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La caridad: Una virtud esencial

Por Abdusalam Stedman, España

La caridad es una de las virtudes cardinales que se encuentran en el corazón de todas las grandes religiones del mundo. Este artículo se propone explicar qué es la caridad desde el punto de vista del judaísmo, cristianismo, y con más detalle, del islam.

El concepto de caridad en la religión judía

La palabra clave en hebreo que resume el concepto fundamental de la caridad es Tzedaká. Esta palabra se deriva de la raíz de las palabras ‘Tzadai-Dalet-Qof’, que significa rectitud, justicia o equidad. Un examen detenido del origen de esta palabra revela que el acto de dar a los necesitados está asociado con la justicia, que es una obligación y una responsabilidad de todos los que tienen los medios para buscar la justicia económica y social y de esta manera hacer una contribución positiva y un aporte a la creación de un mundo mejor.
Maidah Ahmad, escribiendo en Review of Religions1 comenta: “Los judíos consideran al Dios Único como el Creador y Sustentador de todo el universo, los seres humanos son simplemente custodios de la tierra y los recursos que contiene.

Ninguna persona puede reclamar la propiedad de ninguna posesión terrenal. Es cierto que el control sobre los recursos limitados proporcionados por Dios no se distribuye por igual en la tierra. Tanto las naciones como los individuos tienen una participación mayor o menor. Pero dado que todos somos creados iguales como seres humanos ante Dios, automáticamente un deber recae sobre aquellos que tienen más para compartir con aquellos que tienen menos. Esta es la esencia de la Tzedaká. Es una forma de ver el mundo y comprender el papel humano en la creación de un mundo más perfecto y, al hacerlo, imitar las cualidades de lo Divino…

…Esta obligación es tal que no puede ser abandonada ni siquiera por los necesitados. El Talmud enseña que a los pobres no se les deben negar los sentimientos de alegría y autoestima que se derivan del cumplimiento del mandamiento de Tzedaká. Como dice el Talmud, ‘Cuando una persona da aunque sea una perutah (la moneda más pequeña) tiene el privilegio de sentir la presencia de Dios.

Tal vez esto es lo que Jesús tenía en mente cuando comentó a sus discípulos al observar a una viuda pobre haciendo tal ofrenda en el templo de Jerusalén.

41 Jesús se sentó frente al lugar donde se depositaban las ofrendas, y estuvo observando cómo la gente echaba sus monedas en las alcancías del templo. Muchos ricos echaban grandes cantidades. 42 Pero una viuda pobre llegó y echó dos moneditas de muy poco valor.43 Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: «Les aseguro que esta viuda pobre ha echado en el tesoro más que todos los demás. 44 Estos dieron de lo que les sobraba; pero ella, de su pobreza, echó todo lo que tenía, todo su sustento»2.

El verdadero valor de la contribución de la viuda deriva no del tamaño de su contribución material, sino de su deseo sincero de buscar la misericordia de Dios.

El concepto de caridad en el cristianismo

La palabra española ‘caridad’ deriva de la palabra latina ‘caritas’ que es una traducción de la palabra griega ‘ágape’ utilizada en el Nuevo Testamento, por ejemplo, Deus caritas est de 1 Juan 4:8—o Θεὸς ἀγάπη ἐστίν (Theos agapē estin) en el griego original. 

La palabra griega se usaba para denotar un fuerte amor o afecto como el que podría existir entre dos seres humanos cualesquiera. En su sentido moderno, ‘caridad’ denota la donación de bienes materiales en beneficio de las personas pobres o necesitadas. Pero para convertirse en caridad en el verdadero sentido de la palabra, el Nuevo Testamento deja claro que deben estar involucrados el amor y la empatía.  

Un pasaje del Nuevo Testamento donde se entiende que los conceptos de ‘ágape’ y caridad se superponen es 1 Corintios 13, Pablo pone mayor énfasis en la Caridad (Amor). “Quedan, pues, la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor”. 

Cuando una persona está motivada por el amor, se desarrolla una verdadera empatía y cualquier dolor o sufrimiento por parte del otro se siente como si fuera propio y esto a su vez da lugar al deseo sincero de aliviar ese dolor. El escritor británico Thomas Hardy una vez describió esto al escribir:  “Las ofrendas más especiales de los amores más puros no son sino autoindulgencia y no son prueba de generosidad en absoluto”.3

La caridad en el Islam

En el Corán hay tres términos que pueden equipararse a la caridad. El primero es ‘dar por la causa de Allah’, el segundo ‘sadqa’ (limosna) y finalmente ‘Zakat’. En lo que respecta a Zakat, queda fuera del alcance de este ensayo porque se refiere a un tipo de impuesto que es una obligación religiosa para los musulmanes en una sociedad islámica. El dinero recaudado por las autoridades de esta manera se gastará en los pobres y necesitados y en beneficio de la sociedad en general. 

