Por Azhar Goraya, México
Introducción
La Arabia del siglo VII vio el nacimiento de uno de los movimientos religiosos más influyentes de la historia. El islam, empezando por las humildes y polvorientas calles de la Meca, había logrado en menos de 23 años unir a toda la revoltosa Arabia bajo una simple declaración: “No hay más Dios que Al’lah, y Muhammad (sa) es Su mensajero”. Después de la vida del Profeta Muhammad (sa), el islam continuó expandiéndose rápidamente en el Medio Oriente, atrayendo millones de nuevas almas bajo su bandera. Más tarde, lugares tan lejanos como Indonesia y China vieron a millones entrar en la fe a través de los esfuerzos de los comerciantes musulmanes.
A lo largo de la historia, ha habido muchos movimientos religiosos que han cautivado los corazones y las mentes de la gente y han dejado su huella perdurable en nuestra comprensión del mundo y nuestro lugar en él.
Estos grandes cambios suelen comenzar con el advenimiento de grandes profetas y sabios, donde la gente fue testigo de grandes signos de verdad y milagros y después aceptó nuevas creencias. Sin embargo, las conversiones en masa suelen ocurrir mucho después de la desaparición de los fundadores de las grandes religiones. El budismo se extendió rápidamente cuando fue adoptado como la filosofía del estado por el rey budista Ashoka en el 3 a.C. El cristianismo se extendió rápidamente en todo el mundo occidental cuando fue adoptado como la religión estatal del Imperio Romano por el emperador Constantino en el siglo IV.
Mientras que la tendencia en el pasado fue de una expansión de la influencia religiosa, hoy en día la tendencia es todo lo contrario. El mayor crecimiento de la población es el de aquellos que no se afilian a ninguna forma de religión organizada. Sin embargo, incluso hoy en día, hay quienes buscan independientemente nuevos caminos espirituales en forma de religión organizada. En los próximos decenios, se estima que en todo el mundo habrá “un aumento relativamente pequeño del número de musulmanes, un aumento sustancial del número de personas no afiliadas a ninguna religión y una disminución sustancial del número de cristianos”[1] debido a la conversión religiosa. En todo el mundo, la mayoría de los que opten por aceptar una religión diferente optarán por aceptar el islam.
La conversión en las religiones abrahámicas
Las diferentes tradiciones de fe enseñan diferentes métodos de conversión. Cada una de las religiones abrahámicas tiene un modelo diferente de conversión.
A diferencia del cristianismo y el islam, el judaísmo, la más antigua de las tres tradiciones abrahámicas, no busca activamente conversos. De hecho, lo desalienta. Para aquellos que muestran interés en convertirse al judaísmo, normalmente hay un largo proceso de estudio e inclusión bajo la supervisión de un rabino. Este proceso puede durar varios años antes de que un posible converso pueda entrar en la fe, y aún así con algunas restricciones si no es Israelita de raza.
El método más común de conversión al cristianismo es a través del bautismo en el nombre de la Trinidad o la aceptación verbal de Jesús como Señor. El bautismo suele incluir el baño en agua o la aspersión de agua en la cabeza, lo que es representativo de la limpieza y el renacimiento espiritual. La mayoría de los grupos cristianos animan al converso a someterse a un período de estudio antes de la conversión, que a veces abarca un año o más.
El islam ofrece el método más simple y directo de conversión. No desanima a la gente a convertirse, ni requiere un largo proceso de estudio antes de convertirse en musulmán. La aceptación del islam se realiza a través de una simple declaración verbal, conocida como la Kalima Tayyiba (la declaración pura), la Kalima Shahadah (la declaración del testimonio) o simplemente la Shahadah (el testimonio). La Declaración de Fe es uno de los cinco pilares del islam, que son las acciones básicas y obligatorias que todos los musulmanes deben seguir e implementar en sus vidas. Los cinco pilares son La Kalima Shahadah (la Declaración de Fe), Salat (la oración diaria), Zakat (la distribución justa de la riqueza), Saum (el ayuno en el mes sagrado de Ramadán) y el Hall (el peregrinaje).
