

Antecedentes del incidente de Karbala

Tras el martirio de Su Santidad Alira en el año 40 después de la Hégira, más de 20.000 personas asistieron al Baiat (juramento de iniciación) de Su Santidad Hassanra. Sin embargo, Su Santidad Hassanra renunció a este título en favor de Su Santidad Muawiyahra, para evitar el posible derramamiento de sangre entre los musulmanes como resultado de la disputa entre ambos.

Su Santidad Muawiyahra en su propia vida tomó el Baiat de todos sus gobernantes y funcionarios para que su hijo Yazid fuera nombrado como su sucesor. Y así, en el año 60 después de la Hégira después de la muerte de Su Santidad Muawiyahra, según el acuerdo de nombramiento, Yazid tomó el mando e instruyó a los musulmanes a tomar su Baiat, prometiendo obediencia y lealtad hacia él. Una gran parte de los musulmanes aceptaron el Baiat de Yazid; sin embargo, a algunos de los Compañeros más prominentes y antiguos del Santo Profetasa no les gustó el método de nombramiento y lo rechazaron. 

Entre ellos estaban Su Santidad Imam Hussainra, Su Santidad Abdullah bin Umarra y Su Santidad Abdullah bin Zubairra. Cuando el gobernador de Madinah insistió en tomar el Baiat de Yazid, Su Santidad Imam Hussainra dejó la ciudad por Makkah con su familia y se retiró a Sha’ib Abi Talib. Cuando la gente de Kufa se enteró de la decisión de Su Santidad Imam Hussainra de no hacer el Baiat de Yazid, inmediatamente le escribieron cartas pidiéndole que viniera a Kufa para poder nombrarlo como su Emir y Califa. 

Su Santidad Imam Hussainra envió a Su Santidad Muslim bin Aqeelra a informarse sobre las condiciones en Kufa. A su llegada, Su Santidad Muslim bin Aqeelra fue recibido con entusiasmo, por lo que le escribió a Su Santidad Imam Hussainra instándole a venir a Kufa.

En Kufa la situación se descontroló y finalmente Muslim bin Aqeelra también fue arrestado y martirizado de forma muy cruel. A partir de entonces, los que eran leales a Su Santidad Imam Hussainra fueron buscados y asesinados. 

Su Santidad Imam Hussainra, sin conocer el dramático cambio de circunstancias, había partido hacia Kufa. Cuando llegó a Tha’lbiya, se enteró del martirio de Su Santidad Muslim bin Aqeelra y comprendió la gravedad de la situación. Sus ayudantes le aconsejaron que diera la vuelta y no fuera a Kufa, pues allí ya no había apoyo para él. En el transcurso del viaje, varios partidarios de Su Santidad Imam Hussainra se le unieron en el camino. 

Después de recorrer cierta distancia, Su Santidad Imam Hussainra recibió más noticias del martirio de sus partidarios y de las circunstancias cambiantes de la situación que se avecinaba. Se detuvo en un lugar y se dirigió a su gente diciendo que si alguien quería marcharse podía hacerlo en ese momento. Al oír esto, muchos de los que se habían unido a él en el camino se dispersaron dejando en su mayoría a los que habían iniciado el viaje desde La Meca. La mayoría de las personas de este grupo eran los Ahl-e-Bait (Familia del Santo Profetasa) y los Compañerosra del Santo Profetasa.

Cuando Su Santidad Imam Hussainra y su caravana llegaron a Ashraaf, el mes sagrado de Muharram había comenzado.  Hur bin Yazid, con un ejército de mil personas, había rodeado a Su Santidad Imam Hussainra y su caravana. Su Santidad Imam Hussainra les dijo que solo había venido a Kufa a petición de su gente y también les mostró las cartas que la gente le había escrito. 

Hur les respondió que no le importaban sus cartas. Su Santidad Imam Hussainra se dirigió al ejército y dijo que si su opinión había cambiado, entonces él se volvería. Sin embargo, Hur respondió que se le había ordenado no dejarles volver. 

El día 2 del Muharram, un mensajero de Ibn Ziad (Amir de Basra) vino a Hur y le ordenó que rodeara a Su Santidad Imam Hussainra y sus acompañantes y los llevara a una tierra tan árida que en ella no hubiera ni agua ni ningún castillo. Por lo tanto, se decidió llevar a Su Santidad Imam Hussainra y a sus compañeros a Karbala. El tercer día de Muharram, Umar bin S’ad también llegó con un ejército de 4.000 hombres desde Kufa y se le dio la orden de hacer que Su Santidad Imam Hussainra y sus compañeros tomaran el Baiat de Yazid y se ocuparan de los demás asuntos más tarde.