El propósito y el significado de las limosnas

En lo que se refiere a ‘gastar/dar por la causa de Alá’ y sadqa, su importancia en las enseñanzas islámicas difícilmente puede exagerarse. De hecho, uno de los dichos más conocidos del Santo Profetasa sobre el Islam es el siguiente:

“El Islam se basa en cinco cosas: ser testigo de que no hay más dios que Alá y que Muhammad es Su siervo y mensajero, realizar la Oración y dar limosnas…”4. El tema se menciona muchas veces en el Corán que dedica una larga sección en el segundo capítulo exclusivamente a este tema:   

“Los que emplean sus bienes en la causa de Al-lah son semejantes a un grano de trigo que da siete espigas, y en cada espiga hay cien granos. Y Al-lah lo multiplica aún más para quien Le place; y Al-lah es Magnánimo, Omnisciente. Quienes emplean sus bienes en la causa de Al-lah, y a continuación no hacen que lo empleado vaya seguido de burlas o agravios, son los que tendrán la recompensa con su Señor, y no tendrán temor ni se afligirán.Una palabra amable y el perdón son mejores que una limosna seguida de agravios. Y Al-lah es Suficiente por Sí mismo, Indulgente.” (El Sagrado Corán. 2.262-265)

Este versículo comienza con el concepto clave de ‘gastar por la causa de Allah’. En algunos versículos anteriores se ha dado una primera indicación de lo que podría considerarse ‘gastar por la causa de Alá’.

“Te preguntan acerca de qué deben gastar. Diles: “Cualquier riqueza buena y abundante que empleéis debe ser para los padres y los parientes cercanos, para los huérfanos, los necesitados y el viajero. Y cualquier bien que hagáis, Al-lah ciertamente lo conoce bien.” (El Sagrado Corán 2:216)

La comparación alegórica de la riqueza gastada en la causa justa con motivos puros con la fecundidad de una espiga de trigo es, como señala el Corán, similar a la utilizada por Jesús en la parábola del sembrador donde la buena palabra echa raíces en el corazón del creyente. 

“Y estos son los que fueron sembrados en buena tierra: los que oyen la palabra y la reciben, y dan fruto a treinta, a sesenta, y a ciento por uno.”.   – Mateo 4:20

Según Hazrat Mirzah Tahir Ahmadrh 5, la palabra ‘sadqa’, se deriva de la palabra ‘sidq’ que significa ‘verdad’ o ‘sinceridad’. Así todo lo que se gasta en una causa verdadera con intenciones verdaderas puede llamarse ‘sadqa’, aunque haya adquirido el sentido de algo dado a una persona pobre o necesitada. Por ejemplo, el Corán instruye a aquellos que tienen la intención de consultar al Santo Profeta sobre algún asunto, que den limosna antes de hacerlo, como una forma de asegurar la pureza de sus intenciones.

Obligaciones de pobres y ricos

El Santo Profetaas desanimó a las personas a convertirse en receptores habituales de limosnas diciendo que alguien que se acostumbrara a vivir de las limosnas tendría la cara escuálida en el día del juicio. Algunos compañeros se lo tomaron tan a pecho que resolvieron no pedir jamás favores a nadie.

En un Hadiz leemos: Yahya me relató de Malik de Abuz-Zinad de al-Araj de Abu Hurayra que el Mensajero de Allah, que Allah le bendiga y le conceda paz, dijo: “Los muy pobres no son las personas que constantemente caminan de persona en persona y se les da uno o dos bocados, y uno o dos dátiles”. Dijeron: “¿Quiénes son los más pobres, Mensajero de Allah?” Él dijo: “Las personas que no encuentran suficiente para sí mismos, y de las cuales otras personas no son conscientes de su pobreza para darles sadaqa porque no suelen pedir limosna”.6

Sin embargo, hay otro aspecto de la paciencia con la que se anima a los pobres a soportar su pobreza. Al mismo tiempo, los que tienen más, no pueden ofrecer como excusa su ignorancia de la pobreza de los que ejercen tanta paciencia. Es su deber, no simplemente contribuir a una causa digna de una manera impersonal, sino que deben hacer un esfuerzo para averiguar quién está en necesidad y quién es más digno de recibir ayuda.

