Por Furhan Ahmad Hamza Qureshi, Canadá
Vida temprana
Nacido el 25 de mayo de 1847 en Edimburgo (Escocia), John Alexander Dowie fue descrito como un niño enfermizo con una marcada “piedad precoz” desde muy joven[1] Tras emigrar a Adelaida con sus padres a la edad de 13 años, comenzó a ayudar a su tío en una empresa de venta de comestibles al por mayor. Sin embargo, a los 20 años decidió que quería ser Ministro. Pronto se convirtió en pastor en el sur de Australia, donde empezó a dar muestras de excentricidad y de una predisposición pendenciera[2]. En Melbourne, por ejemplo, cuando fue multado por los magistrados locales por organizar procesiones ilegales, Dowie se negó a pagar, insistiendo en que estaba cumpliendo la voluntad de Dios y, por tanto, no estaba obligado a cumplir las leyes hechas por el ser humano. Posteriormente, fue encarcelado durante un mes y multado por otro delito. Al terminar su condena, se negó a pagar la segunda multa y fue enviado de nuevo a la cárcel durante siete días más[3].
El curandero de la fe
A finales de sus 30 años, Dowie se había establecido como sanador por la fe, y había ganado apoyo. En junio de 1888, tras una misión en Nueva Zelanda, decidió probar suerte en Estados Unidos. Aterrizó en San Francisco como misionero de la Sociedad Internacional de Curación Divina[4] con su esposa Jane, y dos hijos: Alexander John Gladstone Dowie y Esther.
En Estados Unidos, comenzó una práctica privada de curación por la fe en Oakland, California. Anunció que se le habían concedido los poderes divinos de la curación y que su misión en Oakland era crear un Edén en el que los ciegos pudieran ver, los sordos pudieran oír y los discapacitados “calentarse con el fuego hecho de sus inútiles muletas”[5] Afirmó haber curado a muchos ciegos y sordos, pero siempre se negó a revelar los nombres y direcciones de los que había curado. Cada día amasaba una considerable cantidad de dinero tras cobrar hasta 10 dólares por sus servicios de curación[6]. No obstante, Dowie no consiguió tanta popularidad y riqueza como deseaba en California, por lo que decidió trasladarse a Chicago para perseguir objetivos más ambiciosos. Chicago era un caldo de cultivo para muchos nuevos cultos y sectas religiosas,[7] y un lugar perfecto para que Dowie comenzara a tener sus propios seguidores.
Tras mudarse a Chicago, abandonó sus planes de crear un Edén y decidió formar un movimiento “Zion”[8] Como un artista del espectáculo, montó una tienda -que llamó “la cabaña”- frente al recinto de la Feria Mundial de 1893 y atrajo mucha atención al anunciarse como sanador de la fe[9].
Al principio, se enfrentó a tanto escepticismo y oposición por parte del público, se le hizo muy difícil celebrar reuniones con su creciente comunidad. Sus congregaciones eran atacadas con frecuencia y sus lugares de reunión eran objeto de vandalismo[10]. En Chicago, fue arrestado al menos cien veces (según algunos informes) por violar las ordenanzas de la ciudad en relación con el cuidado de los enfermos[11]. Sus antecedentes penales no parecían desanimar a las masas al escucharlo, ya que con el tiempo pasó de la “choza” a lugares más grandes, incluyendo auditorios con capacidad para miles de personas[12]. Teniendo en cuenta las necesidades de una congregación cada vez mayor, Dowie empleó a muchos ministros, misioneros y trabajadores para que lo ayudaran a recaudar contribuciones y a convertir a la gente a su redil[13]. Desgraciadamente para ellos, no creía en pagar sueldos a sus predicadores y ayudantes, lo que solo significaba que había más dinero en su propio bolsillo[14]. En 1894, Dowie creó un periódico semanal con el nombre de “Hojas de curación”, que él mismo editaba. Contenía transcripciones de sus sermones y otros artículos que promulgaban sus puntos de vista. Rompiendo con la Sociedad Internacional de Curación Divina, de la que era presidente, fundó posteriormente la Iglesia Católica Cristiana en Zion[15]el 22 de febrero de 1896[16].
Llegó a ser conocido como “Dr. Dowie” por su congregación, debido a su curación por la fe. Predicaba que la enfermedad se debía al mal y a la obra del diablo. Para librar a una persona de la enfermedad, había que expulsar el mal de esa persona. Afirmaba que podía eliminar todos los males de las personas y curarlas de sus males[17]Todo lo que Dowie quería en realidad era meter la mano en los bolsillos de miles de americanos ingenuos y arrebatarles su riqueza. En su mayor parte, tuvo éxito y se convirtió en un hombre muy rico[18].
Establecimiento de Zion
Eventualmente, Dowie tuvo suficiente riqueza para comprar un viejo edificio del tabernáculo en S. Michigan Avenue y E. 14th Street, Chicago, IL. Esta fue su primera gran aventura de negocios, ya que tuvo éxito en atraer una casa llena casi todos los domingos. Esto también le dio el valor para desarrollar planes para establecer una ciudad propia, Zion. Según The Saint Paul Globe, Dowie poseía “varios millones de propiedades”, sobre las que tenía que pagar impuestos porque era “incapaz de persuadir a los asesores de Chicago para que lo vieran de la misma manera que a la iglesia católica romana y dejaran su propiedad libre de impuestos”. Por lo tanto, “esto es lo que decidió a Dowie a fundar una ciudad propia”[19] Sean cuales fueren los motivos, esto es seguro: al poseer su propia ciudad, tenía la oportunidad de ser grande. Sería como su propio reino, que podría gobernar a su antojo, y como los reyes de antaño, podría expandir su reino tan lejos y tan ancho como pudiera. Su visión teocrática le permitía soñar que un día los Estados Unidos y todos los demás países del mundo estarían bajo su dominio en cuestión de pocos años.
Dejando de lado los sueños, Dowie aún tenía el reto de hacer realidad su visión, y para ello tuvo que mover algunos hilos. En primer lugar, tenía que asegurarse de que los detalles de su plan para formar Zion se mantuvieran en secreto, así que se puso en marcha en secreto para encontrar una ubicación adecuada y luego aseguró algunas industrias formidables en la zona para sostener el desarrollo de la ciudad. Mientras tanto, comenzó a divulgar información a sus congregaciones sobre los planes para formar una ciudad que se regirá por las leyes de Dios. Aprovechando su devoción por la iglesia, Dowie se aseguró un flujo constante de ingresos de sus crédulos seguidores. Creó la “Asociación de Inversión y Tierras de Zion”, que atrajo a muchos inversores que prácticamente no tenían derechos. Las tierras que Dowie compraba a estos inversores le pertenecían únicamente a él, pero les decía que mientras mantuvieran sus acciones, les daría dividendos por ellas. En resumen, reunió enormes cantidades de riqueza para construir la ciudad de sus sueños[20].
Acortando la larga historia de fraude y libertinaje de Dowie, consiguió comprar 6.500 acres de tierra a 42 millas al norte de Chicago y fundó Zion City. Se convirtió en el único propietario y “supervisor general” de todos los almacenes, el banco, las fábricas y los hospitales que se establecieron en Zion[21]. Para el año 1902, afirmaba tener más de cien mil seguidores[22]. Vivió una vida de gran lujo y fue tratado con honor y dignidad por sus seguidores[23].
La encarnación de Elías
Hasta este momento, Dowie había disfrutado del poder inequívoco que suponía ser el líder de su propia iglesia; era muy querido por sus seguidores, y éstos acudían a todas sus llamadas.