Una persona que se da cuenta de la veracidad del islam y desea seguirlo puede entrar en el islam a través de esta declaración verbal, sin importar su nivel de estudio de la religión. Al ser una declaración ante Dios, no es necesario que sea atestiguada o aprobada por otros, aunque algunas organizaciones y países islámicos proporcionan certificados de conversión para los nuevos musulmanes.
La Shahadah
Las palabras originales de la Shahadah se remontan a la época del Profeta Muhammad (sa). Están incluidas en el Azan, el llamado musulmán a la oración. Este llamado se hace cinco veces al día antes de los rezos congregacionales, alertando a los creyentes de que el rezo en la congregación va a comenzar en breve. Les aconseja que la oración es el camino al éxito y al bienestar, y que el camino a tal oración es a través de la Declaración de Fe. Las palabras relevantes de la llamada a la oración son:
“Doy testimonio de que no hay nadie digno de adoración excepto Al’lah. Doy testimonio de que Muhammad (sa) es el Mensajero de Al’lah”.
Estas palabras han permanecido en gran medida como las palabras con las que una persona entra en el redil del islam. La forma más sencilla de la declaración es:
لَا الٰەَ اِلَّا اللہُ مُحَّمَدٌ رَّسُوْلُ اللہِ
La Ilaha il’lal’lah Muhammadur rasu lul’lah
“No hay más Dios que Al’lah, y Muhammad (sa) es Su mensajero”
La Declaración de Fe e no es sólo un método de conversión, sino una forma de adoración. Se declara en la llamada a la oración y se repite en las oraciones islámicas diarias (Salat).
Tradicionalmente, se anima a los que quieren convertirse al islam a tomar un baño antes hacer su Declaración de Fe, aunque esto no es obligatorio. Este baño ritual es tanto para enfatizar la importancia de la higiene física como para simbolizar la purificación interior que se lograría al aceptar el islam. Entrar en el islam por aceptar a Al’lah y a Su Mensajero es un renacimiento espiritual y una forma de arrepentimiento sincero. Es por esta razón que el Profeta Muhammad (sa) declaró que quien recita la Declaración de Fe y después sigue sinceramente el islam es perdonado por sus faltas pasadas[2]. Algunos conversos también adoptan un nombre islámico después de la conversión, aunque esto tampoco es necesario.
Las dos partes de la Shahadah
La Declaración de Fe es la quintaesencia de la creencia islámica. Por lo tanto, es necesario tener una comprensión adecuada de ella. El texto de la Declaración de Fe se divide en dos secciones: La primera parte profesa la creencia en Al’lah, y la segunda itera la creencia en Muhammad (sa) como el Mensajero de Dios. Ambas son esenciales para el crecimiento espiritual dentro del islam.
En la primera parte (también conocida como Tahlil), hay un interesante juego entre la negación y la afirmación – “No hay más Dios (Ilaha) que Al’lah”. El término usado para Dios (Ilah) se refiere a cualquier deidad, pero también alude a un objeto de culto y centro de la devoción y el amor. Por lo tanto, estas palabras no sólo profesan la creencia en Al’lah, sino que lo toman como objeto del más profundo amor y devoción.
Al’lah es el nombre personal de Dios. Es un término árabe preislámico que fue usado exclusivamente por los árabes para el Dios Todopoderoso, a quien identificaron como el Dios Creador y el Dios de Abraham. Los árabes fueron históricamente idólatras, pero tal fue su reverencia por el término “Al’lah” que nunca lo usaron para ningún ídolo o persona. El término fue adoptado más tarde por el Corán y formalizado como el nombre personal de Dios, representante de sus muchos otros atributos. Además, se cree en el islam que el árabe fue el idioma original del mundo que Dios reveló a Adán. Así que Al’lah se considera el nombre original, revelado y más antiguo de Dios.
