Comunidad Musulmana Ahmadía Sociedad

Islamabad- Glorioso símbolo de paz

Con motivo de la inauguración de la nueva sede de la Comunidad Musulmana Ahmadía, Su Santidad reflexiona sobre la verdadera naturaleza de la integración y la importancia de ayudar a las comunidades locales en las que vivimos.

El 29 de junio de 2019, el líder  mundial de la Comunidad Musulmana Ahmadía, el Quinto Jalifa, Su Santidad, Hazrat Mirza Masrur Ahmad (aba), pronunció un discurso   en la recepción especial celebrada con motivo de la inauguración de la nueva sede de la Comunidad Musulmana Ahmadía en Islamabad, Tilford, Reino Unido. La nueva sede, que incluye la bella Mezquita Mubarak (la Mezquita Bendita), así como un complejo administrativo y residencial, abrió sus puertas el 17 de mayo de 2019.  Al evento asistieron más de 300 invitados, incluyendo miembros del Parlamento, de la Cámara de los Lores y del Ejército, así como otros dignatarios, residentes locales y vecinos.

Antes del discurso pronunciado por Hazrat Mirza Masrur Ahmad (aba), los asistentes escucharon a varios oradores, entre ellos al Presidente Nacional de la Comunidad Musulmana Ahmadía del Reino Unido, al Sr. Rafiq Ahmad Hayat, al ex Fiscal General de Inglaterra y Gales, Dominic Grieve MP y al concejal  Keith Budden, de East Hampshire. Se presenta a continuación la transcripción oficial del discurso inaugural pronunciado en esta ocasión por Su Santidad, Hazrat Mirza Masrur Ahmad (aba):

Después de recitar Tashahhud, Ta’awwuz y Bismillah, Hazrat Mirza Masrur Ahmad (aba), Líder Mundial de la Comunidad Musulmana Ahmadía, dijo:

“Distinguidos invitados:  Assalamo Alaikum Wa Rahmatullahe Wa Barakatohu – la paz y las bendiciones de Al-lah sean con todos vosotros. En primer lugar, quisiera aprovechar esta oportunidad para agradecer sinceramente a todos nuestros invitados por haber aceptado nuestra invitación al evento de hoy.

La vinculación de la Comunidad Musulmana Ahmadía con esta zona comenzó hace aproximadamente treinta y cinco años, cuando compramos este lugar en Sheephatch Lane y lo rebautizamos como Islamabad. Antes hubo aquí un internado, que se cerró en 1977, y después, hasta donde sabemos, el lugar no tuvo otro uso hasta que fue comprado por nuestra comunidad a mediados de los años ochenta. Los barracones de madera que ya existían y que anteriormente habían servido como aulas y dormitorios, permanecieron estructuralmente iguales, aunque se hicieron algunos cambios internos para reconvertirlos en pequeñas casas, y donde algunos de los trabajadores de la Comunidad Musulmana Ahmadía han vivido felices durante muchos años.


Además, durante aproximadamente veinte años, aquí en Islamabad se ha venido celebrando la convención anual (Yalsa Salana) de la Comunidad Musulmana Ahmadía, un evento al que cada año asisten miles de personas de todo el mundo. A partir de 2005, la convención anual se trasladó a otro lugar, puesto que este emplazamiento era ya insuficiente. Había considerables problemas de tráfico y aparcamiento que también afectaban a los residentes locales. En los últimos años, hemos celebrado nuestra convención anual en Alton, y estamos agradecidos al  consejo municipal y a los residentes por su generosidad y cooperación en este sentido.

Es por eso que, antes de continuar, sería desconsiderado por mi parte no dejar constancia de mi sincero agradecimiento tanto a los residentes locales como al ayuntamiento, por permitirnos celebrar nuestras convenciones anuales en Islamabad durante años, y al mismo tiempo, que unas treinta familias musulmanas áhmadis vivieran aquí.

Además, deseo disculparme y expresar mi pesar si durante ese periodo los residentes locales tuvieron que enfrentarse a  problemas o inconvenientes con motivo de nuestras convenciones anuales.   

Ciertamente, esta nunca fue nuestra intención, ya que los verdaderos musulmanes tienen el deber de cuidar a sus vecinos y esforzarse por garantizar que nunca les causen ningún daño.

A día de hoy, deseo reiterar mi más sincero agradecimiento a nuestros vecinos y a todos los residentes de esta zona, así como a las autoridades locales, que han demostrado una inmensa generosidad y  tolerancia al permitirnos reconstruir este complejo. Como resultado, hemos podido edificar una hermosa mezquita y más de treinta casas residenciales. También se ha construido una sala de usos múltiples,  y estaríamos encantados de que la comunidad local lo utilizara para sus eventos, siempre que esté disponible.