Era conocido por tener un temperamento terrible, por lo que sus seguidores se esforzaban por mantenerlo complacido, pues de lo contrario pedían la excomunión o el exilio de Zion. Dowie era muy consciente del control que ejercía sobre su iglesia, pero se dio cuenta de que no podía gobernar Zion de forma efectiva solo con la autoridad de ser un sanador de la fe. Necesitaba establecerse como algo mucho más importante que el sacerdote promedio; necesitaba ser divino.
Por lo tanto, el 2 de junio de 1901, de pie frente a una gran multitud en el Auditorio de Chicago, Dowie afirmó que era la tercera encarnación de Elías. Fue perfecto. Sus seguidores ya le atribuían poderes curativos milagrosos y le consideraban un representante de su señor, Jesucristo, así que esto no les parecía descabellado. Era algo muy natural para sus devotos, que aceptaban la afirmación de Dowie de todo corazón[24].
Al revestirse con el manto de “profeta”, Dowie se ganaba aún más el respeto y la obediencia de sus seguidores, que estaban dispuestos a hacer cualquier cosa a sus órdenes. Se inventó explicaciones sobre la realidad de la aparición moderna de Elías,[25] para que sus afirmaciones parecieran aún más creíbles. Su propia convicción, o la falta de ella, puede juzgarse por el hecho de que en un juicio posterior, cuando se le pidió a Dowie que jurara que realmente se creía Elías, se negó rotundamente a hacerlo[26]. [También hizo la jactanciosa afirmación de que había venido como precursor de la segunda venida de Jesucristo, el Mesías, que, según sus cálculos, descendería dentro de 25 años[27] Poco sabía él que el verdadero Mesías ya había aparecido, y que pronto se enfrentaría a ese campeón de Dios.
Tal vez haya algunos factores principales que condujeron a este éxito. El primero fue que era un excelente orador[28] y un actor de talento[29]. Al igual que los televangelistas que surgieron después de él, Dowie era muy teatral y astuto[30]. De hecho, algunos creían que la mayor parte de su éxito se debía a esta habilidad suya[31]: “¡Dame un millón de dólares! Un millón de dólares, ¿escuchan? Voy a convertir el mundo, tengo que tener más dinero”, y casi siempre, sus feligreses accedían a donar grandes sumas de dinero[32] El hecho de que fuera o no inteligente no parecía influir mucho en su éxito, porque en la cúspide de su poder, era popular, rico y bastante poderoso. Dowie había creado un imperio propio y controlaba a sus seguidores como un titiritero controla a las marionetas; pero pronto lo perdería todo por su impertinencia e irreverencia hacia el Santo Profeta Muhammad (sa) y su audacia para menospreciar a el elegido de Dios.
Las críticas de Dowie al islam
El ascenso a la fama de Dowie fue muy publicitado por los medios de comunicación no solo en Estados Unidos, sino también en todo el mundo, incluida la India. Hazrat Mirza Ghulam Ahmad (as), el Mesías Prometido, había oído hablar de este charlatán y había ordenado una suscripción al periódico de Dowie, Leaves of Healing, que Mufti Muhammad Sadiq (ra) solía leerle de vez en cuando, para poder responder a las acusaciones que hacía este cristiano que pretendía ser profeta[33] Dowie despotricaba sobre lo que consideraba los fallos y peligros de las sectas cristianas y otras religiones, utilizando un lenguaje vil y grosero. Cuando no divagaba contra los metodistas, hacía del islam y del santo fundador del islam, el profeta Muhammad (sa), el blanco de su vulgaridad. Por ejemplo, Dowie argumentó la necesidad de destruir el islam con las siguientes palabras:
Uno de los mayores sistemas de Oriente es el Mahometanismo. La esencia misma del Mahometanismo es la degradación de la mujer, negándole un espíritu inmortal. La teología del mahometano no da inmortalidad a la mujer. Al musulmán no se le enseña a esperar una reunión con la esposa, la madre y la hija en el cielo. Se le enseña que pasan, que se pudren en los cementerios. Al musulmán se le enseña a esperar el cielo como un vasto burdel y harén, donde puede encontrar satisfacción en las mujeres que están preparadas para él como criaturas de la lujuria. Zion tendrá que borrar esa espantosa mancha sobre la humanidad. Esa bandera maldita tendrá que bajar de las altas torres de Jerusalén. ¡Que Dios me ayude a llamar a la puerta de los musulmanes antes de que pase mucho tiempo! Los musulmanes lucharán. Hay cientos de millones de ellos. Una de las grandes guerras inminentes es la de la Cruz y la Media Luna[34].
En otro momento, Dowie expresó su odio hacia el islam y el deseo de eliminarlo del mundo:
¿Cómo puede alguien que sepa exactamente lo que es el Mahometanismo, imaginar por un solo momento que Dios o el hombre puedan soportar para siempre esa abominación? “Donde llega la pezuña musulmana no crece la hierba” es el proverbio oriental. Dondequiera que haya llegado la maldita enseñanza de Mohamad, se ha acabado todo progreso real… Ya es hora de que una abominación tan organizada como esa sea barrida… Pido a Dios que llegue el día en que la Media Luna desaparezca, y en que las banderas -me gustaría verlas unidas allí y en todas partes- de Gran Bretaña y América floten sobre Zion en Jerusalén, como lo hacen a menudo en la ciudad de Zion, cerca de Chicago. ¡Que Dios lo conceda! Ya es hora de que la Abominación Musulmana se vaya, “bolsa y equipaje”, como solía decir el Sr. Gladstone. Que se escabulle de vuelta a los desiertos de Arabia de donde surgió la cosa asquerosa… ¡Uf! ¡Cómo se odia todo el asunto, la cosa viscosa y asquerosa! Que Dios lo destruya[35].
Respuesta del Mesías Prometido (as)
El Mesías Prometido (as) fue enviado por Dios como defensor y resucitador del islam; no podía soportar que se hicieran ataques tan blasfemos y traicioneros contra su fe. El 6 de agosto de 1902, cuando el Mesías Prometido (as) estaba escuchando una lectura de Hojas de Curación, oyó lo que el reverendo John Alexander Dowie decía sobre la destrucción de las naciones y los reinos y no pudo contener por más tiempo su pasión por servir y proteger a los musulmanes de un engañador tan peligroso. Dijo:
Este inventor y prevaricador es un peligroso enemigo del islam. Lo mejor sería publicar y enviar una carta abierta a él e invitarlo a un desafío. Aparte del islam, no hay ninguna religión veraz en el mundo; y las bendiciones y los signos se manifiestan solo a favor del islam. Tengo la firme convicción de que si este falsificador de mentiras me desafía, sufrirá una pérdida debilitante, y ha llegado el momento en que Dios Todopoderoso lo castigará por su falsificación”[36].
El 8 de agosto de 1902, el Mesías Prometido (as) escribió una carta abierta a Dowie que debía ser traducida al inglés y enviada a Dowie, así como a los periódicos del extranjero[37] y que posteriormente fue publicada en el número de septiembre de 1902 de The Review of Religions. Escribió:
Últimamente he oído hablar de un mensajero de Jesucristo nacido en América. John Alexander Dowie, pues tal es su nombre, afirma haber sido enviado por el hijo de María en su calidad de divinidad para que, como su apóstol, atraiga al mundo entero a la creencia en el despreciable paradigma de su divinidad… El Dr. Dowie considera al hombre Jesús como su dios, y se ve a sí mismo como su mensajero[38].