Días después, se dio otra orden para que el Imán Hussainra y sus compañeros dejaran de tener acceso al agua del río Éufrates, lo que dio lugar a una serie de torturas por parte del mucho más numeroso ejército, sobre los compañeros del Imán Hussainra.

Día de A’shur

En Yaum e A’shur, el 10 de Muharram, al amanecer, el ejército de Su Santidad Imam Hussainra se puso en pie frente al ejército de Yazid. La batalla entre la verdad y la falsedad estaba a punto de librarse y los 72 devotos compañeros de Su Santidad Imam Hussainra estaban listos para la batalla contra el ejército de cuatro mil personas que se encontraba frente a ellos. 

Cuando la batalla comenzó, los valientes guerreros tomaron la bendición de Su Santidad Imam Hussainra y uno tras otro entraron en el campo de batalla. Agotados por su largo viaje y llenos de sed, estos leones que lucharon sin miedo y mostraron sus habilidades y gran valentía fueron finalmente martirizados, y luego fue el turno de los miembros de la familia del Santo Profetasa

Cuando el hijo de Su Santidad Hussainra, Ali Akbar, entró en el campo de batalla, el enemigo lo hizo pedazos y a partir de entonces los miembros de Ahl-e-Bait comenzaron a ser martirizados. 

Después de Ali Akbar, Abdullah, Abddur Rehman, Qasim el hijo de Su Santidad Imam Hassanra y sus hermanos Abu Bakr, Ja’far, Usman y Abbas fueron martirizados.

Martirio de Su Santidad Imam Hussainra

Se narra que cuando el enemigo superó al ejército de Su Santidad Imam Hussainra, éste puso su caballo en dirección al río Éufrates. El ejército bloqueó el camino de Su Santidad Imam Hussainra y le impidió llegar al río. La misma persona entonces tiró una lanza que golpeó a Su Santidad Imam Hussainra en la cara y se incrustó en su barbilla; después una lluvia de espadas cayó sobre él desde todos lados hasta que fue golpeado en la cara por la lanza de Sanaan bin Anas, quien entonces se adelantó y cortó la cabeza de Su Santidad Imam Hussainra, y que antes había sido besada por los benditos labios del Santo Profetasa. En cuanto al estado de Su Santidad Imam Hussainra en la guerra, se dice que llevaba un turbante y marchaba hacia las filas enemigas como si fuera un jinete encolerizado. Antes de su martirio declaró:

“Por Dios, después de mí, no matéis a nadie cuya muerte provoque el desagrado de Dios más que mi muerte. Por Dios, tengo la esperanza de que Dios os humille y me honre. Y entonces vengará mi muerte en ti de tal manera que os asombraréis. Por Dios, si me matáis, Dios hará que estalle una guerra entre vosotros. Vuestra sangre será derramada y aún así Él no estará satisfecho y multiplicará el castigo”.

Después del fallecimiento de Su Santidad Imam Hussainra, el enemigo se dirigió hacia el campamento de Su Santidad Imam Hussainra, comenzó a saquearlo, e incluso quitó los velos a las mujeres. 

Umar bin Sa’d hizo entonces un anuncio llamando a aquellos dispuestos a pisotear el cuerpo de Su Santidad Imam Hussainra con sus caballos. Al oír esto, diez jinetes se presentaron y pisotearon el cuerpo de Su Santidad Imam Hussainra hasta el punto de que su pecho y su espalda quedaron completamente aplastados. Como resultado de esta batalla, Su Santidad Imam Hussainra tuvo 45 heridas en su cuerpo; según otra narración, 33 heridas fueron causadas por la lanza y 43 por la espada, además de las heridas causadas por las flechas. Además, le cortaron la cabeza y la enviaron al gobernador de Kufa.8

La venganza de Dios      

Su Santidad Mirza Ghulam Ahmadas (el Mesías Prometido) afirma:

“Yazid el impuro llevó a cabo esta injusticia sobre el nieto del Santo Profetasa pero Dios rápidamente lanzó su ira sobre ellos.” 9

Aunque Yazid y sus compañeros fueron castigados por Dios Todopoderoso, otra forma de castigo de Dios es hacer que la progenie de aquellos que transgredieron acepte el error de sus antepasados, y este fue exactamente el caso de Yazid. Su Santidad Mirza Bashiruddin Mahmood Ahmadra, Musleh Ma’ud (el Hijo Prometido y el segundo Jalifa de la Comunidad Musulmana Ahmadía) en su libro, Jilafat-e-Rashidah, escribe: “Por no hablar del consentimiento de otras personas al Jalifato de Yazid, su propio hijo no lo aceptó. 

