El asesinato de tres personas en una iglesia en Niza y el asesinato de un profesor francés en relación con las caricaturas de Charlie Hebdo contra el profeta Muhammad, fundador del islam, merecen la condena del mundo musulmán para que el terrorismo no se cubra con la tapa del islam. A causa de los atentados en los últimos años cometidos falsamente en nombre del islam no sólo en Francia, sino también en otros países de Occidente, algunas personas han desarrollado la visión de que el islam sea el problema y de que es una amenaza para la libertad, la paz y los valores de sus sociedades occidentales.
El gobierno francés declaró a ambos asesinatos “atentados islamistas” porque ambos asesinos eran de origen musulmán y supuestamente antes de sus atentados habían gritado “Allahu Akbar” (Dios es grandísimo). Antes que considerar si esa afirmación sobre el islam está justificada o no, sería importante determinar qué es el islam.
Sería incorrecto creer que su definición puede estar basada en lo que hace o afirma un individuo o un grupo musulmán; ya que el islam tiene sus propias fuentes de definición. El solo uso de la frase “Allahu Akbar” o cualquier otra terminología islámica antes de un acto, no significa que tal acto es inspirado y prescrito por el islam.
La definición del islam se basa en tres fuentes:
1. El Sagrado Corán (el libro divino) 2. La vida práctica del profeta Muhammad, fundador del islam 3. Las palabras del profeta Muhammad.
“Islam” literalmente significa en árabe paz y su objetivo es demostrar a la humanidad el camino de lograr la paz con Su creador y la creación de Dios.
El fundador del islam definió a un musulmán como tal, a quien de cuyas manos y lengua otros seres humanos están a salvo.
Uno de los atributos mencionados de Dios en el Corán es “As-Salam”, la fuente de paz. Entonces, un musulmán en su consagración por adaptar y seguir los atributos divinos debe ser, necesariamente, una manifestación de paz. Ésta es también la razón por la cual a los musulmanes se les enseña a saludar a los demás con palabras de paz, con “Assalamo aleikum”.
Al’lah es el nombre personal de Dios y según el primer capítulo del Sagrado Corán Él es Señor y Creador de toda la humanidad. Entonces, si uno ama a Dios, debe amar y respetar a toda Su creación. Por ello, el profeta Muhammad declaró que aquellos que no son misericordiosos hacia los demás, tampoco recibirán la misericordia de Dios. El islam enseña a respetar la dignidad de cada vida y aclara que quien mata a una persona inocente es como si hubiera matado a toda la humanidad.
La responsabilidad de un musulmán, según el Corán, no es sólo proteger y honrar a las mezquitas, sino a cada sinagoga, iglesia y templo religioso. Cierta vez, el Santo Profeta Muhammad estaba reunido con sus discípulos y cuando pasó un grupo judío llevando un judío fallecido al cementerio, el profeta se levantó para expresar su condolencia. Uno de sus discípulos se sorprendió por su gesto y le pregunto porque él había expresado su condolencia para un no musulmán. El profeta respondió: ¿El judío no era un humano?
Su respuesta es una regla de oro, implica que antes de dividirnos por las religiones o las etnias, primero hay que aceptar que somos todos hijos y la creación del mismo creador. Nos enseña que la diferencia de credo, de raza o de opinión no es una justificación para no respetar a los demás. Al contrario, el islam ni siquiera permite insultar o atacar verbalmente los sentimientos religiosos de los demás. Así es que el lema de la Comunidad Musulmana Ahmadía, que se fundó en el año 1889 por el Mesías Prometido Su Santidad Mirza Ghulam Ahmad, resume los 114 capítulos del Sagrado Corán en 6 palabras: Amor para todos, odio para nadie.
En conclusión, “Allahu Akbar” es una llamada de paz, de armonía y de unidad. “Dios es grande” significa glorificar a tu Creador a través de amar a toda Su creación sin distinción de religión, de color o de raza.
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