La manera de dar limosna

Al mismo tiempo, se pone gran énfasis en la obligación, al dar limosna, de no hacerlo nunca de manera que pueda herir los sentimientos o lesionar la dignidad de quien la recibe. No se debe buscar ni esperar agradecimiento ni prestigio. Las limosnas deben darse puramente por el amor de Dios y desde una verdadera empatía con el sufrimiento de los necesitados. Los que sufren de pobreza a veces también se sienten avergonzados, aunque su condición no sea su culpa.

El Corán pone gran énfasis en la obligación de que aquellos que desean ayudar, lo hagan de forma que la aceptación de la caridad no suponga ningún estigma, sino que también brinde consuelo tanto material como psicológico a la persona que recibe ayuda..   

Hazrat Mirzah Tahir Ahmadrh comenta cómo en algunas sociedades, las personas ricas con un rango más alto en la sociedad dan limosnas a las personas de clase baja simplemente para demostrar a otros su estatus social superior y que tal comportamiento está categóricamente condenado en el Corán. El Mesías Prometidoas ha escrito “si el corazón carece de sinceridad e integridad, la caridad deja de ser caridad y se convierte en ostentación”7. De esta manera, en palabras de Shakespeare, ‘la virtud misma se convierte en vicio siendo mal aplicada’. 

Al Ghazzali, [Persia 1058-1111. Filósofo y teólogo musulmán de gran influencia ] señala que si una persona gasta dinero en la construcción de una mezquita o un hospital, el donante haría inútil su contribución si luego comenzara a jactarse de ella. 

“El orgullo mojigato y la importancia personal tienden a infectar todos los actos de adoración y su antídoto es el conocimiento y la acción”.8

El Santo Profetasa dijo una vez: 

“Gasta, y no cuentes, para que Allah no cuente en tu contra. No retengas tu dinero para que Allah no te lo retenga. Gasta lo que puedas. (Bukhari, Muslim)[Citado en “La importancia del sacrificio financiero]”9

En su biografía del Santo Profetasa  Hazrat Bashir ud Din Mahmud Ahmad escribe sobre Muhammadsa:

“Él mismo no solo velaba por el bienestar de los pobres, sino que constantemente exhortaba a los demás a hacer lol mismo. Abu Musa Ash’ariasrelata que si una persona necesitada se acercaba al Santo Profetasa y le hacía una petición, él decía a los que le rodeaban: “También debéis apoyar su petición para que podáis adquirir méritos, convirtiéndoos en partícipes de la promoción de una buena obra” (Bujari y Muslim), siendo su objetivo crear, por un lado, en la mente de sus Compañeros, un sentimiento de deseo de ayudar a los pobres y, por el otro, en la mente de los necesitados, la realización del afecto y la simpatía, sentido por ellos por sus hermanos más acomodados.”10

Esto se hace explícito en el Corán en los siguientes versos:

“¡Oh creyentes! no hagáis vanas vuestras limosnas con reproches y agravios, como aquél que emplea su riqueza para ser visto por los hombres, y no cree en Al-lah ni en el Último Día. Su caso es similar a una roca lisa, cubierta con tierra, sobre la que cae el aguacero, dejándola desnuda, llana y dura. Éstos no conseguirán mantener nada de lo que han ganado. Y Al-lah no guía a la gente incrédula. Y los que emplean sus riquezas para buscar el placer de Al-lah y fortalecer sus almas son semejantes a un jardín sobre un terreno elevado. Basta que la lluvia abundante caiga sobre él para que se dupliquen sus frutos. Y si no cae sobre él un fuerte aguacero, le basta con una lluvia ligera. Y Al-lah ve lo que hacéis. ¿A quién de vosotros le gustaría tener un jardín de palmeras y vid, con arroyos corriendo por él, y con toda clase de frutos cuando le ha llegado la vejez y tiene una descendencia débil e indefensa, y que de pronto una terrible tormenta cayera sobre él y lo quemara todo? Así os hace Al-lah patentes Sus Signos, para que podáis reflexionar.” (El Sagrado Corán 2.265-267)

Lo que se debe gastar en caridad

“¡Oh creyentes! gastad de las cosas buenas que habéis ganado y de lo que hacemos brotar de la tierra para vosotros; y no busquéis lo malo para entregarlo, cuando no lo cogeríais para vosotros mismos salvo bajando la mirada por vergüenza. Y sabed que Al-lah es Suficiente en Sí mismo, Merecedor de toda alabanza.

El Corán continúa aclarando aún más lo que realmente significa gastar en la causa de Allah.