El desafío
A continuación, pidió a Dowie que se abstuviera de desear la muerte de todos los musulmanes del mundo:
Dado que el Dr. Dowie es el mensajero de la poderosa deidad que fue crucificada por los judíos, le ruego que se abstenga de destruir a todo el cuerpo de musulmanes que vive sobre la faz de la tierra… Si el Dios de los musulmanes o el Dios de Dowie es el verdadero Dios puede resolverse sin la pérdida de millones de vidas que implicaría la predicción del Dr. Dowie. Ese método consiste en que, sin amenazar al público musulmán en general con la destrucción, me elija a mí como oponente y ruegue a Dios que de nosotros dos el que sea el mentiroso perezca primero. Yo considero al hijo de María como un débil ser humano aunque lo reconozco como profeta de Dios, mientras que el Dr. Dowie lo toma por el señor del universo. Cuál de los dos tiene razón es el verdadero punto en cuestión. Si el Dr. Dowie está seguro de la divinidad del hijo de María, debería publicar la oración propuesta con las firmas de al menos mil hombres estampadas en ella. Al recibirla, dirigiré la misma oración a Dios Todopoderoso y la publicaré con las firmas del mismo número de testigos. Si el Dr. Dowie tiene el valor de aceptar este desafío, abrirá así un camino para todos los demás cristianos hacia la aceptación de la verdad. Al hacer esta propuesta, no he tomado la iniciativa, sino que el celoso Dios me ha inspirado ante la presuntuosa predicción del Dr. Dowie de que todos los Mahometanos perecerán[39].
En resumen, el Mesías Prometido (as) suplicó a Dowie que dejara de desear la muerte de todos los musulmanes del mundo y que, en cambio, se enfrentara a él en un debate de oración. Argumentó que sería poco beneficioso causar la muerte de millones de musulmanes, cuando a través de la muerte de un solo musulmán, es decir, el Mesías Prometido, Dowie podría demostrar su veracidad. Todo lo que Dowie tenía que hacer era publicar una oración suplicando a Dios que lo destruyera, junto con el testimonio de mil hombres. Él haría lo mismo, y esperarían a que el decreto de Dios siguiera su curso. El que muriera primero demostraría ser el mentiroso, porque “el enemigo del mensajero de Dios debe perecer” en vida de ese mensajero[40] Si Jesucristo era realmente Dios, entonces haría que su mensajero, el reverendo Dowie, sobreviviera al Mesías Prometido (as). Sin embargo, si Dowie muriera primero, se demostraría incontrovertiblemente que el Dios del Mesías Prometido (as) era más poderoso, y el de Dowie era ineficaz.
Este duelo de oración en particular era único. Normalmente, ambas partes tendrían que estar de acuerdo en aceptar el desafío; de lo contrario, no sería válido. Esta vez, sin embargo, el Mesías Prometido (as) declaró:
Si el Dr. Dowie guarda silencio y no da respuesta a esta oferta, o si habiendo decidido entrar en las listas reza a su manera jactanciosa y adopta el procedimiento aquí registrado y luego muere en mi vida, en cualquier caso será una señal para toda América. En cuanto a la forma en que debe producirse la muerte, es necesario imponer la restricción de que no se produzca a través de manos humanas, sino que pueda ser el resultado de una enfermedad, un rayo, la mordedura de una serpiente, etc. El plazo en el que Dowie tiene libertad para responder a esta convocatoria se fija en tres meses a partir de la fecha en que se emite el anuncio. Y rogamos a Dios que esté con el justo. Amén.[41]
Cuando el Mesías Prometido (as) escribió esta carta, tenía sesenta y siete años y sufría muchas dolencias, incluida la diabetes. Dowie, en cambio, era doce años menor que él y gozaba de “excelente salud”. El 14 de diciembre de 1902, pocos meses después de este desafío, Dowie declaró el estado de su salud con las siguientes palabras
Hoy soy un hombre más fuerte, en muchos aspectos, de lo que nunca he sido en mi vida… Apenas sé lo que es el cansancio, y no es porque me acueste en una cama de rosas… Me siento en todo sentido sano en espíritu, alma y cuerpo, y estoy profundamente agradecido a Dios porque a menudo me permite duplicar mi capacidad de trabajo para Su Causa y Reino. Tengo un cerebro incansable. Tengo una estructura saludable. Mi digestión es sana, y en el momento en que quiero dormir puedo conseguirlo. Puedo tomarlo a cualquier hora del día o de la noche. Puedo tomarlo durante el tiempo que quiera, corto o largo. No conozco ninguna prueba mejor de un hombre sano que los poderes de asimilación que son perfectos y la capacidad de dormir. Creo que hay muy pocos hombres de mi edad y trabajo en el mundo de hoy que sean tan fuertes como yo… Y con eso y más – mucho más – gozo de una excelente salud, y no estoy mascullando tonterías sin sentido, como bien saben los periódicos[42].
El Mesías Prometido (as), sin embargo, estaba tan seguro de que Dowie había merecido una salida anticipada del mundo debido a su impertinencia hacia el islam y el Santo Mensajero de Dios, que profetizó la muerte de Dowie en un futuro próximo. Aceptara o no Dowie el desafío, su final estaba cerca, y el Mesías Prometido (as) tenía la firme convicción de que saldría victorioso. Esta sería su señal para América, una señal que daría testimonio de su veracidad en los tiempos venideros.
Insolencia continua
Dowie optó por ignorar el desafío del Mesías Prometido (as) y, por el contrario, comenzó a atacar al islam con más fervor que antes. De hecho, en el número del 19 de diciembre de 1902 de su semanario Leaves of Healing, Dowie publicó la siguiente declaración:
Mi misión es reunir gente del Este y del Oeste, del Norte y del Sur, y poblar esta ciudad y otras ciudades con cristianos, hasta que llegue el día en que el Mahometanismo sea borrado de la tierra. Oh, Señor, muéstranos esa hora”[43].
Aunque Dowie se mostró indiferente al desafío del Mesías Prometido (as), la prensa estadounidense lo difundió por todo el país. A modo de ilustración, se reproduce a continuación un extracto de la edición de The New York Times del 29 de marzo de 1903:
El señor Dowie (como el profeta) ha predicho la destrucción de todos los que no creen en la divinidad de su misión; y se ha esforzado por incluir a los lejanos mahometanos en el gran cataclismo. Sucede que el Lejano Oriente tiene sus propios profetas y, naturalmente, consideran este ataque como contrario a la ética de la profesión. Para mantener su propio prestigio deben derribar al arrogante occidental. Es una vieja historia que cuando los profetas caen hay que pagar el Hail Columbia. Un tal Mirza Ghulam Ahmed, un mahometano de Quodian, Gundaspur [sic], India, (que tiene 100.000 seguidores) ha lanzado un desafío que le vendría como anillo al dedo al indiscutible Elías. La opinión popular sobre la veracidad de la afirmación del Sr. Dowie dependerá en gran medida de su tratamiento de este desafío. La propuesta de Ahmed es que el profeta occidental y 1.000 de los suyos recen por la pronta muerte del Mesías mahometano, mientras que éste y un número similar de musulmanes dotados soliciten la pronta eliminación del Sr. Dowie. El primero de los dos será proclamado “mentiroso” en todo el mundo.
Un auténtico Elías se lanzaría a una propuesta así. Cuando los pechugones sacerdotes de Baal negaron la supremacía profética de Elías, éste desafió a todo el equipo (que contaba con 450 profesionales experimentados) a una prueba de oración. Ninguna desventaja pudo con él. Pero uno contra cientos, llegó a inundar con agua el montón de leña que se había comprometido a quemar. Es de recibo ver cómo insultó a los sudorosos sacerdotes y cómo les espoleó con sus insultos. Ese es el tipo de profeta que era Elías. Se recuerda este incidente porque el desafío de Ahmed se parece mucho al de Elías a los sacerdotes, y si el fundador de Zion (Illinois) está equivocado en cuanto a su propia identidad se determinará por su aceptación o rechazo de esta prueba. El mahometano es más generoso que justo. Renuncia a la consideración de que es diez años mayor y estipula que la muerte será por enfermedad, golpe de rayo o mordedura de serpiente. La tasa de mortalidad normal de Chicago es muy inferior a la de Quodian [sic], y las estadísticas muestran 673 muertes por mordedura de serpiente en la India el año pasado y ninguna en el condado de Cook. Aparte de las oraciones, las condiciones favorecen al Sr. Dowie[44].
