El
consumo de alcohol se ha convertido en la principal causa de
delincuencia a nivel mundial. Esta adicción es inherente a las
sociedades modernas y parece estar en aumento debido a su accesibilidad.
El islam es la única religión que, por el bien de la sociedad, ha prohibido categóricamente el consumo del alcohol.
En
2005, un estudio del gobierno de los Estados Unidos reveló que el abuso
de alcohol estaba relacionado con 75.000 muertes en los Estados Unidos
al año. Este número se incrementó en los años posteriores, y el excesivo
consumo de alcohol provocó casi 88.000 muertes al año, en los Estados
Unidos.
Sin embargo, esta epidemia no se limita únicamente a las
fronteras de América. En el 2012, 3.3 millones de muertes en todo el
mundo fueron debidas al consumo de alcohol. A nivel mundial, el uso
indebido de alcohol es el quinto factor de riesgo principal de muerte
prematura y discapacidad, y entre las personas de entre 15 y 49 años, se
trata del primero.
Estas alarmantes estadísticas deberían ser, sin duda, motivo de preocupación internacional.
A medida que el mundo reconoce el impacto nocivo del alcohol y se rebela para minimizar sus efectos perjudiciales, muchos desconocen que en la historia de la civilización humana existió un momento en que una sociedad fue purificada de los problemas que acompañan el consumo de alcohol.
Ciertamente fue la comunidad establecida por el Santo
Profeta Muhammad (sa) en Arabia en el siglo VII que se desintoxicaron
principalmente de la plaga del alcoholismo.
¿Por qué la prohibición islámica tuvo éxito mientras que otros movimientos de prohibición fallaron por completo?
A diferencia de las escrituras bíblicas, el Sagrado Corán prohíbe el consumo de alcohol.
Para
erradicar completamente su consumo, la mentalidad árabe cambió, con las
enseñanzas del Sagrado Corán, y todo lo demás siguió como una
consecuencia natural de este cambio de actitud.
El alcohol fue prohibido en tres etapas.
Al’lah
desalentó primero a los musulmanes creyentes a beber vino, destacando
el hecho de que había mayores daños que beneficio en los intoxicantes.
“Te
preguntan sobre el vino y los juegos de azar. En ambas cosas hay un
gran pecado y también algunas ventajas para los hombres; pero su mal es
mayor que sus ventajas…”. (2:220)
Luego, a los musulmanes se les prohibió rezar mientras estaban intoxicados.
¡Oh vosotros, los que creéis! no os acerquéis a la Oración con la mente confusa hasta que sepáis lo que decís…”.(4:44)
El
hecho de haber cinco oraciones repartidas durante todo el día alentó a
los musulmanes sinceros a abandonar este hábito. Se promovió la oración y
se le dio prioridad sobre la bebida, ya que es básicamente una
experiencia purificadora que protege a la persona de cometer pecado y
actuar de manera injusta.
Finalmente, el consumo de alcohol se prohibió definitiva y estrictamente.
“¡Oh vosotros, los que creéis! Los intoxicantes, el juego de azar, los ídolos y las flechas de la suerte no son más que una abominación de las obras de Satanás. Absteneos, pues, de cada una de ellas para que prosperéis. ” (5:91-9)
Para purificar por completo y en su totalidad a la sociedad de los intoxicantes, era necesario prohibir incluso las cantidades más pequeñas de alcohol. Es un fenómeno natural que quienes abusan de las drogas y los estupefacientes comiencen con pequeñas cantidades y luego, debido a la falta de autocontrol requieran cantidades mayores lo que hace que eventualmente se vuelvan adictos.
Recientemente, los análisis médicos han llegado a la conclusión de que incluso pequeñas cantidades de alcohol son perjudiciales para la salud.
Se plantea la cuestión de si el islam implementó o no con éxito la prohibición del alcohol. Para responder a esto, encontramos dichos del Santo Profeta Muhammad (sa) que demuestran que el islam no solo pudo eliminar con éxito el consumo de alcohol de la sociedad, sino que los musulmanes lo abandonaron instantáneamente, y los compañeros del profeta Muhammad (sa) se insisitían unos a otros a abandonar el alcohol.
La
prohibición del alcohol por parte del Santo Profeta Muhammad (sa)
guiado divinamente, provocó una revolución en Medina. El alcohol fue
vertido de inmediato en las calles y los musulmanes se abstuvieron
inmediatamente de su consumo.
Se dice que tras el anuncio de la
prohibición del alcohol, se vertió tanto alcohol que las calles de
Medina se convirtieron en ríos o arroyos de vino. En uno o dos días,
toda la ciudad de Medina se abstuvo y se llevó a cabo la mejor campaña
que se había lanzado contra el consumo de alcohol. De hecho, esta fue
una gran demostración del grado de fe y convicción de los primeros
musulmanes, quienes abandonaron instantáneamente un hábito que formaba
parte inherente de su sociedad durante generaciones. Cabe destacar que,
en el momento de la prohibición, los musulmanes no fueron obligados a
abandonar el hábito, sino que fue su propia convicción y fe lo que los
hizo abandonar voluntariamente el consumo de alcohol.
Los efectos
adversos del alcoholismo han demostrado que las enseñanzas del islam
están llenas de sabiduría y beneficios y, de hecho, pueden implementarse
para reformar positivamente a las naciones.
Hoy en día, el consumo
de alcohol y sus efectos perjudiciales en la sociedad ha causado un
malestar generalizado y este malestar expresa el deseo de reforma. En
medio de tal inquietud, la religión del islam sugiere una solución a
esta crisis y se erige como un ejemplo dorado de cómo la sociedad puede
ser liberada con éxito de los grilletes del alcoholismo para siempre.
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