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La lengua árabe y su influencia en Al-Andalus

La llegada de los árabes a la península ibérica en el año 711 trajo consigo una revolución lingüística, científica e intelectual. De los árabes heredamos sus avances en medicina, agricultura y en astronomía. Y a su vez dejaron su impronta en el español, el cual es uno de los idiomas más hablado en todo el mundo. Lee este interesante artículo y viaja en el tiempo a la época de Al-Andalus para explorar cómo la península ibérica se convirtió en el centro intelectual de Occidente.
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La entrada del árabe en la Península Ibérica

En el 711, cuando los árabes cruzaron el estrecho que separa el sur de España con Marruecos, y llegaron al peñón al que llamarían Yabal Tariq, (el peñón de Tariq o actualmente: Gibraltar) en honor al líder que encabezaba sus tropas, Tariq bin Ziyad1, no eran conscientes de la gran trascendencia mundial que tendría aquella entrada en tierras peninsulares. Desde aquel momento hasta 1492, ocho siglos después, cuando el Emir Muhammad XII finalmente cedió el Emirato de Granada a los Reyes Católicos, Al-Andalus mantuvo estrechas relaciones a nivel cultural y político con el mundo islámico. Aunque tal relación se mantuvo durante siglos, indudablemente dejó una huella imborrable en los idiomas presentes en la península ibérica, como el portugués y el español. El primero cuenta con más de 500 palabras procedentes del árabe2; mientras que el español, considerado uno de los idiomas más hablado en todo el mundo, posee un 8%originario del árabe3.

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A su vez, la influencia de los árabes no se ciñó únicamente al área léxica,

sino que la llegada del árabe creó una revolución de pensamiento, abriendo las puertas de la cultura y el conocimiento en la estancada Europa de los siglos IX-X.4

Los árabes, al haberse expandido previamente por tierras bizantinas, conocían y habían asimilado obras de autores de la antigua Grecia, y trajeron consigo tal legado, que más tarde sería traducido al latín en territorio peninsular.

En la España visigoda de aquella época, convivían ciertas lenguas romances procedentes del latín: como el gallego, leonés, catalán, navarro, aragonés y el primitivo castellano; así como el euskera, cuyo origen es aún desconocido. De forma natural, el castellano comenzó a expandirse, pues ocupaba la zona más amplia de la península en relación a otras lenguas romances.5 Con la llegada de los árabes, y la convivencia e intercambio dialéctico, se creó una mezcla de lenguas dando origen al español como lo conocemos hoy.

Existen ciertos conflictos de pensamiento que exponen que cierta parte de la población de la España de la época actuó como subordinada de los recién llegados, y de ahí surgió la islamización y la arabización de los habitantes. Pero los textos históricos y las crónicas que recogen la forma de vivir, nos muestran que las diferentes culturas convivían pacíficamente, ya fuesen cristianos, judíos o musulmanes. Así lo afirma el historiador Joseph Pérez, que explica que existía un pacto llamado dhimma que daba un trato preferente a la “gente del Libro”, es decir judíos y cristianos, otorgándoles un estatus especial; se les toleraba y protegía y no eran obligados a convertirse. Incluso cuando los árabes de Sevilla y Toledo se encaminaban hacia el norte dejaron ambas ciudades en manos de los judíos. Igualmente, Lucena, en Córdoba, destacó por su escuela rabínica hasta el siglo XII. Los judíos desarrollaban distintos oficios e incluso llegaron a ocupar puestos de gran responsabilidad. Ejemplo de ello es el reconocido y famoso médico judío de la corte de Córdoba llamado Abu Yusuf Hasday ibn Saprut que asistió al Califa Abderramán III en negociaciones con diplomáticos extranjeros y comercio en el exterior, convirtiéndose en uno de sus principales consejeros.6