Tanto los detractores como los partidarios de Dowie opinaron y comentaron sobre el reto al que se enfrentaba un “mahometano”. No se puede determinar con exactitud la opinión pública sobre el desafío, pero esto es seguro, Dowie y sus “sionistas” se opusieron rotundamente al debate propuesto, ya que quizás temían una posible derrota. Sea como fuere, Dowie decidió no aceptar formalmente el desafío y, en cambio, pensó que lo mejor era burlarse del Mesías Prometido (as) y de su propuesta, una decisión que le costaría muy cara.
El 21 de diciembre de 1902, ante su congregación dominical, el reverendo John Dowie hizo el siguiente comentario impertinente sobre el Mesías Prometido (as)
‘Hay un hombre insensato en la India, un Mesías mahometano, que persiste en escribirme diciendo que el cuerpo de Cristo está enterrado en Cachemira, en la India, y que puede encontrarse allí. Nunca dice que lo haya visto, pero la pobre criatura fanática e ignorante sigue con el desvarío de que el Cristo murió en la India. Cristo volvió a subir a los cielos en Betania, y allí está su cuerpo celestial”[45].
Luego, unos meses más tarde, dijo a su congregación por qué no respondía al desafío del Mesías Prometido (as):
‘La gente a veces me dice: “¿Por qué no respondes a esto, aquello y lo otro?”. ¡Responde! ¿Crees que voy a responder a estos mosquitos y moscas? John L. Sullivan, el boxeador de los pesos pesados, fue insultado una vez por un boxeador bantam, cuando alguien que estaba cerca le dijo: “¿Por qué no le pegas?”.
“¿Pegarle?”, dijo el grandullón, “no es de mi clase; si le pegara, le mataría”. ¿Y me pides que responda a esas pequeñas moscas de la carne, a esos miserables mosquitos? Si pusiera mi pie sobre ellos, les aplastaría la vida. Les doy la oportunidad de volar y vivir. ¡La idea de molestarse por estas pequeñas cosas! Zion no tiene tiempo de detener sus ruedas para responderlas. Es como un ratón que mira a una sierra circular y dice: “¡Detente o te morderé!”. Que muerda la sierra y se acabe. [Risas]'[46]
A partir de estas declaraciones, una persona honesta y justa puede juzgar la cantidad de insolencia y falta de respeto que Dowie mostró al Mesías Prometido (as). Seguramente, esta no era la práctica del gran profeta Jesucristo, al que este patético impostor decía adherirse. Dios, el Omnipotente y Omnipresente, no permitiría que tal descaro quedara impune y así comenzó la caída de John Alexander Dowie, autoproclamado “Elías”.
El principio del fin
El 23 de agosto de 1903, al no haber recibido respuesta de Dowie durante todo un año, el Mesías Prometido (as) le recordó el desafío y declaró que su perdición estaba cerca:
‘Tengo miles de Sus testimonios en mi apoyo, que no puedo enumerar… Un testimonio es que si el Sr. Dowie acepta mi desafío y se pone en oposición a mí de forma clara o implícita, partirá de este mundo con gran pena y dolor durante mi vida…’.
Dowie no ha respondido hasta ahora a mi desafío ni se ha referido a él en su documento. Por lo tanto, le concedo un plazo de siete meses a partir de hoy, 23 de agosto de 1903. Si durante este período se opone a mí y anuncia en su periódico que acepta plenamente el plan que he presentado, el mundo verá pronto el fin de esta contienda. Yo tengo unos setenta años y Dowie, según su propia declaración, es un joven de cincuenta años. No me preocupa esta disparidad de edades, ya que la cuestión no debe decidirse por los méritos de la edad. Depende enteramente de Dios, que es el Dios del cielo y de la tierra y es el mejor juez. Si el Sr. Dowie huye de esta contienda, invoco a los pueblos de América y Europa como testigos de que esto también se consideraría su derrota, y en tal caso se debería concluir que su pretensión de ser Elías es una mera jactancia y un engaño. Puede intentar huir de la muerte de esta manera, pero debe darse cuenta de que su huida del concurso propuesto es también una especie de muerte. Por lo tanto, tened por seguro que una calamidad caerá muy pronto sobre su Zion”[47].
Apenas habían pasado dos meses desde que el Mesías Prometido (as) emitió esta declaración cuando Dowie experimentó una muestra de la confusión y la desgracia que estaba destinado a soportar durante el resto de su vida.
El valor estimado de la riqueza de Dowie en diciembre de 1903 era de 25.000.000 de dólares, ¡Una cantidad considerable para cualquier persona! Sin embargo, su insaciable hambre de riqueza le dio la idea de crear otro Zion en México. De hecho, estaba planeando llegar hasta allí, cuando repentinamente le sobrevino una parálisis frente a una congregación[48] La “excelente salud” de la que solía jactarse frente a sus congregaciones estaba ahora menguando, y su salud tomó un giro brusco hacia abajo. Nombró a Wilbur Glenn Voliva (1870-1942) como “supervisor general” de la ciudad de Zion,[49] ya que consideraba que su salud no le permitía seguir en ese cargo. Sufriría otro ataque de parálisis en México, durante un viaje para recuperarse, y ahora estaba afectado por una parálisis parcial[50].
Mientras tanto, en la ciudad de Zion, poco a poco, sus seguidores comenzaron a volverse contra él, preguntándose qué hacía Dowie con todo el dinero que recaudaba de ellos. Se iba de gira por el mundo con su familia; vivía en una magnífica casa de tres plantas; siempre cobraba el 10% de los ingresos de los sionistas (independientemente de su situación económica), y recibía habitualmente grandes sumas de dinero de los conversos ricos. [51] Su “leal” seguidor Voliva se dio cuenta del cambio de actitud del público hacia Dowie y, en su primer mes como supervisor general, transfirió todas las propiedades de la iglesia que estaban en posesión de Dowie, a uno de sus propios lugartenientes, y acusó a Dowie de extravagancia y “grave mala administración”. Además, reunió a todos los sionistas en el tabernáculo de la ciudad de Zion y denunció a Dowie, con el apoyo de todos los seguidores (antiguos) de Dowie, excepto 200. Por una abrumadora mayoría, los habitantes de Zion City acordaron deponer a Dowie y aceptaron a Voliva como su líder[52] Dowie, por supuesto, era ajeno a todo esto, ya que se encontraba en México en ese momento, pero debe haber estado devastado al saber que sus propios seguidores lo habían apuñalado por la espalda y destronado de su cargo.