El término Al’lah determina cómo un musulmán debe identificar a Dios. Varias religiones afirman la creencia en Dios, pero ofrecen ideas muy diferentes en cuanto a su naturaleza y nuestra interacción con Él. Por ejemplo, los judíos creen en Yahweh, que es principalmente el Dios de Israel, Su pueblo elegido. Los cristianos generalmente creen que Dios existe como una Trinidad. En la Declaración de Fe, una persona que desea convertirse en musulmán afirma que su visión personal de Dios no será otra que la que se encapsula en el término “Al’lah” – Un Dios que es perfecto y más allá de cualquier debilidad, singular en su ser e indivisible. La unicidad de Al’lah ha sido bellamente resumida en la Surah Al-Ijlas, el capítulo 112 del Sagrado Corán:
قُلْ هُوَ اللَّهُ أَحَدٌ اللَّهُ الصَّمَدُ [] لَمْ يَلِدْ وَلَمْ يُولَدْ [] وَلَمْ يَكُن لَّهُ كُفُوًا أَحَدٌ
“Di: “Él es Al’lah, el Único; “Al’lah, el Independiente e Implorado por todos. “No engendra ni es engendrado; “Y no hay nadie que sea igual a El.” (112:2-5)
En la segunda parte de la Shahadah, hay otra afirmación, esta vez en la creencia de Muhammad (sa) como el Mensajero de Dios. El Profeta Muhammad (sa) nació aproximadamente en el año 570 E.C. Hizo su afirmación de ser un profeta de Dios a la edad de 40 años y falleció a la edad de 63 años. Durante sus 23 años de profetazgo, recibió la revelación del Corán, el Libro Sagrado del islam, y demostró a través de su ejemplo (conocido como la Sunnah) cómo implementar sus enseñanzas en la vida diaria.
Es revelador que, aunque el islam cree en la veracidad de todos los profetas anteriores, como Moisés y Jesús, sólo se menciona en la Declaración de Fe la creencia en Muhammad (sa). Esto se debe a que es a través del Profeta Muhammad (sa) que uno llega a creer en la veracidad de todos los demás profetas. Por lo tanto, creer en él es por extensión creer en todos los demás profetas de Dios. Además, el Profeta Muhammad (sa) fue el jefe de los Profetas (33:41)[3], y el más exaltado de ellos en términos de rango espiritual. Es su ejemplo, por encima de todos los demás, el que nos lleva a Dios.
El Mesías Prometido, Hazrat Mirza Ghulam Ahmad (as), era el Mesías esperado después del Profeta Muhammad (sa) – la segunda venida de Jesús. Nacido en Qadian, India, en 1835, vino a disipar las ideas erróneas sobre el islam y a presentar sus verdaderas enseñanzas. En un lugar, escribe:
“Siempre me pregunto cuán alto era el estatus de este Profeta árabe, cuyo nombre era Muhammad, (que miles de bendiciones y la paz sea con él). No se puede alcanzar el límite de su alto estatus y no le corresponde al hombre estimar correctamente su efectividad espiritual. Es una lástima que su rango no haya sido reconocido, como debería haber sido. Fue el campeón que devolvió al mundo la Unicidad de Dios que había desaparecido del mundo; amaba a Dios en extremo y su alma se derritió por simpatía hacia la humanidad. Por lo tanto, Dios, que conocía el secreto de su corazón, lo exaltó por encima de todos los Profetas y de todos los primeros y los últimos…”[4]
El historiador francés Lamartine pregunta:
“En lo que respecta a todos los estándares por los que se puede medir la grandeza humana, podemos preguntarnos, ¿hay algún hombre más grande que él? Si la grandeza del propósito, la pequeñez de los medios y los resultados sobresalientes son los tres criterios del genio humano, ¿quién se atrevería a comparar a cualquier gran hombre de la historia moderna con Muhammad?”[5]
La Shahadha y el Tauhid
Juntas, las dos mitades de la Shahadah se combinan para dar lugar al ideal islámico de Tauhid, o la absoluta unicidad y preeminencia de Dios. Todos los musulmanes aspiran a lograr esta realización de Dios, donde no sólo es uno en número (un concepto relativamente simple), sino que Su existencia llega a impregnar el alma y los deseos, y todas las demás cosas se vuelven secundarias a Su ser y voluntad. Una declaración verbal de la unicidad de Dios es, por lo tanto, sólo el comienzo – la verdadera unicidad de Dios llega finalmente a irradiar su verdad desde los pensamientos y corazón de un individuo, disipando todas las dudas y las oscuridades que permanecen en su interior. La unicidad de Dios sólo se logra a través de la bendición especial de Dios que se recibe al seguir al Profeta Muhammad (sa). El Mesías Prometido (as) escribe:
“La unicidad de Dios es una luz que ilumina el corazón sólo después de la negación de todas las deidades, ya sea que pertenezcan al mundo interior o al mundo exterior. Penetra en cada partícula del ser humano. ¿Cómo puede esto ser adquirida sin la ayuda de Dios y Su Mensajero? El deber del hombre es sólo traer la muerte sobre su ego y darle la espalda al orgullo diabólico. No debe presumir de haber sido criado en la cuna del conocimiento, sino que debe considerarse a sí mismo como una mera persona ignorante, y ocuparse de las súplicas. Entonces la luz de la unicidad descenderá sobre él desde Dios y le dará nueva vida.”[6]
La Shahadah: La puerta al Islam
De los cinco pilares del islam, la Declaración de Fe es especial porque actúa como una puerta de entrada a todos los demás aspectos del islam. El Profeta Muhammad (sa) declaró que antes de practicar otros aspectos del islam, es necesario primero declararse musulmán a través de la Declaración de Fe[7]. Esto se debe a que la Declaración de Fe orienta a la persona hacia el camino correcto y purifica sus intenciones – ambas necesarias como base para el futuro crecimiento espiritual. Sin la declaración de Fe, una persona aún no se ha sometido completamente a la voluntad de Al’ah, lo cual es un prerrequisito para la aceptación divina y el crecimiento espiritual.
La conclusión
La Declaración de Fe es, por lo tanto, una profunda realidad espiritual que sirve como la puerta de entrada al islam. Se alienta a todos los que deseen aceptar el islam que lo hagan, independientemente de su historia, etnia o nacionalidad. Al’lah promete Su perdón y mayores recompensas a aquellos que lo hagan sinceramente.
Referencias y Notas:
[1] Pew Forum, The Changing Global Religious Landscape, 5 de abril 2017
إِذَا أَسْلَمَ الْعَبْدُ فَحَسُنَ إِسْلاَمُهُ كَتَبَ اللَّهُ لَهُ كُلَّ حَسَنَةٍ كَانَ أَزْلَفَهَا وَمُحِيَتْ عَنْهُ كُلُّ سَيِّئَةٍ كَانَ أَزْلَفَهَا ثُمَّ كَانَ بَعْدَ ذَلِكَ الْقِصَاصُ الْحَسَنَةُ بِعَشْرَةِ أَمْثَالِهَا إِلَى سَبْعِمِائَةِ ضِعْفٍ وَالسَّيِّئَةُ بِمِثْلِهَا إِلاَّ أَنْ يَتَجَاوَزَ اللَّهُ عَزَّ وَجَلَّ عَنْهَا
