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Revelación, inspiración, visión y sueño

Su Santidad Hazrat Mirza Ghulam Ahmadas, el Mesías Prometido y el Imam Mahdi

El Mesías Prometidoas escribió más de 80 libros en árabe, urdu y persa.

Se han traducido al inglés extractos de sus obras recopiladas y se han organizado por temas.

La Revista de Religiones se complace en presentar estos extractos como parte de un artículo mensual. Aquí el Mesías Prometidoas continúa explicando la naturaleza de la revelación y cómo puede ser un medio de salvación en tiempos de angustia.

Esta es la segunda parte de una serie de varias partes.

Extractos de La Esencia del Islam – Vol. II. pp. 43-55

La necesidad de la revelación 

Los argumentos son de dos tipos: inductivos y deductivos. Un argumento inductivo nos permite reconocer lo que está indicado. Por ejemplo, cuando observamos humo concluimos que hay un incendio. En el caso de la deducción, se pasa de la conclusión a la causa. Por ejemplo, encontramos a una persona que sufre fiebre alta y creemos que hay una causa para ello.

Procedemos a exponer en primer lugar la razón inductiva de la necesidad de la revelación. No hay duda de que los sistemas físico y espiritual del ser humano están regidos por la misma ley de la naturaleza. Observamos en el sistema físico que cualesquiera que sean las necesidades que el Bondadoso Dios ha plantado en el cuerpo humano, Él también ha provisto los medios para su satisfacción. El cuerpo humano siente hambre y necesita alimento, por lo que Dios ha provisto varios tipos de alimentos para el cuerpo humano. Del mismo modo, el humano necesitaba agua para saciar su sed y Dios Todopoderoso ha provisto pozos y manantiales y arroyos para tal fin. El humano necesitaba la luz del sol o la luz de alguna otra fuente para poder ver con sus ojos y Dios Todopoderoso ha proporcionado luz del cielo en forma de sol y ha proporcionado luz de otras fuentes en la tierra. El humano necesitaba aire para respirar y oír las voces de los demás, y Dios le proporcionó el aire. Del mismo modo, el ser humano necesitaba una consorte para la propagación de la especie; así que Dios creó a la mujer como consorte del hombre y al hombre como consorte de la mujer. En resumen, cualesquiera que sean los deseos que Dios ha sembrado en el cuerpo humano, también ha provisto los medios para su satisfacción. Ahora bien, vale la pena considerar que si se ha provisto para la satisfacción de las necesidades físicas del cuerpo mortal, cuánto más debe haberse provisto para la satisfacción de los deseos puros del alma que ha sido creada para el amor eterno y el reconocimiento y la adoración de Dios. Esa provisión es la revelación divina y los signos divinos, que llevan a una persona de conocimiento defectuoso a la certeza completa. Así como Dios concedió al cuerpo, provisión para la satisfacción de sus necesidades, de la misma manera, concedió al alma, provisión para la satisfacción de sus necesidades, para que los sistemas físico y espiritual estuvieran de acuerdo….

Este razonamiento inductivo sólo puede completarse mediante un razonamiento deductivo, es decir, mediante una muestra de la propia revelación. Sentir la necesidad de algo es una cosa y encontrar su cumplimiento es otra muy distinta… Puedes ver que tanto la comida como el agua están disponibles para tu cuerpo, no que estuvieran presentes en alguna época anterior pero ya no. Pero cuando se menciona la revelación, te refieres a una época pasada en la que han transcurrido siglos y siglos y no eres capaz de referirte a nada en el presente. Entonces, ¿cómo puede haber concordancia entre las leyes físicas y espirituales de la naturaleza? Detente y reflexiona. No puedes negar que la provisión para tus necesidades físicas está a tu disposición todo el tiempo, pero no tienes nada contigo en cuanto a la provisión para tus necesidades espirituales, excepto historias del pasado. Sabes que los manantiales físicos de los que tomas el agua para saciar tu sed siguen corriendo; tampoco se han vuelto estériles e improductivos tus campos, cuyos productos sacian tu hambre dos veces al día. Pero ¿dónde están los manantiales espirituales, que solían saciar tu sed espiritual dándote el agua fresca de la revelación divina? Tampoco tienes a tu disposición el alimento espiritual con el que podías mantener viva tu alma. Así que estás en un desierto donde no hay ni comida ni agua.