Al anunciar la deposición de Dowie, su propio periódico publicó el siguiente anuncio, exponiendo los fraudes que había cometido financiera y moralmente:
Este es el anuncio más triste que “Leaves of Healing” ha tenido que hacer. Y, sin embargo, hay en él una nota de alegría, un motivo de acción de gracias y de alabanza a Dios, porque demuestra que el pueblo de Zion es un pueblo justo, y tiene la fe y el rumbo para golpear la iniquidad incluso cuando el corazón se quebranta en el instante en que lo golpean…
Después de describir cómo John Dowie llevó a la ciudad de Zion a la deuda, las Hojas de Curación continuaron:
¿Qué hizo John Alexander Dowie para aliviar una situación tan intolerable? Hizo un recorrido por el mundo, viajando de la manera más costosa. Primero, reprendió a los asesores jurídicos y empresariales por sugerir una política empresarial más práctica y económica, y luego prometió inaugurar dicha política. Ordenó a todos los miembros de la Iglesia Católica Cristiana de Zion en todo el mundo que vendieran todo lo que tenían y vinieran a la ciudad de Zion, poniendo el dinero en sus manos. Envió a los miembros y amigos de Zion, a pedir dinero prestado en donde sea, hipotecando sus propiedades, si las tenían, o dando sus propias notas personales. Para estos préstamos, dio sus propias notas personales por trescientos mil dólares. Este dinero se ha gastado en pagar deudas y en gastos corrientes; no hay nada productivo que mostrar, y los intereses de estos pagarés no se han saldado. Primero declaró que Zion nunca debería pedir prestado un centavo al mundo -aunque instó a la gente a hacerlo- y luego declaró que podría pedir prestado 1.250.000 dólares en cumplimiento de la profecía. Mientras la ciudad se encontraba en esta lisiada y sufrida condición financiera, lanzó la propuesta empresa “El paraíso de la plantación de Zion” (Zion Paradise Plantation), y ha gastado miles de dólares en inversiones; algunos en viajes a México, el resto para otros propósitos, que incluían gastos personales. Ha mantenido grandes y costosas casas y séquitos de sirvientes en Zion City y en Ben MacDhui, cerca de Montague, Michigan, gastando miles de dólares en mejoras de esta propiedad, en un momento en que se había ordenando a todos los miembros de Zion que vendieran lo que tuvieses y lo llevaran a Zion City[53].
Luego, el 5 de abril de 1906, mientras Dowie estaba en México, sus propios oficiales de confianza revelaron que estaba planeando practicar la poligamia en su colonia allí. Según ellos, Dowie había planeado “un harén de siete esposas”[54] e incluso había seleccionado a las “mujeres más atractivas de Zion”[55] para que fueran sus novias. También se demostró que había tenido relaciones extramatrimoniales adúlteras con una joven suiza [56] La esposa de Dowie, Jane, reveló que cuando él le había hablado de sus intenciones de practicar la poligamia, ella “se opuso amargamente”[57] “Todos los instintos de mi feminidad se rebelaron ante tan espantosa propuesta”, reveló Jane Dowie. “Había sido una esposa fiel durante muchos años, en la enfermedad y en la salud, en la prosperidad y en la adversidad, y ahora me encontraba con que iba a ser sustituida. Esto marcó el comienzo de nuestras diferencias y llegaron a tal punto que era imposible vivir con el Dr. Dowie”[58] También dijo que Dowie la había amenazado violentamente cuando se opuso a sus planes[59].
Humillante derrota
Cuando regresó de México y se enteró de que sus planes secretos habían quedado al descubierto, supo que nunca más sería respetado. Al actuar en contra de todas las enseñanzas que solía promulgar, no había dejado ninguna duda en la mente del público de que no era más que un hipócrita y un mentiroso. Su regreso a Estados Unidos estuvo plagado de un colapso humillante, y de una multitud antipática que se había presentado solo para ver lo que quedaba del otrora honorable Dowie. Esto es lo que vieron:
En lugar de la personalidad robusta, desafiante y poderosa que esperaban, la multitud vio a un anciano debilitado, asustado y tembloroso. Se desplomó por completo al llegar cerca del carruaje, y se hundió en el suelo, desde donde fue recogido en un fardo y depositado en el asiento. Dowie seguía temblando y medio muerto de miedo cuando el carruaje arrancó al galope hacia el hotel, con una chusma que gritaba, vitoreaba y se mofaba de él. Los médicos asistieron al “Profit” en el hotel, donde se recuperó lo suficiente como para hacer una declaración temblorosa en la que decía que no tenía nada que decir[60].
Finalmente, Dowie perdió a todos sus seguidores y su salud, pasando la mayor parte de sus días postrado en la cama, atendido por unos pocos sirvientes. Su mujer y su único hijo lo abandonaron. Casi todos sus seguidores se habían vuelto contra él, y su fiel lugarteniente, Voliva, lideró la revuelta. Estaba arruinado, con una salud pésima, deshonrado y considerado un estafador por todo el mundo. La caída de John Dowie fue tan rápida como su ascenso a la fama, si no más. La Iglesia que él había fundado ahora solo lo aceptaba como “inválido” y “arrepentido reincidente”[61].
Dowie solía ser conocido por sus finas habilidades oratorias y su astucia, pero ahora, todos esos talentos se habían agotado. Mientras se dirigía a una reunión de un par de cientos de seguidores en enero de 1907, mostró signos de una crisis mental y nerviosa. “Apareció… con las manos y los pies vendados”, describió un informe de prensa, “y trabajó bajo la ilusión de que había recibido graves heridas en una batalla victoriosa, mientras que su fiel general había sido asesinado”. El informe continuaba:
Dos asistentes negros sacaron al Dr. Dowie antes de que terminara su incoherente discurso. Se dice que él ha olvidado su propio nombre, y se llama a sí mismo Jerry. Está casi indefenso físicamente… Maldice de forma rotunda, y en un lenguaje que entiende la gente común.[62]
Dowie vivía en una condición miserable, entre la vida y la muerte desde hacía más de un año. Desde diciembre de 1905, los médicos habían declarado que sus días estaban contados y que la muerte lo alcanzaría en cualquier momento[63] Pero Dowie no se iría en paz; una muerte lenta y dolorosa había sido ordenada para este impostor. El famoso curandero que solía presumir de ser capaz de curar a cualquier persona de cualquier enfermedad simplemente con el poder de la oración ¡Era incapaz de curarse a sí mismo! El autodenominado “Elías”, que atribuía la enfermedad a la pecaminosidad, estaba ahora él mismo aquejado de una miríada de enfermedades. Tal era la lamentable condición del falso pretendiente a profeta, que se atrevió a desafiar la divinidad del islam y de los Santos Profeta(sa). Este era el tormento y el dolor que el Mesías Prometido (as) había profetizado que Dowie encontraría si no desistía de atacar a los personajes sagrados. En efecto, una terrible calamidad se abatió sobre la ciudad de Zion, pues tuvo que asistir al debilitamiento de su fundador.
Una muerte anunciada
Mientras tanto, a miles de kilómetros de distancia, en un remoto pueblo del norte de la India, el Mesías Prometido (as) rezaba diligentemente para que el decreto de Dios siguiera su curso. Se necesitaba una señal decisiva para mostrar a América que el Mesías que esperaban ya había aparecido en la India y que era el momento de aceptarlo. El fin de Dowie estaba cerca; el Mesías Prometido (as) estaba seguro de ello porque Dios le había estado dando noticias de su inminente destrucción desde que había lanzado el desafío en septiembre de 1902. Por ejemplo, el 17 de diciembre de 1903, Dios le tranquilizó con la promesa de que no sería aniquilado y que sobreviviría a Dowie:
تَرَى نَصْرًا مِّنْ عِنْدِ اللهِ. أَنْتَ مَعِيْ وَأَنَا مَعَكَ. أُرِيْحُكَ وَلَا أُجِيْحُكَ. إِنَّ اللهَ مَعَ الَّذِيْنَ اتَّقَوْا وَّالَّذِيْنَ هُمْ مُّحْسِنُوْنَ… أَطَالَ اللهُ بَقَاءَكَ. كَمَّلَ اللهُ إِعْزَازَكَ.