Satanás os amenaza con la pobreza y os ordena lo que es inmundo, mientras que Al-lah os promete el perdón de Sí mismo y la magnanimidad. Y Al-lah es Bondadoso, Omnisciente.Él concede la sabiduría a quien le place. Y a quien se le da la sabiduría se le concede un bien excelente; y nadie se acuerda excepto los dotados de conocimiento.”

“Y sea cual fuere lo que gastéis y el voto que formuléis, Al-lah ciertamente lo conoce; y para los malvados no habrá defensores.Si dais limosnas en público, está bien y es bueno; pero si las ocultáis y las dais al pobre, mejor para vosotros; y Él os quitará muchos de vuestros pecados. Y Al-lah sabe perfectamente lo que hacéis.”.(El Sagrado Corán 2.268-272)

Pero incluso dar regalos útiles en caridad no es suficiente. El Corán nos dice que debemos ir más allá.

“Jamás alcanzaréis la piedad a menos que gastéis de lo que amáis. Y Al-lah conoce con seguridad cualquier cosa que deis.”.(El Sagrado Corán 3.93)

Cuando este versículo fue revelado, uno de los compañeros más devotos y leales del Profeta, Abu Talha, dio un ejemplo de cómo se debe actuar, y de una manera que evidentemente complació mucho al Santo Profeta.  

Abu Talha se acercó al Mensajero de Allah, que Allah le bendiga y le conceda paz, y le dijo: ‘¡Mensajero de Allah! Allah, el Bendito, el Exaltado, ha dicho: “No obtendréis hasta que gasteis de lo que amáis”. La propiedad que más me gusta es Bayruha (un jardín de palmeras). Es sadaqa para Allah. 

Espero que sea bendicido y que sea del agrado de Allah. Colócalo donde quieras, Mensajero de Allah. ” “El Mensajero de Allah, que Allah le bendiga y le conceda paz, dijo: ‘¡Bien hecho! ¡Esa es la propiedad que trae beneficio!! Esa es la propiedad que trae beneficio! 

He oído lo que has dicho al respecto y creo que deberías dárselo a tus familiares. Abu Talha dijo: ‘¡Lo haré, Mensajero de Allah!’ Abu Talha, por lo tanto, lo dividió entre sus padres  y los hijos de su tío paterno”.11

El ejemplo del Santo Profetasa

Durante su vida, el Santo Profetaas, a través de su propio comportamiento, proporcionó continuamente a sus seguidores ejemplos de cómo la caridad debe practicarse. En este primer ejemplo, su atención meticulosa a cada detalle es evidente:   

“Cada vez que se traía una comida al Apóstol de Alá (SAW), él preguntaba si era un regalo o Sadaqa (algo dado en caridad). Si le decía que era Sadaqa, les diría a sus compañeros que se lo comieran, pero si era un regalo, se apresuraría a compartirlo con ellos”.12

“Las limosnas secretas extinguen la ira del Señor”13 (Al Bukari/Muslim. Citado en “Inner Dimensions of Islamic Adoración”)

El  Santo Profeta tomó la decisión desde el momento en que recibió la llamada Divina de adoptar un estilo de vida que fuera igual al de los más pobres de sus seguidores. Durante el período de persecución que sufrieron los musulmanes en La Meca, él y su familia tuvieron pocas opciones, pero en los últimos años de su vida, cuando se convirtió en el gobernante de facto de toda Arabia, pudo haber vivido como un rey. 

Pero la forma en que él y su familia vivían, no cambió en lo más mínimo. Se dice que el día de su muerte no había más que un puñado de grano en su casa. Muchas riquezas cayeron en sus manos en este período, pero siempre se apresuró a usarlas para el bien público. 

Por ejemplo, en muchas ocasiones mediante juiciosas y oportunas donaciones a las tribus que todavia dudaban aceptar el Islam y su autoridad, el pudo ganar su confianza y reunir a su pueblo y liberarles de la constanta rivalidad y enemistad que siempre los había dividido.      

Una vez, un hombre murió y en su testamento dejó una cantidad de dátiles para ser repartidos en caridad. El Santo Profeta mismo supervisó la recogida de estos dátiles del almacén y dispuso su distribución. Cuando ya se había vaciado el almacén, quedaba un dátil en el suelo. El Santo Profetaas lo recogió y observó que si el hombre hubiera dado solo esta dátil en caridad antes de morir, habría valido más que todos los que había dejado en su testamento.    

La caridad como medio de purificación

Ha quedado claro según lo anterior que la verdadera caridad debe proceder de la sincera empatía y simpatía. Pero este es un proceso de dos bandas. Porque cuando se realizan acciones verdaderamente caritativas, aumenta el grado de empatía por el otro y une a las personas en el afecto y la comprensión. Por el contrario, cuando nunca se practica la caridad, los corazones se vuelven más duros y egoístas. 