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Uno de los califatos más importantes del Al-Andalus era el califato de Córdoba y cuando este decayó aparecieron pequeños reinos de taifas, y entre ellos el más destacado fue el Taifa de Toledo. Las buenas relaciones entre los cristianos, los musulmanes y judíos, propició las condiciones necesarias para que Toledo se convirtiera en la cuna del conocimiento y el lugar idóneo para el resurgimiento filosófico, teológico y científico por primera vez en España. Nació el concepto de la célebre Escuela de Traductores, ciudad que hacía de intermediaria cultural entre Oriente y Occidente. Más que una institución fue un movimiento, que hizo que se tradujeran manuscritos, se asesorasen los contenidos y se buscasen nuevos textos para su traducción. Hasta aquel momento en Europa, sólo existían textos en latín, y aunque conocían la existencia de los grandes filósofos de la Antigua Grecia, al no poseer las traducciones resultó imposible el acceso a sus obras. Pero con la llegada de los árabes, muchos cristianos se sintieron atraídos por el idioma árabe, quienes aprendieron la lengua y comenzaron así los trabajos de traducción por primera vez vistos en las lenguas latinas.

También se crearon centros de traductores en monasterios y en abadías donde colaboraban para difundir traducciones del árabe al latín por toda la Cristiandad.7

La Escuela de Traductores de Toledo se puso en funcionamiento en el siglo XII por el arzobispo Raimundo, quien promovió las traducciones de obras filosóficas y religiosas del árabe al latín8, principal labor de la escuela, aunque también se tradujeron obras científicas y literarias9, así como los libros de los pensadores de la antigua Grecia como Arístoteles, Platón, Hipócrates, Galeno, Ptolomeo; y de árabes como Avicena y Al-Farabi.10

En filosofía y en medicina podemos destacar a un árabe conocido e influyente en Europa, el célebre Averroes, nacido en Córdoba.11 Escribió numerosos libros y también terminó los compendios recopilados de Aristóteles (De generatione animalium y De partibus animalium).12

De igual manera, Al-Farabi y Al-Kindi eran médicos cuyos textos fueron traducidos al latín como Risala d’al-kindi.13

En las traducciones participaban sabios de las tres religiones como, por ejemplo, un judío converso, Juan Avedadud de España, quien fue el máximo representante de la transmisión del pensamiento greco-árabe a Occidente. También un canónigo, Marcos de Toledo y médico de la catedral de Toledo, aprendió el árabe y tradujo numerosos escritos de medicina del latín al árabe, e igualmente tradujo el Sagrado Corán al latín.14

Asimismo, los traductores no eran solo toledanos, sino personas procedentes de diversos lugares del mundo como Siria, Arabia Saudí, Jerusalén, Egipto y países de Europa que también venían a aprender la lengua árabe y los nuevos conocimientos transmitidos a través de esta lengua.

Influencia e innovación del árabe en la península

La influencia de los árabes en la península no solo se limitó a una mera ocupación geográfica, sino que su influjo e innovaciones se dejaron entrever en diversas materias como en la arquitectura, agricultura, gastronomía, astronomía, matemáticas, entre otras. Esa influencia dejó su impronta en la adaptación de vocablos dentro lengua española, y en la gran mayoría de los campos podemos observar la presencia de arabismos que fueron integrados en el léxico español.

El español (o castellano) como lo conocemos hoy, se dejó entrever en el reino cristiano de Castilla, que poco a poco ganaría terreno en zonas musulmanas. Se dio la convivencia del castellano y del árabe, lo que hizo que éste último, jugase un papel importante en la morfología y el léxico del castellano que acogió un sinfín de arabismos, así como expresiones, sufijos y fonemas como la /J/.15

Comúnmente se ha llegado a la conclusión de que existen más de 4.000 arabismos presentes en la lengua castellana, contándose derivados y topónimos.16

Y estos arabismos cubren casi todas las áreas del saber y del vivir.

Comenzando con la agricultura, los árabes introdujeron el algodón (alqutn=   قُطْن) en la península a finales del siglo IX.17 A su vez introdujeron nuevas técnicas de aprovechamiento de agua que permitieron cosechar hortalizas y frutas tropicales y con esto se dieron a conocer nuevos alimentos; prueba de ello es la presencia de numerosas palabras del árabe en este ámbito. Como las alubias (alubiya= اللّوب), el azafrán (az’afrán= الزُّعفُران), el azúcar (asucar= السُّكَّر), el arroz (arrus= الأَرُز).

También frutas como la naranja (naranj= نارنج) o el limón (leimun= لَيْمون). Incluso la alcachofa, zanahoria, sandía, aljibe, etc. O en la maquinaria que se usaba como el azud (assad= السَّد) 18.