-Chashma-e-Ma’rifat, Ruhani Khaza’in, vol. 23, pp. 63-66

Coplas en urdu

¡Qué pena! Dicen que la revelación ha llegado a su fin;

Ahora esta Ummah tendrá que depender de viejos cuentos hasta el Día del Juicio Final. 

Ciertamente esta creencia va en contra de la Palabra de Dios;

¿Pero quién se desprendería del peso de este viejo yugo? 

Que Dios sigue designando a quien Él quiere como receptor de la revelación (Kalim);

Todavía habla a quien Él ama.

¿Por qué descartas la joya de la revelación divina? ¡Presta atención!

Sólo ella es fuente de honor y distinción para la fe. 

Ésta es la flor que no tiene par en el jardín;

Esta es la fragancia ante la cual el almizcle de Tataristán palidece hasta la insignificancia. 

Esta es la llave que abre las puertas del cielo;

Este es el espejo que nos muestra el rostro del Amado. 

Esta es la única arma que garantiza nuestra victoria;

Sólo ésta es la fortaleza, la ciudadela de la seguridad. 

En el Islam, sólo esto es el instrumento para alcanzar el conocimiento de lo Divino;

Los meros cuentos no pueden ayudar a una persona a salir de la furiosa tormenta. 

Sólo la revelación divina es el signo del conocimiento de Dios;

Quien la recibe, también encuentra al Amigo Eterno. Qué maravilloso es el jardín del amor, cuyo camino atraviesa el valle de la muerte; Cuyo fruto es la comunión con el Amado aunque esté rodeado de arbustos espinosos.  Barahin-e-Ahmadiyya, Parte V, Ruhani Khaza’in, vol. 21, p. 137.

La revelación es un mensaje de lo oculto, que no depende de ninguna reflexión o pensamiento profundo. Es un sentimiento claro y abierto como el que tiene un oyente sobre un orador, o uno golpeado sobre el golpeador, o uno tocado sobre el que le toca. El alma no experimenta ningún dolor espiritual por su causa. El alma tiene un acuerdo eterno con la revelación, que disfruta, como un amante encuentra placer en contemplar al amado. Es una comunicación deliciosa de Dios que se llama revelación. 

Purani Tehrirain, Ruhani Khaza’in, vol. 2, p. 20.

¿Qué es la revelación?

Por revelación no se entiende algo que surge en la mente como resultado del pensamiento y la reflexión, como lo que experimenta un poeta al escribir sus versos. Escribe un verso y reflexiona sobre el siguiente y de repente surge en su mente. Esto no es una revelación; es una consecuencia del pensamiento y la reflexión, que fluye de la ley de la naturaleza. Cualquiera que piense en cosas buenas o malas descubre que algo surge en su mente en consonancia con su pensamiento y su búsqueda. Por ejemplo, una persona buena y justa escribe algunos versos en apoyo de la verdad y otra, que es malvada, apoya la falsedad en sus versos y abusa de los justos. Cada uno de ellos producirá algunos versos y no debería ser motivo de sorpresa que el enemigo del recto que escribe en apoyo de la falsedad pueda, debido a su mayor práctica, escribir mejores versos que el otro. Así, si se llamara revelación a todo lo que surge en la mente, un poeta malvado, enemigo de la verdad y de los virtuosos, que siempre abusa de la verdad y se entrega a la impostura, sería considerado receptor de la revelación divina. Las obras de ficción contienen muchos pasajes conmovedores y las mentes de los autores son capaces de producir una serie de escritos sobre temas puramente ficticios, pero no pueden llamarse revelación. Si revelación fuera el nombre de cualquier idea que surge en la mente, un ladrón podría ser llamado receptor de revelación, ya que puede pensar en formas ingeniosas de robo y planes ingeniosos de allanamiento de morada y homicidio cruzan por su mente. No podemos llamar a todo esto revelación. Este es el pensamiento de la gente que no tiene una noción clara del Dios Verdadero, Quien reconforta los corazones con Su conversación y otorga la comprensión del conocimiento espiritual a aquellos que no están familiarizados con éste.

¿Qué es la revelación? Es la conversación de Dios en palabras vivas y poderosas con un siervo elegido o con alguien a quien Él desea elegir.