Inmediatamente después de su ascenso al trono, se recluyó y renunció al trono. Es un acontecimiento histórico bien conocido, pero desconozco la razón por la que los historiadores musulmanes no lo han destacado. Deberían haberlo repetido con frecuencia porque es otra prueba clara de las atrocidades de Yazid. Consta que tras la muerte de Yazid, su hijo, que también se llamaba Muawiyah en honor a su abuelo, accedió al trono y se fue a su casa después de tomar el Baiat de la gente. No salió durante 40 días. Cuando lo hizo, subió al púlpito y se dirigió a la gente diciendo que había aceptado el Baiat de ellos, no porque tuviera más derecho a él, sino porque no quería que hubiera disensiones entre ellos. 

Había estado meditando continuamente en su casa para encontrar a una persona con más derecho a tomar el Baiat del pueblo, de modo que pudiera liberarse de la jefatura entregándoselo a él. Pero a pesar de sus grandes esfuerzos, no encontró a nadie. Por lo tanto, dijo:

“Oh, gente, escuchad con atención: No soy apto para este puesto. También quiero deciros que mi padre y mi abuelo tampoco tenían derecho a este puesto. Mi padre era inferior a Husainra, y su padre era inferior al padre de Hassanra y Husainra

Su Santidad Alira en su tiempo tenía más derecho al Jalifato que mi abuelo, y después de esto Hassanra y Husainra tenían más derecho que mi padre. Por lo tanto, me retiro de esta jefatura, y pueden tomar el Baiat de la persona que elijan.”10

¿Qué pretendía Su Santidad Imam Hussainra?

Su Santidad Imam Hussainra no tenía ningún deseo de adquirir poder o gobierno para sí mismo, sino que quería poner fin a lo que se estaba convirtiendo lentamente en un gobierno monárquico que obligaba a la gente a hacer su Baiat en nombre del Jalifato.  Su Santidad Mirza Ghulam Ahmadas (el Mesías Prometido) en un lugar escribe, “…Su Santidad Imam Hussainra no quería hacer el Baiat en las manos de un transgresor, de lo contrario habría desacreditado la religión.”11

Su Santidad Mirza Masrur Ahmadaba (el quinto Jalifa de la Comunidad Musulmana Ahmadía), en su sermón pronunciado el 10 de diciembre de 2010 declaró:

“Su Santidad Imam Hussainra solo tenía un propósito: No quería ningún poder, más bien quería establecer la verdad y eso es lo que hizo. Su Santidad Musleh Ma’udra [Mirza Bashir-Ud-Din Mahmud Ahmad, el Segundo Jalifa del Mesías Prometido] ha dado una hermosa explicación de que Su Santidad Imam Hussainra tomó su posición en apoyo al principio de que el derecho de elegir al Jalifa recae en el pueblo del país, en toda la comunidad. 

Un hijo no puede heredar este derecho de su padre y este principio tiene la misma importancia hoy que antes. De hecho, el martirio de Su Santidad Imam Hussainra ha dado aún más significado a este derecho. Por lo tanto, fue Su Santidad Imam Hussainra el que sucedió, y no Yazid.”

Su Santidad Imam Hussainra no tenía ninguna intención de luchar o causar ningún tipo de derramamiento de sangre, y su persistente declaración de que se abstendría de iniciar la batalla es un poderoso argumento de sus intenciones. Su Santidad Mirza Masrur Ahmadaba afirma además:

“A pesar de negarse a tomar el Baiat, Su Santidad Imam Hussainra trató constantemente de buscar la reconciliación y cuando se dio cuenta del peligro de derramamiento de sangre de musulmanes, les dijo que regresaran afirmando que, los que pudieran, debían irse. 