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En tema del vestuario y del hogar, el árabe nos ha dejado vocablos como almohada, albornoz y ajuar entre otros.

En términos prácticos y tecnicismos, contamos con albañil, alicates, alfiler, adobe, alcalde. Menos comunes, existen términos que hacen referencia a sentimientos y emociones, como zalema, y alborozo.19

En astronomía los árabes dieron nombre a estrellas y constelaciones como la del escorpión (aqrab= عَقرَب), acimut (as-sumut= السَّمت).

Igualmente, la astronomía era de vital valor, ya que los árabes utilizaban el calendario lunar para ciertos eventos islámicos, y con ello averiguaban el inicio del mes de Ramadán. Algunos de los avances que introdujeron fueron los relojes de agua con el que podían saber el día del mes y la hora. Uno de los astrónomos más importantes fue Maslama ben Ahmad Al-Majriti de origen madrileño —de allí proviene su apodo Al-Majriti—, fue quien fundó la escuela de astronomía y matemáticas en Córdoba y el que elaboró las primeras tablas astronómicas.20

En matemáticas se deben grandes progresos a los árabes: propagaron la numeración india, pero pensaron en otra forma para escribirla, siendo esa representación la que se difundió en Occidente y es la que se sigue utilizando.

Asimismo, emplearon un signo para indicar la ausencia de la cantidad, este signo se denominó sifr “vacío”, del cual proviene el término “cifra” en español.21

A más de uno le serán familiares expresiones como “hala”, “fulano y mengano” y la expresión “ojalá”, procedentes todas ellas del árabe. Ojalá, por ejemplo, procede de la expresión árabe insha’Al’lah, que, a su vez, viene de la palabra wasa’ Al’lah que significa “y quiera Dios”.22

Del árabe tomamos prestados la anteposición del artículo al-, al inicio de los sustantivos, tanto de base latina como “almeja”, o tomados del árabe como “albarán”. Así como topónimos, siendo algunos de ellos; Algarbe (algarb “el poniente”), La Mancha (mandza “altiplanicie”), Alcalá y Alcolea (alqalat “el castillo”), Medina (madinat “ciudad”), etc.23

La presencia del árabe también impulsó en muchos sentidos la creación literaria, y de hecho una de las primeras manifestaciones literarias que datan del siglo X-XI en la península ibérica son las jarchas; escritos en idioma mozárabe de tradición lírica tuvieron su mayor esplendor en el territorio de Al-Andalus, y abrieron los horizontes de la lírica europea.24

El árabe y su relación con la religión islámica.

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Además de la importancia histórica existente en el contexto de la península ibérica, en relación el islam, el árabe es la lengua del Sagrado Corán, idioma que Dios escogió para comunicar Su mensaje definitivo a la humanidad a través del Santo Profeta Muhammadsa.  Obviamente este suceso no sucedió al azar, y existen numerosas razones que determinan lo especial de esta lengua y a qué se debió su elección.

El Sagrado Corán mismo enumera en varios versículos la razón por la cual el árabe es la lengua más apropiada para este libro divino, y son un ejemplo de ellos los versos dos-cuarto del capítulo 43 del Sagrado Corán; Dios mismo testifica:

“Por medio de este Libro lúcido, hemos hecho un Corán en idioma claro y elocuente para que entendáis. En verdad está a salvo con Nosotros en la Madre del Libro, exaltado y lleno de sabiduría.”25

Dios cataloga como idioma claro y elocuente al árabe, y su vez en estos versículos, quiere mostrarnos que no hay otro libro igual al Corán, considerándolo la madre de todos los libros, el cual está preservado junto a Dios, en una dimensión que no es plenamente comprensible por el hombre. Pero… ¿por qué el árabe y no otra lengua?

La lengua árabe, según los expertos, posee ciertas características que la hacen única y la posicionan a otro nivel en relación a las otras lenguas. Su Santidad, Mirza Ghulam Ahmadas, fundador de la Comunidad Musulmana Ahmadía, lo explica de la siguiente manera:

“Asimismo, (el árabe) describe con exactitud los atributos de Dios y es una reproducción del libro de la naturaleza, es decir, en los nombres de los elementos, alimentos y miembros humanos, estos nombres se fundamentan en la filosofía de la sabiduría Suprema.