El remodelado complejo se ha levantado sobre la misma base de los edificios anteriores, por lo que la totalidad de la superficie edificada sigue siendo similar a la anterior, si bien ahora se ha diseñado de manera que contribuya en mejor medida a las necesidades de nuestra comunidad.  

En consecuencia, una vez más, deseo expresar mi profundo agradecimiento a los residentes locales y al ayuntamiento por su amabilidad, franqueza y cooperación en este proyecto. 

Como ya he dicho, nuestras convenciones anuales ya no se celebran aquí, pero dada la capacidad de la mezquita, los fieles continúan asistiendo a las oraciones semanales de los Viernes y  por tanto, durante esos días es probable que haya más tráfico. Además, el número de personas que vienen a esta mezquita diariamente se ha incrementado debido al hecho de que ahora vivo aquí,  por lo que los miembros de la comunidad se reúnen aquí conmigo y ofrecen sus oraciones.  

Como los carreteras en esta zona son bastante estrechas y suponen la única vía de acceso, en ocasiones el tráfico puede ser más lento de lo normal, por lo que – en nombre de nuestra comunidad –  ofrezco nuestras más sinceras disculpas si los residentes locales sufren alguna vez retrasos o demoras. Sin embargo, les aseguro que he dado instrucciones a los miembros de nuestra comunidad para garantizar que se respeten los derechos de los residentes locales en todo momento, y que siempre se conduzca de manera segura, con cortesía, y de acuerdo con las leyes de tráfico.

Por supuesto, y debido a que más personas vienen hasta aquí, no es posible asegurar que nunca más habrá problemas de tránsito en las carreteras. Sin embargo, puedo garantizar que haremos todo lo posible para evitar cualquier problema y  mitigar los efectos del incremento del tráfico en esta zona. Esta es una obligación religiosa nuestra, ya que el islam enfatiza repetidamente los derechos de los vecinos e instruye a los musulmanes a ser considerados con sus necesidades. Por ejemplo, el capítulo 4, versículo 37 del Sagrado Corán establece un código de valores morales que los verdaderos musulmanes deben adoptar y practicar, y que les guía  sobre cómo interactuar con otros miembros de la sociedad,

Donde, por un lado,  el versículo establece que los musulmanes deben adorar a Al-lah Todopoderoso solo y no asociar a ningún compañero con Él, también les exige que muestren compasión y amor a toda la humanidad. En primer lugar, el versículo hace una llamada a los musulmanes para que traten a sus padres con ternura y afecto, ya que los padres son las personas que nos han amado y han hecho innumerables sacrificios en nuestro beneficio. A partir de ese momento, a los musulmanes se les enseña a ser cariñosos y sinceros con sus familiares y amigos. Se les enseña también a ser comprensivos con los huérfanos y con todas las personas que sufren o son vulnerables de alguna manera. 

Del mismo modo, el versículo declara categóricamente que los musulmanes deben cumplir con los derechos de sus vecinos, tanto con aquellos con quienes tienen relaciones personales como con quienes no las tienen. Cumplir con los derechos de los vecinos significa que los musulmanes deben tratar a sus vecinos con educación y compasión, estar siempre dispuestos a ayudarlos en momentos de necesidad, y ser el hombro en el que llorar en momentos de dolor. Significa respetarlos y tenerlos en la más alta consideración.

Además, según el islam, la definición de un vecino es extremadamente amplia. El fundador del islam, el Santo Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) declaró que los vecinos de una persona no son solamente los que viven en las inmediaciones, sino que también incluyen al menos las cuarenta casas más cercanas. Además, el Corán enseña que los vecinos son también los compañeros de trabajo o de viaje.

En vista de esto, consideramos como vecinos a todas las personas que viven en esta zona, e incluso a las personas que viajan por las carreteras de los alrededores.

En consecuencia, corresponde a todos los musulmanes áhmadis – tanto los que viven aquí en Islamabad  como los que viven en la localidad, o incluso si simplemente viajan aquí para asistir a las oraciones – cumplir las leyes, ser considerados en todo momento, respetar los derechos de nuestro amplio círculo de vecinos y garantizar en la medida de los posible que nunca se les cause angustia o problema alguno.

Personalmente, me comprometo a defender y honrar sus derechos y esforzarme por cuidarlos a todos, y recomendar encarecidamente a los miembros de nuestra comunidad que hagan lo mismo.