Al Ghazzali también enfatiza la manera en que la práctica de la caridad tiene un efecto purgante.

“La práctica de la avaricia sólo se elimina acostumbrándose a gastar dinero, porque para romper un apego hay que forzarse hasta que se forme un nuevo hábito.

Desde este punto de vista, por lo tanto, Zakat significa purgación, en el sentido de que quien paga la limosna es purgado del mal mortal de la avaricia. La pureza que adquiere es proporcional a su desembolso, a su deleite en dar y a su alegría en gastar por Dios, Exaltado sea.”14

Al Ghazzali también enfatiza el factor de la gratitud. Específicamente, la donación de bienes materiales en caridad es la forma más aceptable para que unsiervo de Dios muestre su gratitud a Dios. por los beneficios materiales de los que disfruta. Vale la pena señalar que el concepto de incredulidad en el Islam está relacionado con la ingratitud. 

El Corán también deja muy claro que ciertos seres humanos se embarcan precisamente en el proceso opuesto. La obsesión por la riqueza y las posesiones materiales y la idea equivocada de que la felicidad se puede obtener adquiriendo más y más solo conduce a un pantano de codicia y egoísmo que deja al individuo en última instancia aislado y solo. 102. 2-9. Al Takathur

“A aquellos que amasan oro y plata y no gastan en el camino de Dios, dales noticias de un castigo doloroso”  El Sagrado Corán. Al Tawbah 9:34.

En su sermón del 29 de marzo de 2019, Hazur le recordó al Jemaat una advertencia igualmente severa, citando un Hadiz que dice:    

“Habrá personas tales (es de vital importancia tomar nota de esto) que ayunarán, ofrecerán oraciones diarias y dormirán muy poco por la noche para poder ofrecer súplicas voluntarias. Sin embargo, cuando se encuentren frente a tentaciones ilícitas, se dejarán tentar gustosamente. A veces, a pesar de todos estos actos de virtud, estas personas caerán presa de la codicia mundana y no les importará lo que está permitido y lo que está prohibido. Y así Dios rechazará sus buenas obras”.15

Conclusión

La caridad es una virtud esencial porque igual que la ausencia de luz es la oscuridad, la ausencia de la práctica de la caridad en la vida de una persona conduce al vicio del egoísmo. En este continúo entre la práctica más perfecta de la caridad y el egoísmo más necio y destructivo, es difícil permanecer estacionario. La mayoría de las personas se encuentran en movimiento y todos debemos decidir en qué sentido queremos progresar. 

Referencias

1. Review of Religions Oct. 2009 Vol. 104. Issue 10. Page 25.

2. Marcos 12. 41-44.

3. Thomas Hardy. “Far from the Madding Crowd.”

4. Al Ghazzali. “Inner Dimensions of Islamic Worship.” Trans. Muhtar Holland.( p. 53)

5. Hazrat Mirzah Tahir Ahmad. https://www.askislam.org/mp3/MEI_19860321_01.mp3

6. Muwatta del Imam Malik. Capítulo 49. Narrado/Autoridad de Abu Huraira.

7. Hazrat Mirzah Ghulam Ahmad. ‘La Esencia del Islam. Vol. III (p.27)

8. Al Ghazzali. “Inner Dimensions of Islamic Worship.” Trans. Muhtar Holland.(p.66)

9. Rashid Ahmad Cheedoo. Review of Religions Dic.2005 Vol. 100 Número 12.

10. Hazrat Bashir ud Din Mahmud Ahmad “The Life of Mohammad” (p.371)

11. Hadith No: 2.: Muwatta del Imam Malik. Capítulo 58, Sadaqa./Autoridad de Malik

12. Hadith No: 761.: Sahih Bukhari. Capítulo 49, Gifts. The superiority of giving.. Narrado/Autoridad de Abu Huraira.

13. Al Bukari/Muslim. Citado en “Inner Dimensions of Islamic Adoración”)

14. Al Ghazzali “Inner Dimensions of Islamic Worship” Trans. Muhtar Holland p57

15. Urdu Daira Ma’arif Islamiyyah, Vol. 6, p. 851, Tihamah, Danish Gah, Punjab, Lahore, 2005) (Marifat Al-Sahaba La Abi Naeem, Vol. 2, p. 483, Salim Maula Abi Huzaifa, Hadith n.º 3456, Dar-ul-Kutb Al-Ilmiyyah, Beirut, Líbano, 2002)

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