Verás la ayuda de Dios. Tú estás conmigo y Yo estoy contigo. Os daré consuelo y no os aniquilaré. Dios está con los que son justos y cumplen con su deber al máximo… Que Dios alargue tu vida. Dios ha perfeccionado tu honor.[64]
Mientras Dowie caía en picada, Dios elevaba al Mesías Prometido (as) a nuevas alturas y le prometía la victoria y el triunfo sobre sus enemigos. Dios amaba al Mesías Prometido (as) e iba a mostrar ese amor al mundo. “Una joya como tú no se desperdicia”, dijo Dios, “El día de la pérdida no vendrá sobre ti”[65] El 9 de febrero de 1907, el Mesías Prometido (as) recibió la noticia de una victoria que se acercaba: اَلْعِيْدُ الْآخَرُ تَنَالُ مِنْهُ فَتْحًا عَظِيْمًا “Hay otro Eid [o festival] durante el cual lograrás una gran victoria.”[66] Al día siguiente, en una revelación aún más clara, Dios dijo:
دَعْنِيْ أَقْتُلْ مَنْ اٰذَاكَ. إِنَّ الْعَذَابَ مُرَبَّعٌ وَّ مُدَوَّرٌ.
Dejadme para que pueda matar al que os hace daño. El castigo está destinado a los enemigos por los cuatro costados y los está rodeando[67].
Además:
مَیں ایک تازہ نشان ظاہر کروں گا جس میں فتحِ عظیم ہو گی۔ وہ عام دنیا کے لئے ایک نشان ہو گا اور خدا کے ہاتھوں اور آسمان سے ہو گا۔
Manifestaré una nueva señal que contendrá una gran victoria. Será una señal para todo el mundo y será realizada por las manos de Dios y desde el cielo.[68]
Esta revelación fue publicada el 20 de febrero de 1907 en la portada interior del libro del Mesías Prometido (as) Qadian kay Arya aur Hum con los siguientes comentarios: “Que todos los ojos lo esperen, pues Dios lo manifestará pronto como Su testimonio de que este humilde, que está siendo vilipendiado por todos los pueblos, procede de Él. Bienaventurados los que se aprovechen de ello”[69] Luego, el 7 de marzo de 1907, el Mesías Prometido (as) recibió las revelaciones: يَأْتُوْنَ بِنَعْشِهِ مَلْفُوْفًا “Traerán su cuerpo, amortajado”,[70]y إِنِّيْ نَعَيْتُ إِنَّ اللهَ مَعَ الصَّادِقِيْنَ”Os transmito la noticia de la muerte de un mentiroso. Dios está con los veraces”[71].
Por fin, de acuerdo con estas revelaciones proféticas, la vida de John Alexander Dowie terminó la mañana del 9 de marzo de 1907 en su casa de la ciudad de Zion. En el momento de su muerte, solo tenía un amigo a su lado, y dos asistentes personales. Su muerte fue todo menos pacífica, ya que murió en un estado de completo delirio mental. Se dice que alrededor de la 1 de la mañana, Dowie empezó a delirar. Debió de pensar que estaba ante una gran reunión, como en sus años de gloria, porque empezó a denunciar a personas imaginarias y a gritar órdenes a los guardias para que expulsaran a los abucheadores y perturbadores. Pero no había ni alborotadores ni perturbadores que le molestaran, salvo su propia conciencia, que le atormentaba por lo que había hecho. En cuestión de pocas horas, el alma angustiada de Dowie escapó de los confines del cuerpo físico que una vez fue la razón de su orgullo y arrogancia[72].
La desgracia en la muerte
Dowie siempre quiso ser enterrado en un magnífico mausoleo, que albergara los restos de su familia, y que sirviera de recordatorio recurrente de su existencia en la tierra. Eso nunca ocurrió. De hecho, lo que obtuvo fue un simple bloque de granito que decía “John Alexander”, porque su hijo, Gladstone, que debía continuar el legado de la familia Dowie después de su padre, quería que el nombre de su padre quedara en el olvido: no quería que el apellido “Dowie” quedara vinculado a los fallos de su padre. La siguiente noticia arroja luz sobre todo el asunto:
En la muerte, como en la vida, la creciente ambición de John Alexander Dowie quedó en nada. Era su deseo y su esperanza… que sus huesos descansaran en un magnífico mausoleo en el que también fueran enterrados los miembros de su familia, perpetuando para siempre, como él soñaba con cariño, el nombre de Dowie. Lamentablemente para su orgullo, una lápida barata, simple casi hasta la mezquindad, marcará la tumba en Zion City del hombre que una vez fue aclamado como líder por tantos miles de personas. La próxima semana se colocará sobre la tumba una simple losa de granito con el epitafio “John Alexander; 1847-1907”. Gladstone Dowie, hijo de “Elijah II”, se ha decidido por esta lápida sin pretensiones. No costará más de 20 libras, y ni siquiera llevará grabado el nombre “Dowie”[73].
Qué final tan adecuado para un hombre que intentó vanamente difamar el nombre del Profeta Muhammad(sa): su propio nombre fue borrado de la tierra, ¡Y ni siquiera su epitafio llevaba el nombre que una vez le había enorgullecido tanto! Dowie trató de deshonrar al Mesías Prometido (as) llamándole “hombre necio” y “criatura ignorante”, pero a la inversa, sus propios seguidores le repudiaron, atribuyendo a su nombre hipocresía, malversación y extravagancia criminal[74] Cuán ciertas fueron las palabras de Dios para el Mesías Prometido (as):
إِنِّيْ مُهِيْنٌ مَنْ أَرَادَ إِهَانَتَكَ وَ إِنَّا كَفَيْنَاكَ الْمُسْتَهْزِئِيْنَ. يَا أَحْمَدُ بَارَكَ اللهُ فِيْكَ.
Humillaré a quien se proponga humillarte. Seremos suficientes contra tus burladores. Oh Ahmad, Dios te ha bendecido[75].
La gran victoria
El final de Dowie significó una gran victoria para el Mesías Prometido (as), cuyo desafío dictaba que quien fuera el mentiroso moriría en vida del veraz. La muerte de Dowie demostró la veracidad del Mesías Prometido (as) y, tal y como éste había predicho, fue “una señal para toda América”[76] Sus palabras, “si el señor Dowie acepta mi desafío y se opone a mí de forma clara o implícita, partirá de este mundo con gran pena y dolor durante mi vida”,[77] se cumplieron palabra por palabra.
Para propagar el cumplimiento de la gran profecía del Mesías Prometido (as), The Review of Religions publicó en abril de 1907 un artículo especial titulado “El juicio divino en la muerte de Dowie”, y lo envió a los editores de periódicos y revistas de todo Estados Unidos. El artículo destacaba las profecías del Mesías Prometido (as) con respecto a la muerte de Dowie y también proporcionaba un excelente análisis sobre los factores que hicieron que el Mesías Prometido (as) desafiara a Dowie en primer lugar[78]. Posteriormente, los periódicos anunciaron la victoria del Mesías Prometido (as) contra el “Primer Apóstol” con titulares como “Grande es Mirza Ghulam Ahmad el Mesías”[79].