Es una gran bendición para nosotros haber podido construir esta nueva mezquita, que nos permite reunirnos para adorar a Dios Todopoderoso, y creemos firmemente que la apertura de esta mezquita nos obliga más que nunca a cumplir los derechos de la humanidad. De hecho, creemos firmemente que solo podemos hacer justicia a esta mezquita y a los derechos de Al-lah Todopoderoso si cumplimos los derechos de la humanidad. Sin duda, nuestra fe exige que siempre demostremos y pongamos en práctica los más altos principios morales y buenas costumbres.

Por ejemplo, en el capítulo 2, versículo 84 del Sagrado Corán, se establece que se debe abrir el corazón a los demás y ser comprensivo con las necesidades del otro.

Si un musulmán áhmadi no alcanza estos estándares, entonces él o ella no  cumple con las exigencias de su fe. Para ser claros, Al-lah Todopoderoso ha indicado a los musulmanes que no es suficiente con orar en la mezquita, sino que además se debe servir a sus comunidades locales y esforzarse constantemente por ayudar a los necesitados. De hecho, Al-lah Todopoderoso afirma que las oraciones de aquellos que fallan en sus deberes para con la humanidad son inútiles y nunca serán aceptadas por Él. 

En resumen,  así como nuestra obligación religiosa es adorar a Dios Todopoderoso en esta mezquita, también es nuestro deber religioso y  parte inherente de la adoración a Dios, unirnos para cumplir los derechos de la comunidad local y servir al Dios de la creación. Es por esto que donde quiera que la Comunidad Musulmana Ahmadía inaugura una mezquita o tiene presencia de alguna manera, nos esforzamos por cumplir los derechos de nuestros vecinos y de la sociedad en general.

En este sentido, consideramos una gran bendición que hayamos podido establecer una serie de proyectos humanitarios en todo el mundo, especialmente en países económicamente desfavorecidos, y sobre todo en las zonas más remotas y empobrecidas. Buscamos alimentar a los que pasan hambre y ayudar a los que están sumidos  en la pobreza. Buscamos ofrecer tratamiento médico gratuito, siempre que sea posible, a personas que, de otra forma, tendrían poco o ningún acceso a la atención médica. Por todo ello, hemos abierto muchos hospitales y establecido campamentos y centros médicos en África y otras partes desfavorecidas del mundo.

Del mismo modo, hemos abierto escuelas primarias y secundarias en países en desarrollo que brindan educación a los niños, de tal manera que  puedan aprender a leer y escribir, adquirir habilidades y conocimientos, y de alguna forma detener el círculo vicioso de pobreza y desigualdad que sus comunidades han padecido durante generaciones. Además, los ingenieros de nuestra comunidad ofrecen sus servicios de forma voluntaria y viajan a lugares remotos del mundo para instalar bombas de agua o pozos que brinden acceso a agua potable limpia.

Yo personalmente he vivido en África y he sido testigo de los intensos niveles de pobreza y miseria de la población local. He visto a niños en edad escolar andar kilómetros  diariamente con grandes vasijas sobre sus cabezas en busca de agua para uso familiar. Algunos no pueden ir a la escuela debido a esta responsabilidad, y no pueden recibir educación debido a sus terribles circunstancias, mientras que otros soportan viajes agotadores fuera del horario escolar.

Dada la miserable pobreza a la que se enfrentan y sus desesperados niveles de vida, no se pueden imaginar la alegría y la emoción en los rostros de esos niños y sus familias cuando instalamos bombas que les proporcionan agua limpia y segura, que pueden beber y utilizar para su consumo y necesidades domésticas.

No se pueden imaginar su inmensa felicidad cuando ven salir agua de un grifo por primera vez en el umbral de sus puertas.

Debo aclarar que todos los servicios de ayuda humanitaria prestados por nuestra comunidad se proporcionan independientemente de la religión o la creencia. No importa si las personas son musulmanas, cristianas, hindúes, sijs, ateos o de cualquier otra fe o creencia.

Nuestra única aspiración y motivación es erradicar el sufrimiento de personas inocentes e indefensas y permitirles vivir sus vidas con dignidad. Por lo tanto, cada vez que construimos una mezquita o un centro para la oración, ponemos toda nuestra atención hacia el servicio a la humanidad, incluso más que antes.

No importa quién esté sufriendo y consideramos que es nuestro deber consolar y apoyar a todos los necesitados. 

Este es el mandato de Al-lah  Todopoderoso.