Los que insistieron en quedarse con él fueron aproximadamente entre 30 y 40, además de los miembros de su familia que se quedaron con él. Además, les dijo a los representantes de Yazid que no quería luchar y que lo dejaran ir, para que pudiera ir a adorar a Dios o ir a luchar en la Yihad y ser martirizado en el camino del islam. O  que le llevaran ante Yazid para que pudiera decirle la realidad del asunto, pero los representantes no escucharon ni una sola de sus palabras.”

¿Cómo debe recordarse el mes sagrado de Muharram?   

Su Santidad Imam Hussainra fue extremadamente piadoso y noble y todo el mundo debería intentar seguir el ejemplo de gente como él. Su Santidad Mirza Ghulam Ahmadas (el Mesías Prometido) ha declarado:

“Hussain era un hombre piadoso y es seguro que pertenecía a la gente noble a la que Dios Todopoderoso purifica y llena de Su amor, además de ser uno de los líderes del cielo. Y guardar incluso el más mínimo rencor contra él puede poner en peligro nuestra fe. Su rectitud, su amor a Dios, su paciencia, su piedad y su adoración son un modelo perfecto para nosotros, y por tanto, somos los seguidores de esa guía que le fue concedida. Se destruye por completo un corazón que tenga enemistad con él, pero uno que muestre amor por él a través de sus acciones y refleje perfectamente cada rastro de su fe, su moral, su valentía, su rectitud, su paciencia y su amor por Dios, seguramente tendrá éxito.”12

¿Cuál es la manera correcta de recordar el martirio de Su Santidad Imam Hussainra?

 Explicando este tema, Su Santidad Mirza Ghulam Ahmadas (el Mesías Prometido) escribe:

“…amar a los Profetas y a los justos es un mero deseo hasta que uno no adopta sus atributos.”13

La mejor manera de recordar Muharram es, por lo tanto, que uno se esfuerce por parecerse al carácter de Hussainra y adoptar todas sus cualidades. Y para ello se requiere un esfuerzo constante que se extiende a lo largo de toda la vida. Su Santidad Mirza Masrur Ahmadaba (el quinto Jalifa de la Comunidad Musulmana Ahmadía) en su sermón del viernes pronunciado el 10 de diciembre de 2012 expuso qué actividades debe practicar un musulmán durante estos días. Afirmó que se debe recitar el Durud Shareef (invocación de las salutaciones y bendiciones sobre el Santo Profetasa y su progenie física y espiritual) ya que es la mejor manera de traducir las emociones sentidas por el incidente de Karbala y de aliviar la opresión. Y el Durud es también un medio de consuelo para la progenie física y espiritual del Santo Profetasa. Es la mejor manera de mostrar el amor por los seres queridos del Santo Profetasa. Que Dios Todopoderoso nos permita invocar tanto Durud como sea posible y que este Durud sea una fuente de bendiciones para nosotros también. Que Dios Todopoderoso nos permita amar siempre a la progenie del Santo Profetasa y nos permita enviar siempre Durud.

Referencias

1. Seerat Al-Sahaba, (Idaarah Islamiyaat, Lahore, Pakistan). Vol.6, pp.146-147.

2. Sahihul Bukhari, Kitabul Fazail.

3. Sunan At-Tirmadhi, Kitabul Munafiq, Hadith No 3775.

4. Al-Mustadrik Al-Haakam Kitabul Ma’rifah Ashaab Wa Min Munaaqib Al-Hasan wa Al-Hussain Hadith No. 4840.

5. Sahihul Bukhari, Kitabul Fazail.

6. Sahihul Bukhari, Kitabul Fazail.

7. Jalal ul Din Sayuti, Tarikh ul Khulafa.

8.  Tarikhut Tabari, Vol.6, (Darul Fikr Bairut, 2002), 243-250.

9. Su Santidad Mirza Bashir Ahmad(ra), Seerat-i-Tayyiba, 36-37.

10. Su Santidad Mirza Bashir-Ud-Din Mahmud Ahmad(ra), Khilafat-e-Rashidah in Anwar Ul Uloom, Vol.15, 557-558.

11. The Promised Messiahas, Malfuzat-Volume 4 (Tilford, Surrey: Islam International Publications Ltd., 2018), 580.

12. The Promised Messiahas, Majmoo’a Ishtiharaat, Vol.2, 653-654.

13. The Promised Messiahas, Malfuzat-Volume 4 (Tilford, Surrey: Islam International Publications Ltd., 2018), 533.

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