En Haqīqat-ul-Wahī, un glorioso libro que relata los signos manifestados a su favor, el Mesías Prometido (as) proporcionó una visión concisa pero completa del desafío que lanzó a Dowie y su resultado. Después de describir la caída de Dowie, el Mesías Prometido (as) escribió que su muerte era el cumplimiento de una gran profecía del Santo Profeta (sa) sobre los deberes del Mesías Prometido como el que “rompería la Cruz y mataría a los cerdos”[80] Dado que Dowie era el reverendo más poderoso de su tiempo, su muerte indicaba la “ruptura de la Cruz”. Asimismo, el lenguaje notoriamente vil y sucio de Dowie hacia el islam y el Santo Profeta (sa) lo había convertido en un cerdo, por lo que su muerte también significaba la ‘matanza de los cerdos’. Su muerte fue el resultado directo del enfrentamiento con el Mesías, y por lo tanto fue el Mesías quien destruyó a Dowie. Estas son las palabras del Mesías Prometido (as) a este respecto:
¿Puede haber un milagro mayor? Mi verdadera misión es romper la Cruz, y una gran parte de la Cruz se ha roto con su muerte. Puesto que era el principal defensor de la Cruz en el mundo, y afirmaba ser un Mensajero, y afirmaba que todos los musulmanes serían destruidos por sus oraciones, al igual que el islam, y la Ka’aba caería en ruinas, Dios Todopoderoso, por lo tanto, hizo que pereciera en mis manos. También creo que la profecía sobre la “matanza del cerdo” se ha cumplido claramente con su muerte, pues ¿quién podría ser más peligroso que aquel que hace una falsa afirmación del Profeta y come la suciedad de la falsedad como un cerdo?[81].
Una señal duradera
En un lapso de menos de cinco años (desde septiembre de 1902, cuando el Mesías Prometido (as) lanzó por primera vez el desafío, hasta el 9 de marzo de 1907), Dowie se precipitó desde un estado de poder absoluto, riqueza y supremacía hasta un abismo de humillación, desgracia, enfermedad y, finalmente, muerte. Así fue el desgraciado final de John Dowie, que dejó el mundo como un hombre totalmente destruido y arruinado, ni siquiera una sombra de su antiguo ser. Su destrucción es una manifestación evidente del Poder de Dios y una señal que demuestra la verdad del Mesías Prometido (as).
Su Santidad Mirza Masrur Ahmad (aba), el quinto jalifa del Mesías Prometido (as), pronunció su sermón del viernes, el 30 de septiembre de 2022, en una nueva mezquita construida por la Comunidad Musulmana Ahmadía en Zion, la misma ciudad fundada por Dowie. La mezquita Fath-e-Azeem es un testimonio del poder duradero de la oración.
Sobre el autor: Furhan Ahmad Hamza Qureshi es imán de la Comunidad Musulmana Ahmadía y licenciado por el Instituto Ahmadiyya de Lenguas y Teología de Canadá. Actualmente es profesor del Instituto Ahmadiyya de Lenguas y Teología de Canadá, editor adjunto de la Gaceta Canadiense Ahmadía, y aparece en varios programas de la MTA (Televisión Musulmana Ahmadiyya). También es miembro del equipo del Proyecto Existencia.
NOTAS FINALES
[1] Gibbney, H. J.. “John Alexander Dowie.” Australian Dictionary of Biography. National Centre of Biography, Australian National University, n.d. Web. 28 Nov. 2012. <http://adb.anu.edu.au/biography/dowie-john-alexander-3434>.
[2] Ibid.
[3] “The Rev. J. Dowie.” Gippsland Times[Victoria] 27 May 1885, sec. Latest from Melbourne: 3. Trove. Web. 28 Nov. 2012.
[4] Swain, John. “How Rev. J. A. Dowie Founded Zion City.” The Saint Paul Globe4 May 1902: 39. Chronicling America (The Library of Congress). Web. 29 Nov. 2012.
[5] “Disposition of Dowieism may go to Supreme Court.” The San Francisco Call22 May 1901: 3. Chronicling America (The Library of Congress). Web. 29 Nov. 2012.
[6] Ibid.
[7] “Career of Dowie ends at Zion City.” New Ulm Review13 Mar. 1907: 7. Chronicling America (The Library of Congress). Web. 29 Nov. 2012.
[8]“Disposition of Dowieism may go to Supreme Court.” The San Francisco Call22 May 1901: 3. Chronicling America (The Library of Congress). Web. 29 Nov. 2012.
[9]“Dowieism.” It.[Lawrenceburg] 27 Nov. 1902: 2. Chronicling America (The Library of Congress). Web. 29 Nov. 2012.
[10]“Career of Dowie ends at Zion City.” New Ulm Review13 Mar. 1907: 7. Chronicling America (The Library of Congress). Web. 29 Nov. 2012.
[11]Associated Press. “Dowie dies in the city he planned.” Los Angeles Herald10 Mar. 1907: 3. Chronicling America (The Library of Congress). Web. 29 Nov. 2012.
[12]“Dowieism.” It.[Lawrenceburg] 27 Nov. 1902: 2. Chronicling America (The Library of Congress). Web. 29 Nov. 2012.
[13]Ibid.
[14]“Dowie’s paying game.” Kalgoorlie Western Argus22 Dec. 1903: 41. Trove. Web. 28 Nov. 2012.
[15]Swain, John. “How Rev. J. A. Dowie Founded Zion City.” The Saint Paul Globe4 May 1902: 39. Chronicling America (The Library of Congress). Web. 29 Nov. 2012.
[16]“Zion City in receivers’ hands.” Palestine Daily Herald12 Dec. 1903: 3. Chronicling America (The Library of Congress). Web. 29 Nov. 2012.
[17]“Dowie’s bubble has burst; all his bubbles have burst.” The Minneapolis Journal8 Apr. 1906: 16. Chronicling America (The Library of Congress). Web. 28 Nov. 2012.
[18]For instance, the property he owned in Zion was worth close to five million dollars. (Press Association. “Dr. Dowie’s Wealth.” The Evening Post[Wellington] 28 Oct. 1903: 5. National Library of New Zealand. Web. 10 Dec. 2012.)
[19]Swain, John. “How Rev. J. A. Dowie Founded Zion City.” The Saint Paul Globe4 May 1902: 39. Chronicling America (The Library of Congress). Web. 29 Nov. 2012.
[20]Ibid.
[21]“Dowieism.” It.[Lawrenceburg] 27 Nov. 1902: 2. Chronicling America (The Library of Congress). Web. 29 Nov. 2012.
[22]Ibid.
[23]“Dowie, the self-styled ‘Elijah the Redeemer,’ arrives and takes up luxurious quarters at the palace hotel.” The San Francisco Call20 Jan. 1904: 16. Chronicling America (The Library of Congress). Web. 28 Nov. 2012.
[24]Swain, John. “John Alexander Dowie: the prophet and his profits.” The Century Illustrated Monthly Magazine64 (1902): 940. Print.
[25]“Zion City in receivers’ hands.” Palestine Daily Herald12 Dec. 1903: 3. Chronicling America (The Library of Congress). Web. 29 Nov. 2012.
[26]“Dowie starts on his mission to save the New Yorkers.” The Saint Paul Globe11 Oct. 1903: 21. Chronicling America (The Library of Congress). Web. 29 Nov. 2012.
[27]“India’s Messiah and his challenge to Dr. Dowie.” The Spokane Press10 Oct. 1903: 3. Chronicling America (The Library of Congress). Web. 29 Nov. 2012.
[28]“Dowie starts on his mission to save the New Yorkers.” The Saint Paul Globe11 Oct. 1903: 21. Chronicling America (The Library of Congress). Web. 29 Nov. 2012.
[29]“Career of Dowie ends at Zion City.” New Ulm Review13 Mar. 1907: 7. Chronicling America (The Library of Congress). Web. 29 Nov. 2012.
[30]“Dowieism.” It.[Lawrenceburg] 27 Nov. 1902: 2. Chronicling America (The Library of Congress). Web. 29 Nov. 2012.
[31]Weippiert, G. W.. “Menace to society.” The Crittenden Press[Marion] 13 June 1901: 6. Chronicling America (The Library of Congress). Web. 29 Nov. 2012.