Si una persona acepta el islam, de tal manera que su islam es bueno, Al’lah decretará una recompensa por cada buena acción que haya hecho antes, y cada mala acción que haya hecho antes será borrada. Después de eso vendrá el recuento; cada buena acción será recompensada diez veces hasta setecientas veces. Y cada mala acción será registrada como es, a menos que Al’lah, el Poderoso y Sublime, la perdone.” (Sunan An-Nasai, El Libro de la Fe y sus signos, capítulo: Un hombre siendo bueno en su islam, Haidz # 4998)
مَّا كَانَ مُحَمَّدٌ أَبَا أَحَدٍ مِّن رِّجَالِكُمْ وَلَٰكِن رَّسُولَ اللَّهِ وَخَاتَمَ النَّبِيِّينَ ۗ وَكَانَ اللَّهُ بِكُلِّ شَيْءٍ عَلِيمًا
“Mohammad no es el padre de ninguno de vuestros hombres, sino que es el Mensajero de Al‑lah y el Sello de los Profetas; y Al‑lah conoce perfectamente todas las cosas.” (33:41)
مَیں ہمیشہ تعجب کی نگہ سے دیکھتا ہوں کہ یہ عربی نبی جس کا نام محمد ہے (ہزار ہزار درود اور سلام اُس پر) یہ کس عالی مرتبہ کا نبی ہے۔ اس کے عالی مقام کا انتہا معلوم نہیں ہو سکتا اور اس کی تاثیر قدسی کا اندازہ کرنا انسان کا کام نہیں۔ افسوس کہ جیساحق شناخت کا ہے اُس کےمرتبہ کو شناخت نہیں کیا گیا۔ وہ توحید جو دنیا سے گم ہو چکی تھی وہی ایک پہلوان ہے جو دوبارہ اس کو دنیا میں لایا۔ اُس نے خدا سے انتہائی درجہ پر محبت کی اور انتہائی درجہ پر بنی نوع کی ہمدردی میںؔ اس کی جان گداز ہوئی اِس لئے خدانے جو اُس کے دل کے راز کا واقف تھا اُس کو تمام انبیاء اور تمام اوّلین و آخرین پر فضیلت بخشی ۔۔۔(حقیقة الوحی، روحانی خزائن جلد ۲۲، صفحہ ۱۹۷ تا ۱۹۸)
Haqiqatul Wahi, Ruhani Jazain vol. 22, pg. 197-189, Traducc. Essence of Islam, vol. 1, pg. 197-198
[5] History of Turkey p. 276
توحید ایک نور ہے جو آفاقی وانفسی معبودوں کی نفی کے بعد دل میں پیدا ہوتا ہے اور وجود کے ذرّہ ذرّہ میں سرایت کر جاتا ہے پس وہ بُجز خدا اور اُس کے رسول کے ذریعہ کے محض اپنی طاقت سے کیونکر حاصل ہو سکتا ہے انسان کا فقط یہ کام ہے کہ اپنی خودی پر موت وارد کرے اس شیطانی نخوت کو چھوڑ دے کہ مَیں علوم میں پرورش یافتہ ہوں اور ایک جاہل کی طرح اپنے تئیں تصوّر کرے اور دعامیں لگا رہے تب توحید کا نور خدا کی طرف سے اُس پر نازل ہوگا اور ایک نئی زندگی اُس کو بخشے گا۔ (حقیقة الوحی، روحانی خزائن جلد ۲۲، صفحہ ۱۴۸)
Ruhani Jazain Vol. 22 Haqiqatul Wahi, pág. 148
أَنَّ النَّبِيَّ صلى الله عليه وسلم بَعَثَ مُعَاذًا ـ رضى الله عنه ـ إِلَى الْيَمَنِ فَقَالَ “ ادْعُهُمْ إِلَى شَهَادَةِ أَنْ لاَ إِلَهَ إِلاَّ اللَّهُ، وَأَنِّي رَسُولُ اللَّهِ، فَإِنْ هُمْ أَطَاعُوا لِذَلِكَ فَأَعْلِمْهُمْ أَنَّ اللَّهَ قَدِ افْتَرَضَ عَلَيْهِمْ خَمْسَ صَلَوَاتٍ فِي كُلِّ يَوْمٍ وَلَيْلَةٍ، فَإِنْ هُمْ أَطَاعُوا لِذَلِكَ فَأَعْلِمْهُمْ أَنَّ اللَّهَ افْتَرَضَ عَلَيْهِمْ صَدَقَةً فِي أَمْوَالِهِمْ، تُؤْخَذُ مِنْ أَغْنِيَائِهِمْ وَتُرَدُّ عَلَى فُقَرَائِهِمْ ”
El Profeta (sa) envió a Mu’adh a Yemen y dijo: “Invite a la gente a testificar que nadie tiene derecho a ser adorado sino Al’lah y yo soy el Mensajero de Al’lah, y si te obedecen en hacerlo, entonces enséñeles que Al’lah les ha ordenado cinco oraciones en cada día y noche (en veinticuatro horas)”, y si te obedecen en hacerlo, enséñeles que Al’lah les ha ordenado a pagar el Zakat de sus propiedades y que debe ser tomado de los ricos y dado a los pobres. ” (Sahih Bujari, El Libro de Zakat, Capítulo: La obligación de Zakat, Hadith #1395)
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