Por ejemplo, en el capítulo 90 del Sagrado Corán, Al-lah Todopoderoso instruye a los musulmanes para que liberen a todos los que están atados por los lazos de la esclavitud y la  servidumbre. Hace un llamamiento a los musulmanes para que alimenten a los que tienen hambre y para que amen y protejan a los débiles y vulnerables, como los huérfanos o los que sufren una enfermedad. Además, el Sagrado Corán afirma que aquellos que no muestren comprensión o ayuden  a los necesitados, serán arrojados fuera del camino de la justicia y descenderán por un camino oscuro, que los alejará del refugio del Dios Todopoderoso.

Por lo tanto, tenemos la sincera aspiración de  servir a la humanidad, y ahora que tenemos la nueva mezquita y este complejo aquí en Surrey, estamos decididos a elevar aún más nuestros esfuerzos para satisfacer las necesidades de la humanidad. Nuestros esfuerzos humanitarios no se limitan al mundo en desarrollo, sino que también buscamos contribuir y retribuir a nuestras comunidades locales.

Por ejemplo, aquí, en el Reino Unido, nuestra comunidad ha establecido una serie de proyectos diseñados para ayudar a quienes sufren en este país. Regularmente realizamos eventos benéficos a través de los cuales recaudamos dinero para organizaciones británicas. Donde sea que podamos ayudar directamente a las personas, lo hacemos, y si hay áreas a las que no podemos llegar, entonces  lo hacemos colaborando con organizaciones benéficas o de ayuda, que tienen la capacidad de llegar a lugares a los que nosotros no podemos acceder.

No buscamos el elogio por esto, como  tampoco restringimos nuestra asistencia a determinadas personas o colectivos. Por lo tanto, que quede claro que todos nuestros esfuerzos se hacen independientemente de la casta, el credo o el color. 

Esta es nuestra misión.
Esto es lo que somos.
Esto es el islam.

Finalmente, si bien algunos de vosotros estáis muy versados ​​en nuestras creencias, y para beneficio de aquellos que no lo son, deseo mencionar brevemente que la Comunidad Musulmana Ahmadía fue establecida hace 130 años, de acuerdo con una profecía del fundador del islam, el Santo Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él). Él predijo que después de un período de aproximadamente 1400 años, Dios Todopoderoso enviaría a un Mesías Prometido e Imam Mahdi (el Elegido) de entre sus seguidores para revivir las enseñanzas verdaderas y pacíficas del islam.

Nosotros, los musulmanes áhmadis, creemos que el fundador de nuestra comunidad fue enviado por Dios Todopoderoso en cumplimiento de esa profecía.

Él fundó la Comunidad en 1889 en un pequeño y remoto pueblo de la India y  desde entonces ha crecido constantemente, Ahora, con la Gracia de Dios, la Comunidad Musulmana Ahmadía se ha extendido a 212 naciones de todo el mundo.

Lo mismo ha ocurrido aquí desde que adquirimos este lugar de Islamabad.

Desde que nos establecimos aquí, hemos tratado de integrarnos en la sociedad local, y esto se demuestra por el hecho de que muchos de vosotros sois viejos amigos y conocidos y también por el hecho de que dos musulmanes áhmadis que viven aquí son miembros del Ayuntamiento de Waverley.  Ciertamente, no deseamos vivir aisladamente, sino que lo que deseamos es integrarnos y ser ciudadanos responsables que sirven y benefician a la comunidad local.

De hecho, esto es lo que creo que es la definición de la verdadera integración: ser completamente leal al país de residencia, respetar las leyes del lugar, servir a la comunidad local y utilizar las habilidades o capacidades que se tengan para el beneficio de la nación.

Finalmente, deseo reiterar que, como medio de expresar nuestra gratitud por haber podido rehabilitar de nuevo este lugar, y que ahora sirve como centro de nuestra comunidad, todos los musulmanes áhmadis que viven aquí o en los alrededores,  tratarán de cuidaros y hacer cumplir vuestros derechos, incluso todavía más que antes.

Estoy seguro de que vendréis para ver con vuestros propios ojos que esta mezquita y la sede resulta ser un símbolo glorioso de paz y servicio a la humanidad.

Será un faro de luz que iluminará los cielos con espíritu de amor, respeto mutuo y compasión. 

Con estas palabras, termino agradeciéndoles nuevamente habernos acompañado en esta ocasión tan feliz.

Que Dios os bendiga.

Muchas gracias.”

Añadir comentario

haga clic aquí para publicar comentario

Momentos Inolvidables

¿Cómo puede el ayuno beneficiar tu salud?

Hoja informativa