Es el idioma de la inspiración divina y como resultado de ello es el único idioma que puede ser el vehículo adecuado para la comunicación de las revelaciones más perfectas y excelentes del Dios Altísimo; y porque el Libro Divino, que ha sido enviado para la guía de todas las naciones, debe ser revelado solo en el lenguaje de la inspiración divina.26

Otro punto interesante y digno de mención en el presente artículo, que, sin duda invita a la reflexión, es la hipótesis formulada por Su Santidad, Mirza Ghulam Ahmadas, donde presenta una teoría interesante. El fundador de la Comunidad Musulmana Ahmadía, añade un significado aún mayor a la lengua árabe, donde explica que el árabe fue un idioma que potencialmente fue enseñado por Dios a los seres humanos.

A primera vista esto puede parecer una insensatez, si bien es cierto que los expertos lingüísticos apuntan varios indicios que apoyan esta hipótesis. Por un lado, las lenguas deben aprenderse y no pueden comenzar su inicio por puro azar o debido simplemente al desarrollo o la evolución. Por otro lado, explican que las lenguas tienden a simplificarse y no a lo contrario. Es decir, la lengua que comenzó a hablar en sus inicios el ser humano, no nació de unos meros sonidos para luego convertirse en frases más y más complejas y con sentido; si no que tuvo que ser aprendida para luego ir simplificándose y generar otras lenguas a partir de una primera. Es decir, los seres humanos aprendemos los idiomas a través de nuestro entorno o a través de profesores y medios didácticos. Un estudio que demuestra este fenómeno es el que llevó a cabo por el emperador mogol Akbar, en el siglo XVI, donde trasladó a niños recién nacidos a ser criados por madres sordomudas, haciendo que el lugar de crianza estuviera en absoluto silencio. Durante años los niños no escucharon ningún tipo de sonido o lengua hablada, dando como resultado la ausencia de la producción de sonidos inteligibles y, por lo tanto, de idioma. De este experimento se desprende la posibilidad de que el primer idioma que hablaron los seres humanos que habitaban la tierra hace miles de años, fuese aprendido, y en este caso tuvo que existir un Profesor.27

El Sagrado Corán en los versículos de dos al cuarto del capítulo 55, nos ofrece la respuesta:

“Es Dios, el Clemente. Quien ha enseñado el Corán. Ha creado al hombre. Le enseñó la elocuencia.”28

Aquí, la palabra árabe usada para referirse a elocuencia, es “albayaan”, el término árabe que se refiere al idioma, a la facultad de hablar con fluidez. Claramente, Dios en sí mismo, nos está dando la respuesta a su origen.

Conclusión

En el Día Mundial de la lengua árabe, celebrado por la UNESCO en 2017, el árabe se describió de la siguiente manera:

Se podría decir que el árabe es un verdadero pilar de la diversidad cultural y de la humanidad. Ha sido la voz de los poetas, filósofos y sabios que han puesto la fuerza y la belleza de esta lengua al servicio de la humanidad. De igual manera da acceso a una increíble variedad de identidades y creencias, y su historia expresa la riqueza de sus vínculos con otras lenguas. Desempeñó la función de catalizador del saber, al favorecer la transmisión de las ciencias y las filosofías griegas y romanas a la Europa del Renacimiento.29

El árabe, considerado un idioma excepcional y culto, es el cuarto idioma más hablado en el planeta, y no solo ha influenciado el español o el portugués, sino también ha dejado su impronta en idiomas como el chino, italiano, griego y francés.30

Se podría afirmar que la llegada de los árabes a la península ibérica fue una auténtica revolución cultural que trajo consigo un nuevo desarrollo intelectual y científico dentro de las esferas de la sociedad de la época. Durante ocho siglos, la mezcla de las tres culturas presentes —cristianos, judíos y musulmanes— crearon la condición idónea para el intercambio de ideas, conocimientos, lenguas y tradiciones.