Cuando esta conversación comienza de manera abundante y satisfactoria y está libre de las tinieblas del falso pensamiento y no se limita a unas pocas frases dispersas e incompletas, y es deliciosa y está llena de sabiduría y majestad, es la Palabra de Dios por la que Él desea consolar a su siervo y a través de la cual se manifiesta a él. A veces una comunicación se hace sólo con el propósito de una prueba y no va acompañada de todas las bendiciones características de la revelación. Un siervo de Dios Todopoderoso es así probado para ver si saboreando un poco de la revelación ajusta sus circunstancias a las de los verdaderos receptores de la revelación o no lo hace. Entonces, si no adopta la verdadera rectitud, se le priva de la perfección de esta generosidad y sólo le queda la vana jactancia.

Millones de personas buenas reciben la revelación, pero no todas tienen el mismo rango en la estimación de Dios.

Incluso los Profetas que son los receptores de la revelación clara no son todos iguales en rango, como Dios Todopoderoso ha dicho:

تِلۡكَ ٱلرُّسُلُ فَضَّلۡنَا بَعۡضَهُمۡ عَلَىٰ بَعۡضٍ [1]

Esto significa que unos mensajeros son superiores a otros. Demuestra que la revelación es pura gracia y no es insignia de rango.

El rango depende del grado de sinceridad y fidelidad, que sólo Dios conoce. La revelación, cuando va acompañada de sus benditas condiciones, es también fruto de la sinceridad y la fidelidad.

No cabe duda de que si la revelación adopta la forma de pregunta y respuesta en una secuencia adecuada y se caracteriza por la majestad y la luz divinas y comprende asuntos ocultos o el verdadero entendimiento, entonces es revelación divina. Para que haya revelación divina, es necesario que haya conversación entre el siervo y su Señor, como la hay entre amigos cuando se encuentran. Cuando el siervo hace una pregunta y en respuesta escucha un delicioso y elocuente discurso de Dios Todopoderoso, en el que no hay nada de su propio pensamiento y reflexión y tal conversación se convierte en una recompensa, entonces es discurso divino y tal siervo es querido por Dios. Pero este grado de revelación, que es una dádiva, y es viva, pura, clara e inmaculada, sólo se otorga a aquellos que marchan hacia adelante en su fe, sinceridad, acción recta, y también en lo que es simplemente inefable. La revelación verdadera y santa demuestra grandes maravillas de la Divinidad. En muchas ocasiones, aparece una luz brillante y, junto con ella, se transmite una revelación majestuosa y resplandeciente.

¿Qué puede haber más grandioso que un receptor de la revelación conversando con el Ser que es el Creador del cielo y de la tierra? Contemplar a Dios en este mundo es conversar con Dios.

Con esto no nos referimos a esa condición en la que alguna palabra, frase o verso extraño puede fluir de la lengua de una persona sin ir acompañado de una dirección directa. Una persona que tiene tal experiencia está siendo probada. Da vueltas como un ciego y no sabe la fuente de la comunicación si es de Dios o de Satanás. Tal persona debe recurrir al istighfar. Pero si una persona buena y recta comienza a recibir, la comunicación divina sin obstrucción, una comunicación brillante, deliciosa que está llena de sabiduría, en términos majestuosos y en completa vigilia, y ha pasado entre él y Dios Todopoderoso una serie de al menos diez preguntas y respuestas en el curso de las cuales Dios aceptó sus oraciones varias veces y le transmitió finos entendimientos y le informó de los acontecimientos venideros, entonces tal persona debería estar muy agradecida a Dios y serle totalmente devota, ya que Dios, por Su pura gracia, le ha elegido entre todos Sus siervos y le ha hecho heredero de los justos que han pasado antes que él. Tal generosidad ocurre raramente y es un asunto de buena fortuna. Todo lo demás carece de valor.

El Islam siempre ha producido personas de este rango y posición. Sólo en el Islam Dios se acerca a un siervo y habla con él. Él habla dentro de él y hace de su corazón Su trono y lo atrae hacia el cielo y le otorga todas las bendiciones que han sido otorgadas a aquellos que han ido antes. Es una lástima que el mundo ciego no aprecie lo cerca que una persona puede acercarse a Dios. Ellos mismos no dan un paso al frente y cuando alguien lo da, se le tacha de kafir [no creyente] o se le diviniza y se le pone en el lugar de Dios. 