[32]“Dowie starts on his mission to save the New Yorkers.” The Saint Paul Globe11 Oct. 1903: 21. Chronicling America (The Library of Congress). Web. 29 Nov. 2012.
[33]Malfūzāt, vol. 3, p. 310 (1984 ed.)
[34]“Early Morning Meeting in Shiloh Tabernacle (July 21, 1903).” Leaves of Healing13.17 (1903): n. pag. Rpt. in Leaves of Healing. Ed. John A. Dowie. Vol. 13. Zion: Zion Publishing House, 1903. 541-42. Print.
[35]“Elijah’s Restoration Messages (February 8, 1903).” Leaves of Healing 12.17 (1903): n. pag. Rpt. in Leaves of Healing. Ed. John A. Dowie. 1st ed. Vol. 12. Zion: Zion Publishing House, 1903. 526. Print.
[36]Malfūzāt, vol. 3, p. 311 (1984 ed.)
[37]Malfūzāt, vol. 3, p. 313 (1984 ed.)
[38]The Review of Religions, vol. 1, no. 9, September 1902, p. 342
[39]The Review of Religions, vol. 1, no. 9, September 1902, pp. 344-345
[40]The Review of Religions, vol. 1, no. 9, September 1902, pp. 337
[41]The Review of Religions, vol. 1, no. 9, September 1902, pp. 349
[42]Dowie, John A. “Elijah’s Restoration Messages (December 14, 1902).”Leaves of Healing 12.9 (1902): n. pag. Rpt. in Leaves of Healing. Ed. John A. Dowie. 1st ed. Vol. 12. Zion: Zion Publishing House, 1903. 272. Print.
[43]Tatimma Haqīqat-ul-Wahī, p. 73, Rūhānī Khazā’in, vol. 22, p. 509; The Essence of Islam, vol. 5, pp. 114-115
[44]“The Rival Prophets.” The New York Times29 Mar. 1903: 6. The New York Times Article Archive. Web. 11 Dec. 2012.
[45]“Elijah’s Restoration Messages: No. 53 (December 21, 1902).” Leaves of Healing12.10 (1902): n. pag. Rpt. in Leaves of Healing. Ed. John A. Dowie. 1st ed. Vol. 12. Zion: Zion Publishing House, 1903. 306. Print.
[46]“Early Morning Meeting in Shiloh Tabernacle (May 31, 1903).” Leaves of Healing 13.23 (1903): n. pag. Rpt. in Leaves of Healing. Ed. John A. Dowie. 1st ed. Vol. 13. Zion: Zion Publishing House, 1903. 726. Print.
[47]Majmū’ah Ishtihārāt, vol. 3, pp. 619-620; Ahmadiyyat: The Renaissance of Islam, p. 101
[48]Dowie: Anointed of the Lord, pp. 370-372
[49]“Dowie’s bubble has burst; all his bubbles have burst.” The Minneapolis Journal8 Apr. 1906: 16. Chronicling America (The Library of Congress). Web. 28 Nov. 2012.
[50]Lee, Sidney. “John Alexander Dowie.” Dictionary of National Biography: Second Supplement: Volume 1. London: Smith Elder & Company, 1912. 520-521. Print.
[51]Schaefer, F. W. “Zion wonders what Dowie does with all the money.” The Spokane Press22 Feb. 1906: 4. Chronicling America (The Library of Congress). Web. 29 Nov. 2012.
[52]“”Elijah” Dowie is called by death.” The Salt Lake Tribune[Salt Lake City] 10 Mar. 1907: 1. Chronicling America (The Library of Congress). Web. 29 Nov. 2012.
[53]“Dowie’s downfall: official statement.” The Register[Adelaide] 26 May 1906: 12. National Library of Australia. Web. 28 Nov. 2012.
[54]“Dowie planned harem of seven new wives.” The New York Times6 Apr. 1906: 4. The New York Times Article Archive. Web. 11 Dec. 2012.
[55]“Dowie planned harem of seven.” Urbana Daily Courier6 Apr. 1906: 1. Chronicling America (The Library of Congress). Web. 29 Nov. 2012.
[56]Ibid.
[57]“Dowie planned harem of seven new wives.” The New York Times6 Apr. 1906: 4. The New York Times Article Archive. Web. 11 Dec. 2012.
[58]“Dowie planned harem of seven new wives.” The New York Times6 Apr. 1906: 4. The New York Times Article Archive. Web. 11 Dec. 2012.
[59]Ibid.
[60]“Prophet Dowie collapses.” Kalgoorlie Miner15 May 1906: 2. National Library of Australia. Web. 28 Nov.
2012.
[61]“Prophet Dowie collapses.” Kalgoorlie Miner15 May 1906: 2. National Library of Australia. Web. 28 Nov.
2012.
[62]“Dowie’s Madness.” The Brisbane Courier28 Jan. 1907: 13. National Library of Australia. Web. 28 Nov. 2012.
[63]“Dowie, near death, lays down power.” The Washington Times18 Dec. 1905: 6. Chronicling America (The Library of Congress). Web. 11 Dec. 2012.
[64]Tadhkirah: English translation (2009 ed.), p. 649
[65]Al-Istiftā: Appendix of ‘Haqīqat-ul-Wahī’, p. 76, Rūhānī Khazā’in, vol. 22, p. 702; Tadhkirah: English translation (2009 ed.), p. 674
[66]Al-Hakam, vol. 11, no. 6, February 17, 1907, p. 1; Tadhkirah: English translation (2009 ed.), p. 915
[67]Badr, vol. 6, no. 7, February 14, 1907, p. 3; Tadhkirah: English translation (2009 ed.), p. 916
[68]Qadian kay Ārya aur Hum, p. i, Rūhānī Khazā’in, vol. 20, p. 418; also see Tadhkirah: English translation (2009 ed.), p. 920
[69]Ibid.
[70]Al-Istiftā: Appendix of ‘Haqīqat-ul-Wahī’, p. 76, Rūhānī Khazā’in, vol. 22, p. 702
[71]Al-Istiftā: Appendix of ‘Haqīqat-ul-Wahī’, p. 74, Rūhānī Khazā’in, vol. 22, p. 700, Tadhkirah: English translation (2009 ed.), p. 927
[72]Associated Press. “Dowie dies in the city he planned.” Los Angeles Herald10 Mar. 1907: 3. Chronicling America (The Library of Congress). Web. 29 Nov. 2012.
[73]“The late Elijah Dowie.” Traralgon Record8 Nov. 1907: 3. National Library of Australia. Web. 28 Nov. 2012.
[74]“Dowie’s downfall.” The Daily News[Perth] 28 May 1906: 4. National Library of Australia. Web. 28 Nov. 2012.
[75]Tohfa-e-Baghdād, p. 17, Rūhānī Khazā’in, vol. 7, p. 21; also see: Tadhkirah: English translation (2009 ed.), p. 307, 310
[76]The Review of Religions, vol. 1, no. 9, September 1902, p. 349
[77]Majmū’ah Ishtihārāt, vol. 3, pp. 619-620; Ahmadiyyat: The Renaissance of Islam, p. 101
[78]The Review of Religions, vol. 6, no. 4, April 1907, pp. 117-129
[79]“Great is Mirza Ghulam Ahmad the Messiah.” The Sunday Herald[Boston] 23 June 1907, sec. Magazine Section: n. pag. Print.
[80]Sahīh al-Bukhārī, Kitāb Ahādīth-ul-Ambiyā, Bāb Nuzūl-i-‘Īsa ibn-i-Maryam
[81]Haqīqat-ul-Wahī, pp. 76-77, Rūhānī Khazā’in, vol. 22, pp. 513-516; The Essence of Islam, vol. 5, pp. 117-118
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