Hicieron que el sur de España, Al-Andalus, viviera su tiempo de mayor esplendor en las áreas del arte, arquitectura, medicina, ciencia y literatura, haciendo de ciudades como Córdoba y Toledo, las capitales más importantes de Occidente. Nos dejaron exuberantes monumentos actualmente reconocidos como Patrimonio de la Humanidad, y nos prestaron su lengua, así como un sinfín de textos literarios, que marcaron los albores de la enriquecida literatura castellana.

Sin duda, la cultura y el idioma árabe dieron como resultado una sociedad distinguida por su multiculturalidad y su pluralidad, y nos dejaron un legado de tolerancia y mezcla de culturas única en el mundo.

Referencias

1. “Gibraltarport”. 19 February 2013.

https://web.archive.org/web/20090814154531/http://www.gibraltar.gov.gi/gov_depts/port/port_index.htm

2. Sonia Netto Salomão. A língua portuguesa nos seus percursos multiculturais. Rome: Edizioni Nuova Cultura (2012), 47.

3. Martinez Egido, José Joaquín (2007). Constitución del léxico español. 15.

4. “Los Árabes y el Paso de la Ciencia Griega al Occidente Medieval”. José Martínez Gázquez. http://www.hottopos.com/rih8/martinez.htm

5. “Constitución de los primitivos romances peninsulares. Surgimiento y expansión del romance castellano”. Jaime Climent de Benito.

http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/constitucion-de-los-primitivos-romances-peninsulares-surgimiento-y-expansion-del-romance-castellano–0/html/00f499d8-82b2-11df-acc7-002185ce6064_2.html

6. Pérez, Joseph. 1996. Historia de España. París: Crítica, S.L., 31-32.

7. Daniel H. González, “Escuela de Traductores de Toledo”, Infodiversidad, 80.

8. Apodos reales: Historias y leyendas de los motes regios. Javier Leralta (2008), 177.

9. Laura Páramo de Vega, “La España de las tres culturas: La convivencia entre judíos, musulmanes y cristianos en la edad media”, 179.

10. Daniel H. González, “Escuela de Traductores de Toledo”, Infodiversidad, 78.

11. Hadhrat Mirza Tahir Ahmad, “Revelation, Rationality, Knowledge and Truth”, 35.

12. Tres médicos árabes. Dr.Edmund Chadiak Atia (2007), 65.

13. Daniel H. González, “Escuela de Traductores de Toledo”, Infodiversidad, 80.

14. Daniel H. González, “Escuela de Traductores de Toledo”, Infodiversidad, 82-83.

15. “La J española y la J arábiga: Alfajarín y otros topónimos”. 1976.  Abelardo Moralejo Laso.

https://ifc.dpz.es/recursos/publicaciones/07/51/07moralejo.pdf

16. El contacto de dos lenguas: arabismos en el español medieval y en la obra alfonsí.Javier García Gonzalez (1993), 342.

17. Mateo Box, J., Novillo Carmona, J. and Carrera Morales, M. (2005). Prontuario de agricultura. Madrid: Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. 432.

18. Tres médicos árabes. Dr.Edmund Chadiak Atia (2007), 46.

19. El contacto de dos lenguas: arabismos en el español medieval y en la obra alfonsí. Javier García Gonzalez (1993), 341.

20. Breve historia de la astronomía. Ángel R. Cardona (2013), 75.

21. Rafael Lapesa, Historia de la lengua española (Madrid, 1981), 137.

22. Introducción a la lingüística hispánica. José Ignacio Hualde, Antxon Olarrea y Anna María Escobar (2001), 310.

23. “La invasión árabe. Los árabes y el elemento árabe en español”

http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/la-invasin-rabe-los-rabes-y-el-elemento-rabe-en-espaol-0/html/00b64db8-82b2-11df-acc7-002185ce6064_2.html

24. Las jarchas romances y la crítica árabe moderna / Consuelo López-Morillas, 213.

25. El Sagrado Corán (43:2-4)

26. Árabe: la madre de todas las lenguas, Mirza Ghulam Ahmad (as), 4. (Libro traducido del original Minan-ur-Rahman)

27. The study of language. George Yule, 2.

28. El Sagrado Corán (55:2-5)

29. “Día Mundial De La Lengua Árabe 2017”. 2019. UNESCO. https://es.unesco.org/world-arabic-language-day.

30. English traced to arabic. Mohammad Ahmad Mazhar

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