-Islami Usul ki Philosophy, Ruhani Khaza’in, vol. 10, pp. 437-441

La revelación reconforta en la angustia

Es ocioso afirmar que la revelación no tiene realidad y que es algo vano, cuyo daño es mayor que su beneficio. Tal afirmación sólo la hace una persona que nunca ha probado este vino puro y no desea tener verdadera fe. Tal persona es feliz con sus hábitos y costumbres y nunca busca averiguar hasta qué punto cree en el Dios Todopoderoso y hasta dónde llega su entendimiento y qué debe hacer para que sus debilidades interiores sean eliminadas y se produzca un cambio vivo en su moral, acciones y designios. No está ansioso por cultivar ese amor que debería facilitar su viaje al otro mundo y por el cual debería desarrollar la cualidad interior de hacer progresos espirituales.

Todo el mundo puede comprender que esta vida desatenta está siempre tirando de una persona hacia abajo, con su relación con la pareja y los hijos y con la carga del honor y la buena reputación, que son como pesadas piedras que le presionan hacia abajo. Tiene necesidad de un poder superior que, al concederle la verdadera vista y la verdadera visión, le haga desear contemplar la perfecta belleza de Dios Todopoderoso. Ese alto poder es la revelación divina que proporciona consuelo en la angustia. Permite a una persona adoptar su posición alegre y cómodamente bajo montañas de desgracias. Ese Ser Imperceptible, Que confunde la razón y la sabiduría de todos los filósofos, se manifiesta sólo a través de la revelación. Él reconforta los corazones de los buscadores y les otorga satisfacción y revive a los medio muertos diciendo: Estoy presente. Es cierto que el Sagrado Corán contiene toda la guía, pero cuando el Corán conduce a una persona a la fuente de la guía, el primer indicio de esto es que comienza a experimentar la conversación con la Divinidad, mediante la cual se crea una comprensión reveladora de alto grado y una bendición y luz visibles, y que comienza a adquirirse una cognición que no puede lograrse mediante el seguimiento ciego o a través de teorías intelectuales, pues todas ellas son limitadas, llenas de dudas, defectuosas e incompletas. Necesitamos ampliar nuestra cognición directamente, pues cuanto mayor sea nuestra cognición, mayor será nuestro afán. Con una cognición defectuosa, no podemos esperar un afán perfecto. Sorprende cuán poco inteligentes son las personas que no se consideran necesitadas de ese medio perfecto para acercarse a la verdad, del que depende la vida espiritual.

Debe recordarse que el conocimiento espiritual y la comprensión espiritual sólo pueden adquirirse a través de la revelación y las visiones, y hasta que no alcancemos ese nivel de luz nuestra humanidad no puede adquirir ninguna comprensión verdadera ni perfección verdadera…

La revelación es un medio de salvación

Hemos sido creados para un gran propósito, que es la verdadera comprensión de Dios; de esa comprensión depende nuestra salvación. Nos libra de todo camino impuro y dudoso y nos conduce a la orilla de un río puro y claro.

Sólo puede adquirirse a través de la revelación divina. Cuando, liberados por completo de nuestro ego, nos sumergimos profundamente con un corazón ávido en un Ser inalcanzable, nuestra humanidad, habiendo aparecido en la corte de la Divinidad, regresa con algunos signos y luces de ese mundo. Así, aquello que los mundanos miran con desprecio es lo único que trae a un largamente separado en un instante a su Amado y otorga consuelo a los amantes de lo Divino. Libera a la persona súbitamente de todo tipo de limitaciones egoístas; hasta que esa luz verdadera desciende sobre el corazón, no es posible que éste se ilumine. La imperfección de la razón humana y las limitaciones del conocimiento actual dan testimonio de la necesidad de la revelación. 

-Izala-e-Auham, Ruhani Khaza’in, vol. 3, pp. 326-329

OBJECIÓN:

La creencia de que Dios envía Su palabra desde el cielo es totalmente errónea, pues la ley de la naturaleza no lo confirma, ni oímos nunca una voz que descienda de lo alto.

Revelación es el nombre que se da a los pensamientos que surgen en la mente de las personas sabias mediante el uso de la reflexión y la observación, y eso es todo.

RESPUESTA: Una verdad que está bien establecida y que ha sido observada con sus propios ojos por innumerables hombres de entendimiento, y cuya prueba puede ser encontrada en cada época por un buscador de la verdad, no sufre ningún daño por la negación de una persona que está desprovista de perspicacia espiritual. Si el pensamiento o el conocimiento defectuoso de una persona cuyo corazón está envuelto en coberturas no logra confirmarla, no se puede considerar que la verdad esté fuera de la ley de la naturaleza. Por ejemplo, si una persona que desconoce el poder de atracción de un imán, y que nunca ha visto un imán, afirmara que un imán es sólo un trozo de piedra y que nunca ha presenciado tal poder de atracción en ninguna piedra, y que por lo tanto es erróneo afirmar que un imán tiene tal poder porque esto es contrario a la ley de la naturaleza, ¿entonces su afirmación pondría en duda la cualidad bien establecida de un imán? Por supuesto que no. Lo único que probaría su afirmación sería que es un estúpido e ignorante que considera su propia falta de conocimiento como prueba de la inexistencia de una realidad y no acepta la evidencia de miles de personas que tienen experiencia de ella.

No es posible sostener que todas las leyes de la naturaleza puedan ser puestas a prueba por todos los individuos. Dios Todopoderoso ha creado la especie humana con una gran diversidad de facultades manifiestas y encubiertas. Por ejemplo, algunas personas tienen muy buena vista, otras son débiles de vista y algunas son completamente ciegas. Los débiles visuales, cuando comprueban que los que tienen buena vista han percibido algo de lejos -por ejemplo, han visto la media luna que ellos mismos son incapaces de ver- no lo niegan y piensan que su negación sólo pondría de manifiesto su debilidad. Los ciegos, por supuesto, no tienen nada que decir al respecto. Del mismo modo, quienes no poseen sentido del olfato creen a aquellas personas serias y veraces que hablan de buen olor y mal olor. No dudan de ellos porque saben que tantas personas no dicen mentiras y deben estar diciendo la verdad, y que sin duda su propio sentido del olfato es deficiente y por eso son incapaces de experimentar ningún olor.

Los hombres también difieren en cuanto a sus capacidades encubiertas. Las capacidades de algunos son de bajo grado y están cubiertas por velos. Algunos han poseído desde la antigüedad almas elevadas y claras y han sido receptores de la revelación divina. Que los primeros negaran las características personales de los segundos sería lo mismo que si un ciego, o alguien con vista débil, negara las observaciones de alguien con vista excelente, o como si una persona carente del sentido del olfato negara las experiencias de alguien con sentido del olfato.

Entonces, para convencer a una persona que niega la existencia de la revelación, hay maneras como las maneras de convencer a una persona que niega las observaciones de los sentidos manifiestos. Por ejemplo, si una persona que carece congénitamente del sentido del olfato niega la existencia del buen y el mal olor, y afirma que los que afirman tener tal sentido son mentirosos o están equivocados, se le puede persuadir para que admita su error de la siguiente manera.

Debería pedírsele que seleccionara algunas prendas de vestir y que frotara algunas con perfume y dejara otras intactas y así probar el sentido del olfato de una persona normal, para que mediante experiencias repetidas se convenciera de la existencia de este sentido del olfato y de que hay personas que pueden distinguir entre lo que es fragante y lo que no tiene olor. Del mismo modo, la existencia de la revelación puede probarse a satisfacción del buscador de la verdad mediante repetidos experimentos. Cuando a un receptor de la revelación se le revelan asuntos ocultos y misterios secretos que no pueden descubrirse a través de la mera experiencia de la razón, y se descubre que un libro revelado contiene maravillas que no pueden descubrirse en ningún otro libro, un buscador de la verdad se da cuenta de que la revelación divina es una verdad establecida. Si tal persona posee un alma pura, él mismo, recorriendo el camino correcto puede, en la medida de la iluminación de su corazón, tener una experiencia de la revelación divina como la de los Auliya’, mediante la cual adquiere un cierto conocimiento de la revelación concedida a los mensajeros de Dios. Para un buscador de la verdad que exprese sinceramente su deseo de aceptar el Islam, estoy dispuesto a proporcionarle este medio de satisfacción.

وَإِنْ كَانَ أَحَدً فِيْ شَكٍّ مِنْ قَوْلِيْ فَلْيَرْجِعَ إِلَيْنَا بِصِدْقِ الْقَدَمِ

وَاللهُ عَلَى مَا نَقُوْلُ قَدِيْرٌ وَهُوَ فِيْ كُلِّ أمْرٍ نَصِيْرٌ [2

NOTAS FINALES

[1] Sagrado Corán, 2:254.

[2] ‘Si alguien duda de mi palabra, que venga a mí con sinceridad. Dios tiene el poder de hacer lo que digo y Él es el Auxiliador en todos los asuntos’.

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